9.

901 110 27
                                    

El agua me daba cierto ardor. Mis piernas comenzaban a tambalear por la pérdida de sangre, Me sentía un poco débil.
Con cuidado desinfecte las heridas y las vende, Lo cuál me fue difícil ya que estaban en mi espalda pero logre hacer lo que pude.
Tomé mi armadura junto a las botas y Guantes. Acomode mi capa roja y salí del cuarto.
Seguramente Bardock tiene muchas Preguntas y no sé que decirle al respecto.

Salí al jardín y allí estaba. Cómo siempre cruzado de brazos. ¿Su turno ya habrá terminado?.

— Te Tardaste.

— Tenía Cosas que hacer — Evadi su mirada.

— Seguime.
Salió volando y le seguí el pasó. Se lo que trama.
Se mantuvo callado hasta que descendimos al mismo lugar de siempre, Ese aislado bosque.

— Habla.

— ¿Qué?.

— No Te hagas Vegeta, Dime que te pasó.

— Nada, Porque tendría que pasar algo — De nuevo Evadi su mirada.

— No Seas terco. — Tomó de mis hombros y volví a mirar a sus orbes negros — Cuéntame.

— Y-Yo...No sé por dónde empezar.

— Entonces Sentemonos y me lo dices, Tengo todo el día — Reí y nos sentamos bajó un árbol. Gruñi al apoyar mi espalda en el tronco.

Respiré profundo y sentí su mano sobre la mía.

— El Rey me golpea. Listo, Ya terminé — Volteo para verlo y su ceja tenía un tick.

— Se Más claro.

— Mi Padre tiene cierto castigó que me da cuándo no lo obedezco, Hasta cuándo hago algo mal — El sólo Asintió. — Antes Solía pegarme él con patadas y puños, De pasó lo tomaba cómo cierto ''Entrenamiento'' Según él. En ése tiempo tenía unos...Seis años. Poco después fui aprendiendo a obedecerle... — Apreté mis puños — Pero a él no Le importaba, Seguía azotando su pucho contra mi rostro, Su rodilla contra mi cuerpo. Desde ése entonces ya no lo veía cómo mi Padre si no cómo a un desconocido...Luego lo vi con Admiración, todavía lo hago.

— El Rey Está demente — Sonrío por eso y el Acaricia mis nudillos con la yema de sus dedos. Era la primera vez que recibía cariño de alguien.

— Lo Está.

— Déjame Ver tus heridas. — Sólo negué — Puedo curarlas, De seguro te fue difícil hacerlo.
Lo aparte de inmediato.

— Estoy Bien, Ya te lo dije.

— ¿Por qué Admiras a ese sujetó?.

— Admiró Su valentía y que no sé rinde fácilmente. Está luchando contra la muerte y sigue de pié. Aparte de sus antiguas batallas contra adversarios poderosos.

— Si Tu lo dices — Alejó su mano para cruzarse de brazos, Apoyandolos sobre su pecho. — Esperó Que sea la última vez que te golpee, Porque su enfermedad no va a ser el que lo mate, si no yo.

— Tranquilo, Estoy seguro que no volverá a suceder.

Nos quedamos en silencio un momento, Ambos mirando el cielo.
Un viento refresco nuestros cuerpos. Aspire el aroma a campo, A hojas. El silencio calmaba todo mi ser, Dándome una paz indescriptible. Voltie a verlo y el estaba igual...Tan Tranquilo, con los ojos cerrados.

— Esté Lugar es fantástico — Murmuró — Pero No puedo quedarme más tiempo.

— Sabía Que dirías algo cómo eso — Se estiró y nos levantamos para ir rumbo al castillo. — Te Veo más tardé.

— ¿A Dónde vas? — Una sonrisa se formó en su rostro.

— Calma, Iré con unos amigos.

— Okey, Pero si llegas cuándo estoy dormido más te vale que no me despertes.

— Seguro. — Paramos de volar y tomó posesión de mis labios. Un cosquilleo invadió mi abdomen, Hasta que se alejó — Nos Vemos Mi Príncipe. — Suspiró al verlo aléjarse.

Una vez en el castillo entré a la sala para buscar al Rey...Pero ni rastro de él. Fui a la cámara de recuperación y nada. Por último opté por su habitación. Los dos guardias hicieron pasó para que entrará. Cerré la puerta detrás mío y me acerque, Dormía. De pronto algo llamó mi atención, El color de su piel estaba más pálida de lo normal, El ambiente se sentía ''diferente''.

— ¿Padre? — Nada. Ni se movía. Acerqué mi oído a su pecho para oír sus latidos, Pero nada se escuchó. Era cómo si estuviera vacío allí adentro.
Corrí y abrí la puerta de inmediato para darle paso a los guardias.
Yo me quedé parado, Cruzando mis brazos con una pequeña sonrisa.

 MajestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora