Majestad

10.

Todos Estaban de luto. El Rey ya no estaba con ellos, Los hacía sentir solos, Sin nadie que los llegué a dirigir. Por así decirlo.
Algunos estaban felices por la partida. La mayoría de esos eran Clase Baja. Eran cómo los Marginados, Casi siempre estaban aislados.
Sólo la Clase Alta presenció el entierro del antiguo Rey, Y obviamente su Hijo juntó a el fiel servidor de su Padre llamado Nappa; Esté servidor no tenía la edad de su Padre, De hecho era unos años más joven.
Amigos de su Padre, Junto a varios que se encariñaron con su presencia, Se encontraban con sus caras largas. La tristeza rondaba en ése frío lugar. El Príncipe se encontraba como siempre, Con su seriedad y de brazos cruzados. Para él era un día más.

— Ya Vámonos Nappa — El hombre Asintió y escolto al Príncipe al castillo.
Todos se alejaban de la lápida. Algunos lo saludaron y le dieron sus condolencias.
Se alejaba de todos lo más rápido que podía, Al fin se había librado de su Padre. Comenzaba a sentir un poco de libertad.

— Príncipe, Debemos pensar en los preparativos de su boda — Mordió su labio y se detuvo en la puerta del castillo.

— ¿Cuándo Será?.

— Tiene Que ser lo más pronto posible, Señor.

Adiós libertad. Pensó.

— Tu Encargate de eso, Yo hablaré con mi prometida — Una mueca formaron sus labios al pronunciar ese sobre nombre.

— Cómo Ordene Príncipe —.
Se alejó del grandulon para entrar al castillo. Una vez dentro se acercó a ese soldado que había aceptado. — ¡Hey!, Sabes dónde se encuentra mi prometida.

— B-Buenos Días Príncipe, La Señorita se encuentra en la sala de entrenamiento — Le extraño el comportamiento de ése soldado.

— Okey....Emm...

— Ruat, Príncipe.

— Oh, Ya te recuerdo. Eres el que sale con el otro muchacho, ¿Verdad? — Reía al ver su cara roja de la vergüenza. Me alejé, Dejándolo con la palabra en la boca. Sabía que iba a negarme su relación con ese pequeño.
No podían ser más obvios, por lo menos yo con el cara cortada no soy así.
Caminé hasta la cámara de entrenamiento, esa que siempre solía usar de niño Pero ahora ya no entrenó cómo antes, ya que tengo cosas más importantes para aprender sobre el reinó y cómo gobernar de manera correcta.
Abrí la puerta y mis ojos se expandieron de manera abrupta.

— ¡Sharon! — Ella no paro, Seguía lanzándole puños junto alguna que otra patada a Bardock; Estaba con su labio partido, Chorreando un poco de sangre sobré sus brazos. Se resistía, Trataba de propinarle algún golpe pero ella los esquiva de manera rápida.
Ni bien calló al suelo me acerqué para revisarlo, Su respiración era lenta.

— Valla...Para ser de clase baja resistió bastante mis ataques — Traté de verme natural, Si no podría llegar a sospechar.

— ¿Por qué Crees que está en el castillo?, Él no es cómo los demás de clase baja — Crucé mis brazos y ella se acercó con una media sonrisa en su rostro.

— Yo Creó que está aquí por otra razón, ¿No?.

— Deberías Llamarme con respeto. Soy tu prometido y Futuro Rey.

Arregló un poco su traje y miró a Bardock, Luego levantó la mirada hacia mí.

— Lo sé — Murmuró — Tu También deberías empezar a tratarme con respeto, Soy tu futura Reina — De nuevo esa maldita sonrisa, Tan arrogante.

— Escucha Sharon... — Tome fuerte de su brazo, pero pareció no importarle — Yo No quiero casarme contigo, Jamás lo haría. Pero debo gobernar y para eso necesitó de una maldita mujer para que tenga al próximo monarca — Apreté más fuerte el agarré — ¿Te quedó claro?.

— Si — La solté y se alejó de mi — Yo Tampoco quería casarme, Lo hago porque mis Padres me mandaron. Así que no esperes mucho de mi — Salió de la sala. Suspire aliviado y me agache para estar a la altura de Bardock.

— Si Que es fuerte esa mujer — Sonrío un poco. Debía admitir que por lo menos tendría una compañera bastante fuerte.

— Tch...L-La Próxima Le enseñaré quién manda — Reí un poco.

— Te llevó a la cámara de regeneración, Vamos — Ayudé a levantarlo.

— No Lo necesitó, Déjame en mi cuarto. Yo me curó sólo — Orgulloso hasta la muerte.

— Ni Creas, Yo te curó.
Se calló y Sonreí por eso. El que manda aquí soy yo.