Capítulo Seis: Fácil y difícil.

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Maddison ha estado evitándome.

No sé que le ocurre pero se siente como volver varios pasos atrás. Realmente no quiero concentrarme tanto en lo que le pudo pasar porque no creo poder contenerme. Eso es lo que he estado haciendo desde la primera vez que vi sus moretones, desde que uní las piezas en mi cabeza y entendí lo que le hacia ese jodido malnacido.

Parecería tan fácil mandar a esa escoria a la cárcel de no ser porque el maldito tiene buenos contactos que no sólo lo ayudaría salir sino que también podría mandar a asesinar a Maddie.

¡Agh, cuánto quisiera poder matarlo!

Entro al tumulto de gente que caminan en dirección al comedor logro identificar su cabellera que, aunque no es algo demasiado resultante, para mí ya es algo muy reconocible. Viene en sentido contrario, con la mirada gacha, por lo que no nota que se está acercando a mí hasta que es muy tarde y choca contra mi pecho. Su mirada confundida se conecta con mis ojos y entonces la tensión de mi cuerpo parece disminuir un poco, sólo un poco.

― ¿Se puede saber por qué me has estado evitando, bella? ― cuestiono cruzándome de brazos.

Pestañea varias veces en un indicio de que la he tomado con la guardia baja. Luego de unos segundos logra recomponerse.

― No te he estado evitando ― desmiente con actuada tranquilidad.

― Claro ― chasqueo mi lengua ―. Entonces no te importa si te acompaño a donde sea que ibas ahora ― señalo con una sonrisilla.

― No creo que se buena idea que entres al baño de chicas.

― Me sacrificaré.

Rueda sus ojos exasperada.

― Quiero estar sola, Collins ― indica en un resoplido.

― Una lástima, porque no pienso dejarte sola, bella ― le guiño un ojo para fastidiarla más, y lo consigo.

― ¿Te he dicho que puedes llegar a ser un grano en el trasero? ― masculla reanudando su marcha, ésta vez siendo seguida por mí.

― Unas cuantas veces, sí ― asiento con mi cabeza aunque no me está mirando pero yo si puedo observar como su ceño se frunce.

― ¡Maldición, Jedidah! ¡No eres mi padre ni mi hermano ni mucho menos mi novio, así que detente y déjame sola!

Sus pasos ahora son más rápidos y fuertes pero no la dejo ir muy lejos, me poso frente a ella haciendo que se detenga. Veo claramente como blanquea sus ojos.

― ¡Pero soy tu jodido amigo y me preocupo por ti, Maddison! ― suelto exasperado de su estado lanza mierda. Hace una pequeña mueca con su nariz que reconozco como su expresión de arrepentimiento. Suspiro lentamente para lograr calmarme ―. ¿Qué pasó, Maddie?

Baja su mirada, y realmente me estoy esperando algo malo que mi sangre rápidamente empieza a hervir. Cierro mis puños con fuerza en un intento por controlarme. Al no recibir repuesta alguna reitero la pregunta.

― No quiero hablar de eso ― musita con voz quebrada, puedo ver una lágrima solitaria deslizarse por su mejilla y aunque logra limpiarla rápidamente con el dorso de su mano ya la vi.

Unas ganas asesinas se apoderan de mí y tengo que esforzarse de sobremanera para no ir y partirle la madre a esa escoria de la vida.

Respiro hondo varias veces hasta que consigo calmarme un poco.

― Está bien, si no quieres hablar de eso no lo haremos ― aseguro al fin en un murmullo.

Tomo su mano y la guío a la salida de la conocida Secundaria Wesport. No dice nada hasta que le tiendo un casco y le indico que suba conmigo.

― ¿A dónde vamos? ― formula mientras se coloca el casco, sus ojos azules me observan con curiosidad.

― No lo sé ― confieso encogiéndome de hombros ―. A cualquier lugar que esté lejos de aquí.

La ayudo a subir y entonces enciendo el vehículo para marcharnos hacia un lugar indefinido.

El día se encuentra parcialmente nublado, el tono gris del cielo anuncia una pronta lluvia pero no le doy importancia. Pasan alrededor de media hora o más cuando diviso un camino conocido. Los acantilados de Ragged. Por alguna razón nos dirijo a aquel lugar.

Detengo la motocicleta al lado de un solitario árbol que se encuentra a unos cuantos metros de la larga caída. Avanzamos hacia el borde de la montaña; ninguno de los dos le tememos a las alturas así que no tenemos problema en tomar asiento ahí. Permanecemos sentados en completo silencio, admirando el hermoso paisaje frente a nosotros.

Hay un poco de frío en el ambiente que te hace querer respirar hondo y liberarte de todas las preocupaciones en éste lugar.

― A veces quisiera irme muy lejos de aquí, con la seguridad de que no me buscará, y que yo podré continuar mi vida sin miedo.

Si todo fuera tan fácil eso podría ser posible, y aunque me doliera no verla, estaría feliz al saber que ella es feliz.

Si no fuera tan difícil.



Hola de nuevo. La verdad es que este cap lo subo porque el anterior es muy...agrio y no quería que el día se quedara así. Así que aquí está este pequeño capítulito.

Quiero agregar, como dato curioso, que los acantilados de Ragged realmente existen, están ubicados cerca de Connecticut, localidad donde se desarrolla esta historia.

Pues bien, este capítulo se lo dedico a mi hermosa Mireglys. ¡Un besote! 😘

Se les quiere un montón. 💜✌

Donde Estés [Trilogía Buenos Amores #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora