Majestad

14.

Todos estaban pendientes de esas sábanas blancas, Pues si estás tenían el tenue color rojizo significaba que la Reina ya había perdido su castidad y posiblemente traiga al heredero.

— Dije Qué se fueran de una maldita vez! —Grita enfurecida.
a nadie le gustaría que invadan tu privacidad.
Una vez todos fuera el Rey estaba cruzado de brazos apoyado en el marcó de la puerta de roble, Mirando esa escena con una media sonrisa.

— Deberías estar resolviendo tus deberes reales — Río por lo Bajó al verla caminar de manera extraña.

— Quería ver tu reacción.

— De seguro debes estar super contento - Una sonrisa burlona se formó en el rostro de aquella mujer. — Ya que estoy esperando un hijo tuyo.

— Eso me da igual — Se da la vuelta. — No me interesa en lo más mínimo eso del heredero.

— ¿Tu piensas qué a mí me interesa? Ni creas que voy a querer a éste mocoso, Por más que esté dentro de mi vientre ¡No lo voy aceptar! — Exclama eufórica.

No le sorprendió en lo más mínimo esa reacción por parte de ella, Después de todo los Saiyajin no muestran cariño alguno, Por lo menos eso creía él.
Se alejó, No quería escucharla más. Caminaba sin tener un lugar específico al cuál ir. Su mente estaba en otro lado. Será ese posible embarazo o cierta persona que estuvo rondando en su cabeza por horas y horas. El guerrero de clase baja, De mirada fuerte.

— Maldito seas Bardock — Murmuró. Lo estaba buscando con su mirada. Observó a cada Guardia hasta encontrar a uno que le diera informacion. — ¡Ruat, Shin!.

— Buenos Días Majestad — Dicen ambos al mismo tiempo.

—¿Dónde Está Bardock?.

— Emm... Debería estar por aquí, Pero no lo vimos.

— Sigan con su trabajó.
El maldito se cree importante.
Ya no lo buscaré más..... Bueno esa era la idea desde que opté alejarme.

— No me estaría entendiendo.
Suspire y me acerqué al trono donde a mi lado estaba esperándome Nappa para nuevos informes del planeta.

▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪

— Ese Rey se cree la gran cosa.
Caminaba de aquí para allá,maldiciendo a ese castaño.
Estaba en un bosque, un lugar que conocía de niño, el lugar que iba cada vez que tenía problemas, cada vez que escapaba de su propia sangre.
Se acostó en el pasto y colocó sus brazos tras la nuca, pero antes tomó un pasto que parecía maíz para ponerla entre sus dientes.

— Imbecil..... Idiota..... Tonto.

— No es bueno insultar a otros.
Dio un salto y se colocó en posición de ataque mirando amenazante a una mujer que apareció de la nada.

— ¡¿Quién Eres?! — Seguía en su posición de ataque.

— Primero Calmate, No creó poder golpearte — Sonríe.
Él levanto una ceja cuándo la vio sonreír y bajo sus brazos para luego relajarse.

— No Respondiste mi pregunta. 
Se cruza de brazos y nota que trae un canasto con manzanas.

— Mi Nombre es Gine.

— Bardock.
Se acostó de nuevo y cerro los ojos.

— Eres Clase baja, ¿Verdad? — Se sienta a su lado.

— Si.

— Yo igual Hehe, ¿Quieres una Manzana?.

— ¿Puedes largarte y dejarme sólo? Molestas mujer.
Se levantó indignada y le arrojó una manzana a la cara, Logrando un gruñido y insultos del hombre.

— Yo Sólo queria hablar y tu me hechas, inutil.
Estaba apuntó de marcharse pero él fue más rápido y empujó, haciendo que caiga de espalda.

— ¡Que Te pasa!.
Él no dijo nada y se sentó frente a ella, para luego darle una mordida a ese fruto rojizo. Ella Sonrió y mordió una Manzana.
El hombre era igual a todos los demás Saiyans orgullosos, Eso la hacia diferente a ella, Una muchacha humilde y sonriente.
Él no sabía porque decidió pasar toda la Tardé al lado de ella, hasta tuvo una conversación decente, por así decirlo. La encontró divertida, Sonreía por dentro cuándo le contaba lo torpe que suele ser en las batallas y otras cosas, Hasta le divertía las caras raras que hacía cuando hablaba.

Lamento la tardanza.
Besos.