Quinto pétalo marchito.

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—Yoongi ¿estás listo para irnos?— preguntó Hoseok, irrumpiendo en la sala que habían usado para grabar.

Suga, quien estaba con la cabeza entre las rodillas, cubriéndosela con ambos brazos, tuvo que dejar de soltar esas molestas lágrimas que habían empezado a salir desde que se quedó solo, y fingir que dormía, para intentar calmarse antes que su dongsaeng lo descubriera.

—Oh, está dormido— oyó murmurar al menor, y sintió sus pasos acercándose.

Se puso totalmente rígido, esperando calmar su respiración, y pronto sintió una de las manos de J-Hope, acariciando su cabeza. Ese gesto, encendió todas sus terminaciones nerviosas y quiso volver a llorar porque, simple y sencillamente, no entendía.

No entendía porque Hobi le estaba acariciando el cabello de esa manera cuando sólo un poco tiempo atrás estaba besando a Jimin, no entendía porque era tan cariñoso sino lo iba a amar tanto como él lo hacía, y no entendía porque su cuerpo se estaba muriendo por semejante estupidez que sabía desde siempre.

Un sollozo se escapó de su garganta sin que pudiera evitarlo, y Hoseok alarmado empezó a frotar su espalda, seguramente pensando que estaba teniendo una pesadilla. Y haciendo este pensamiento más comprobable, empezó a sacudirle el hombro también, llamándolo con esa voz suave y aterciopelada que usaba al cantar spring day.

—Yoongi, despierta... Yoongi, vamos abre esos ojitos de gato y deja de soñar— continuó con un poco más de ímpetu.

Aprovechando la excusa que le había dado, abrió los ojos bañados en lágrimas, y fingió estar desorientado. Entonces al fijar sus ojos en la cara de Hobi, aun actuando, su corazón se saltó varios latidos ante la hermosa sonrisa que le dio.

—Estabas teniendo una pesadilla— afirmó sin imaginarse ni por asomo la verdad— ¿Estás bien?

—Mierda— masculló, secándose las lágrimas con brusquedad, aún actuando todo el asunto de las pesadillas y demás— Odio llorar, después me duelen un infierno los ojos.

—Tranquilo, gruñón, seguramente soñabas algo triste— comentó Hoseok, dándole unas palmaditas en el hombro— Ahora, ¿estás listo?

Inevitablemente sonrió, no podía continuar llorando cuando veía toda esa vivacidad en su mejor amigo, aun a pesar de todo lo que esa ambivalencia en la que se metía por causa de Hobi, estaba causando en su cuerpo y corazón.

—Claro, vamos—rodó los ojos— Estoy deseando patear tu trasero en la cancha.

Hoseok empezó a reír escandalosamente- lo normal en él- y se dispusieron a recoger sus cosas. Pero en unos segundos de silencio, el sonido de la puerta al abrirse hizo eco en toda la sala, y por ella entraron JungKook y Jimin, este último con la cara triste y el lenguaje corporal apagado. Ambos raperos se le quedaron mirando intensamente, uno sintiéndose culpable y el otro terriblemente confundido.

Pero antes que pudiera hacer algo, lo que fuera, para acercarse a Jimin y quizas disculparse, Kook lo abrazó y empezó a hablar de unos raros helados en rollo. Así que no les quedó otra opción que salir de la sala y tomar su camino, Yoongi con la cabeza gacha, siguiendo a un Hoseok que tosía tapándose la boca con expresión adolorida.

Continuaron en silencio hasta que salieron del edificio, cada uno sumido en sus propios pensamientos, y al estar en la acera, se miraron preguntando con la mirada al contrario hacia dónde iban. Entonces, después de al menos un minuto en eso ambos estallaron en risas, llamando la atención de los transeúntes, al ver la poca telepatía que tenían.

—Conozco un buen lugar, sígueme— hablo Suga, cuando había calmado un poco las carcajadas.

Lo agarro por la muñeca, y lo arrastro rápidamente hasta el parque que estaba cerca de la empresa, donde había una cancha pequeña pero solitaria. De hecho se preguntó como Hobi nunca había pensado en ella, pero al llegar y ver la cara de sorpresa de Hoseok, se dio cuenta que no era que no hubiera pensado en ella, sino que nunca la había visto.

Fading |HopeMinYoon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora