Vigésimo primero pétalo marchito.

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Aun en los tiempos de mayor dificultad, en donde el camino es incierto y las decisiones, ya sean espontáneas o muy calculadas, pesan sobre los hombros, momentos en los que la soledad puede llegar a ser aplastante, aun entonces existe alguien que está dispuesto a hacer el camino más llevadero.

Bang Shihyuk se encontraba aún en la oficina en dónde le dio la noticia a lo que quedaba de BTS. Se sentía devastado, pues la reacción de los chicos, aunque esperada, le resultaba muy dolorosa. Cuando había decidido darle una oportunidad a todos ellos, e incluso a sí mismo, con un nuevo proyecto que nunca antes se había imaginado posible, espero de todo corazón que resultaran compatibles, que se vieran como algo más que compañeros de trabajo, que encontraran en el camino lleno de baches, un apoyo. Él quiso que esos chicos esperanzados en un provenir mejor, y luchadores ante la vida, se sintieran en familia.

Jamás quiso que todo terminara así, con todos tan rotos y perdidos.

Inevitablemente se sentía culpable, si bien sabía que no podía evitarlo. Sobre el corazón de alguien más no se podía decidir, y lastimosamente para Jimin, su corazón había decidido saltarse las reglas de una sociedad despiadada, había decidido ir en contra de un acuerdo sin bases que decía que un hombre debía estar con una mujer y viceversa, y aún a pesar de los mínimos cambios que se habían gestado en la sociedad globalizada con respecto al tema, siempre existían consecuencias negativas para los corazones rebeldes que amaban diversamente.

Su corazón también había sido rebelde en su juventud, decidido a amar a dos personas al mismo tiempo e incuestionada, algo que tampoco era aceptado y en cierto modo, era una regla aún más inamovible. Aun cuando la diversidad sexual se aceptara, el poliamor parecía ser un incordio para la sociedad conservadora y monógama. Pero al ser él un adolescente, y saberse encaprichado de sus compañeras, no le fue difícil decidir eliminar la enfermedad y seguir con su vida como si nada. Fue, como dice el dicho, borrón y cuenta nueva.

Quizás por eso entendía tanto a Jimin, sabiendo que aún si le hubiera rogado para que se quedara y se operara, nada cambiaría el inminente final de BTS como grupo. No sabía exactamente de quién estaba enamorado el chico, pero creía que podía ser Yoongi o Hoseok, y por lo que había notado de los dos al darles la noticia de la renuncia de Jimin, estaban enamorados entre ellos.

Jimin moriría, y no podía hacer nada por él. Nadie podía.

Y con esos pensamientos había estado lidiando por más de cinco horas, en la misma posición en que lo habían dejado. Los chicos se marcharon, y pudo sentir el gran rechazo que le tenían en ese entonces, JungKook había desaparecido mucho antes, seguramente, con el mismo sentimiento y él... él seguía pensando en todo y nada a la vez. Ni siquiera quería moverse de ahí, esperando que todos volvieran para poder dejar de sentirse tan solo.

Su teléfono vibró en su bolsillo del pantalón, y se apresuró a contestar pensando que tal vez sería NamJoon. Pero era un número desconocido. Sopesó si debería contestar o no, pero al final se decantó por tomar la llamada, ya que su número era difícil de obtener, por lo que debía ser alguien conocido.

—PD-nim— susurró la voz que no esperaba, pero que inconscientemente deseaba escuchar— Ya he llegado.

—Jiminnie— murmuró sobrecogido por la tristeza— ¿Cómo estás?

Una tos del otro lado de la bocina le contestó la pregunta, y sintió un vuelco en el corazón. Pero a pesar del evidente malestar del pequeño, respondió con voz resignada.

—Estoy aliviado— no sonaba para nada así, pero no podía ocultar su enfermedad— Me siento un poco solo, claro, pero al menos creo que no voy a tener que esperar tanto tiempo para... usted sabe.

Fading |HopeMinYoon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora