Dieciseisavo pétalo marchito.

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Hoseok y Yoongi se encontraban en sus respectivos estudios, trabajando tan arduamente como siempre.

Si bien no tenían trabajo en grupo, cómo la grabación de algún programa, entrevista, sesión de fotos o ensayo, ellos siempre estaban ocupados en producir música. Aunque no fuera seguro que en algún momento se usaran sus pistas, nunca debían dejar de apuntar a incluir su trabajo en algún disco de ser posible. Además J-Hope estaba ansioso por lanzar el mixtape en el que había estado trabajando tan duramente.

Pero ninguno de los dos estaba concentrado ese día. Bueno, no habían estado concentrados últimamente. Antes se debía al hanahaki que no dejaba de atormentarlos y causarles un gran sufrimiento, pero ahora que estaban juntos todo debería de estar bien, ¿no?

Entre ellos sí estaban bien las cosas, por supuesto. Se sentían bien junto al otro, se sentía bien poder demostrar lo mucho que se querían, y aún más, ser aceptados por las personas que los rodeaban, además no había que desestimar lo agradable que era no estar enfermo.

Pero algo estaba pasando en el grupo, y los estaba afectando a ellos dos en gran medida. Hoseok, por ejemplo, no dejaba de comerse la cabeza con las palabras que Jimin había soltado ese mismo día en la madrugada. Es que no podía evitar sentirse culpable de haber sido tan mal amigo con su dongsaeng, para que él creyera que no le importaba.

Y no era sólo eso, era el hecho de no saber que le pasaba a Jimin lo que más lo tenía estresado ese día. Era más que claro que debía ser algo terrible, porque desde hacía varios meses que el pequeño ChimChim no era el mismo, pero a pesar de verse y percibirse más demacrado día con día, no hablaba con nadie sobre eso.

Esa era una nueva cosa que sumar a su preocupación: Jimin siempre hablaba con alguien de sus problemas, aunque fuera tarde, siempre, SIEMPRE lo hacía.

Su computador empezó a hacer un ruido extraño, y se dio cuenta que en su desconcentración había estado apretando una tecla por mucho tiempo, arruinando su pista por completo.

—Demonios, no puedo con esto— gritó levantándose furioso.

Salió de su estudio dejando todo cómo estaba, ni siquiera se molestó en poner su computador en modo hibernación, sólo se marchó azotando la puerta tan fuerte que quedó vibrando por varios segundos.

Al poco rato, el timbre de Yoongi sonaba atronadora y constantemente, pegándole un susto enorme a quién estaba dentro del cuarto.

—¿Qué demonios sucede?— gruñó Suga, abriendo la puerta de un violento tirón.

Pero en ese momento sólo vio un borrón lanzarse sobre él, y sintió unos brazos apresarle fuertemente del cuello. Escuchó los bufidos molestos de su pareja, porque era demasiado obvio que era él, y sin verlo a la cara supo que estaba poniendo su famosa boca de triangulo.

—Hey, ¿qué pasa, Hobi?— susurró acariciándole el cabello para tranquilizarlo e intentar que dejara de estrangularlo.

—Estoy muy frustrado— explicó el menor, sin dejar de abrazarlo.

—¿Quieres hablar de eso?— preguntó, moviéndolos dentro del estudio y cerrando la puerta con seguro.

Pero en lugar de una respuesta, tuvo los labios ansiosos y desesperados de Hoseok, sobre los suyos, e inmediatamente le correspondió porque sus besos eran, simplemente, irresistibles. En el alboroto se fueron acercando hasta chocar las pantorrillas con el sofá, y Yoongi cayó en el mueble arrastrando a Hoseok sobre él.

Pero el menor ni se inmutó, más bien agarró un nuevo impulsó a la hora de besar a su hyung. Y el mayor mientras tanto, sólo sentía como Hoseok estaba planeando succionarle el alma. Por lo que apenas aflojó un poco su ímpetu, lo empujó suavemente lejos de los labios que ya sentía hinchado y adoloridos.

Fading |HopeMinYoon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora