Capítulo 10

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*Unos dias después*
Llegué a clase de literatura y me senté en mi sitio de siempre. Chloe hablaba con Aubrey y no se dió cuenta de que llegué. No habiamos hablado casi desde que estuvo en mi casa, apenas habíamos tenido ocasión. La profesora comenzó a repartir los trabajos corregidos, cuando dejó el nuestro sobre la mesa observé, como de costumbre, un diez escrito a boli rojo.
- Empollona. - dijo Chloe sentándose en su sitio. Puse los ojos en blanco con una sonrisa.
- De nada.
- ¿De nada?
- Por el diez.
- Te debo una, ¿no?
- Sí.
- Luego hablamos. - sonrió.

Acabó la clase y me dirigí directamente al estudio, sin pasar por la taquilla. De pronto, en medio del pasillo vi a Ethan y Chloe discutiendo. "Al parecer son bastante comunes los sucesos en los pasillos", pensé. Aubrey estaba observando impasible junto a las demás. Él la cogía de la muñeca y ella forcejeaba.
- Vas a venir conmigo y me vas a dar explicaciones. - decía Ethan.
- Suéltame, me estás haciendo daño. - pero cualquier petición de liberación era en vano. Además, él tenía más fuerza y podía llevársela sin esfuerzo a donde quisiera. Efectivamente, comenzó a llevársela por el pasillo en mi dirección. Al pasar por mi lado, sin que ninguno de ellos hubiera reparado en mi presencia, y sin pensarlo, agarré del brazo a Chloe para pararles. Ethan se giró para comprobar qué le impedía seguir su camino.
- Tú. - dijo nada más verme.
- ¿Nadie te ha explicado nunca cómo no debes tratar a una chica?
- Es mi novia y puedo hacer lo que quiera.
- No, no puedes.
- Suéltala o te doy.
- Ven a darme. - inmediatamente soltó a la pelirroja para propinarme un puñetazo en la cara, a lo cual yo respondí con otro.
- Dios, Chloe, dile a la rata que no se meta. - dijo Aubrey cuando llegó al lado de la pelirroja. - ¿cómo te atreves a tocar a mi hermano? -
Ethan se disponía a continuar pero lo interrumpieron.
- ¡Ya basta! - gritó Beale. - Mitchell, no te metas, nadie te ha pedido que lo hagas. - como siempre, siendo fiel a su posición social.
- Quiere que le pegues otra vez. No le fue suficiente. ¿Qué le pasa contigo? Mitchell, hoy vas a cobrar porque me tienes harta.
- Aubrey, no...
- ¿Es que sois amigas o qué? Pasáis demasiado tiempo juntas. Dios, qué asco, amiga de una friki.
- ¿Qué? No, no somos... - no acabó la frase, solo se rió nerviosamente.
- Pues como tu mejor amiga, te concedo el privilegio de darle de mi parte. Vamos, Chlo.
- Esto no va con ella.
- Se ha metido donde no le llaman, se lo tiene merecido. -
Chloe me miró, noté cómo tragaba saliva antes de darme una torta con la mirada fijada en mis ojos. Oí la risa de Aubrey.
- Te rebelas contra quien no es. - fue lo único que dije antes de que diera media vuelta y se fueran todos, dejándome sola en el pasillo.

Después de la escena fui al estudio, quería olvidarme de todo lo que había pasado, de Beale, de todos. Me puse la música y cerré los ojos. De repente entró alguien. Sí, exacto, Beale.
- Ni hablar, lárgate. - dije quitándome los cascos.
- Por favor, escúchame.
- Déjame en paz, no quiero saber nada más. No eres capaz de ver las cosas, y menos de actuar. No pienso ayudarte en esto más.
- Mitchell...
- No te molestes en venir aquí otra vez. - la saqué del estudio y cerré la puerta. Chloe se apoyó sobre la puerta al otro lado.
- Mitchell tenía que hacerlo. - oí desde dentro.
- No vale la pena. - dije en bajo para mi.
Me puse los cascos de nuevo y la ignoré por completo hasta que acabó mi turno y ya se había ido.

Cuando llegué por la noche a casa no cené, subí a mi cuarto directamente y me metí en el baño para verme la cara. Tenía aún un poco de sangre seca en la nariz. Me lavé la cara y me tiré en la cama. Me sentía traicionada y dolida. De pronto me llamaron al móvil. Era Jess.
- Te lo dije. - dijo nada más descolgar.
- Lo siento.
- ¿Te ha hecho daño ese capullo?
- Tranquilo, estoy bien.
- Siento no haber estado. ¿Quieres que le de una paliza?
- No. - sonreí.
- ¿Y a ella?
- Tampoco.
- ¿Por qué te metiste? Sabías que no debías.
- Ya, pero no lo pude evitar. Estaba...
- ¿Estaba qué?
- Estaba haciéndole daño. - oí la mofa de Jess al otro lado del teléfono.
- Por favor Beca, no te quiere, es una zorra hetero que no merece nada de ti.
- Ojalá pudiera pensar lo mismo.
- Vas a llamar a Alex para salir ahora mismo, y me da igual lo que digas, porque voy a ir a tu casa y te voy a sacar de los pelos si no lo haces.
- No me apetece ahora Jess.
- He dicho, ahora. - y colgó.
Bufé, pero la verdad es que me vendría bien distraerme, así que le hice caso y la llamé.
- ¿Alex?
- Dime Beca.
- ¿Quieres... venir a mi casa esta noche?
- Claro, ¿te viene bien ahora?
- Sí, como quieras.
- Genial nos vemos. -
Me empecé a arreglar, quería olvidarme de todo esta noche. Me puse una camiseta larga, sin nada más. Cuando llamó le abrí, y antes de decir nada la cogí de la chaqueta y le besé.
- Gran recibimiento. - sonrió. Me besó otra vez, pero con lengua, y subimos a mi cuarto mientras le quitaba la ropa. La tiré en la cama. Ella me quitó la camiseta y yo le quité la ropa que le quedaba mientras le besaba el cuello. Me dió la vuelta y se puso encima mio. Recorrió mi cuerpo rozando con sus labios húmedos y me acarició con los dedos la entrepierna. Estaba completamente mojada. Me besó el cuello y se me escapó un gemido, y poco a poco fue bajando con la lengua, mordiendo mis pezones y bajando más abajo. Me lamió profundamente, metiendo la lengua a un ritmo que me llevaba al éxtasis. Cuando me quedaba poco para acabar me metió los dedos para poder besarme. Ahogué mis gemidos en su boca y cuando me corrí, se tumbó a mi lado.
- No ha estado mal. - dijo.
- Se te da bien.
- Lo sé. - sonrió.
- Ahora te toca a ti. -
Me puse sobre ella y comencé a acariciarle la entrepierna con un dedo. Le lamí el lóbulo de la oreja y le besé el cuello, dándole suaves mordiscos.
- Mételos. - me suplicó.
Obedecí a sus peticiones y le metí dos dedos, que fui metiendo y sacando al ritmo que me pedía hasta que acabó.
Nos quedamos dormidas en mi cama hasta el dia siguiente.

Mitchell & BealeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora