Majestad

12.

— Que ocurre Nappa — Se cruzó de brazos cómo siempre solía hacer.

— Quería comentarle que ya está todo resuelto — Sonríe — Dentro de dos días será la ceremonia, ¿Le parece bien?.

No.... Cómo me va a parecer bien comprometerme con esa mujer.

— Príncipe....¿Está bien?.

— Si, No es nada — Se dio la vuelta y caminó a pasos lentos. No sabía a dónde dirigirse, hasta que giro su cabeza a un lado dejándole ver la espalda de su amante. Se acercó poniéndose al lado de éste.

— Ya Es hora....¿No? — No lo miro, Sólo Asintió.

— Ya Veo....
Un silencio incómodo se presenció en unos minutos. El de cicatriz apretaba sus puños y miraba de reojo al Peli-Flama, El cuál no decía nada se lo veía de lo más tranquilo y eso le irritaba.

— ¿No Diras nada? — Ninguna respuesta — ¡Habla!....¡Di algo maldita sea!.

— ¡Que Quieres que diga! — Alzó su voz y miro intimidante al contrario — No puedo hacer nada.....Nací para ésto, Me crearon para éste momento.....Yo no puedo elegir, Así no funciona ésto.

— Vente conmigo. A la mierda con el planeta, Que otro tomé tu lugar.

No lo entendía....Jamás podía entenderlo cómo el lo estaba haciendo. Tal vez sea por su característica rebeldía o el egoísmo de llevárselo lejos, Sin importar el resto.
Se quedó meditando unos minutos, Pensando en su gente, En su raza.
No quiero.....Pero debo hacerlo, No puedo abandonarlos, Por más que duela debo aceptar los hechos. Suspiró lo más profundo posible, Tratando de relajarse un poco.

— Me Quedaré — Cruzó sus brazos y no apartó su mirada del contrario.

— Ya Entiendo....— Sonrió con ironía — Quieres Acostarte con esa zorra y para colmó quieres tener todo para ti, Cómo siempre deseaste. Tener todo a tu poder, gobernar y hacer lo que te plazca, Típico de la maldita realeza — No lo aguantó más, No tenía derecho de insultarlo y menos a su familia.

— ¡Cierra la boca, Maldito clase baja! — Su puño se estampó lo más fuerte que pudo en la mejilla cortada. Sólo provocó un leve tambaleo del contrario y un pequeño rasguño.

— Con Que era eso....— Tocó su mejilla y volvió a mirarlo — Te Arrepientes de estar con alguien de mi posición, Te da asco y repulsión. — Se acercó al Príncipe, Estando sus cuerpos un poco cerca. — No Lo molestare más su Alteza — Se dio la vuelta y se perdió en los muros del castillo.

Él futuro Rey golpeó la pared más cercana reiteraradas veces, Lo necesitaba.
El dolor no estaba en sus nudillos, Estaba en lo más profundo, En el lugar que jamás creyó alguna vez, Su corazón.
Detuvo los golpes y Jalo de sus cabellos marrones, Su guante estaba medio rojizo en la parte superior. No le importó y corrió a su cuarto lo más rápido Posible, subió las escaleras y cerró la puerta detrás suyo. Su espalda de apoyó en esa fría madera. No se entendía....No entendía porque no podía largar ni una lágrima. Será que nunca lo había hecho, Jamás había experimentado con algo así.

La palma de su mano se posó en su pecho. — No Para.... No deja de molestarme. — Tocó también su cuello, Sentía cómo si tuviera una soga que se ajustaba de a poco.

Es Está típica sensación....
Ése característico vacio dentro tuyo...
Esa falta de alguien querido.
La falta del soldado Bardock.

Jamás lo perdonaría. Eso pensaba.
escuchó el odio en sus palabras. Vio sus ojos más oscuros de lo normal, Con esa típica frialdad en ellos.

No lo hará.... No me perdonara y yo también haré lo mismo.

Volvió a reincorporar su postura de siempre y Frunció más su ceño.

— Basta De mariconadas — Con ése pensamiento salió de su cuarto, Volviendo a ser esa persona que habían vuelto hace años. Fría y Sin sentimientos. Típico de un saiyajin de Élite o mejor dicho de un futuro Rey.