Capítulo 11

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Cuando me desperté Alex ya no estaba, y yo llegaba tarde a clase. Me preparé tranquilamente y salí de casa. Al llegar el pasillo estaba vacío, todos estaban en clase. Decidí que no merecía la pena entrar para el poco tiempo que quedaba y, a pesar de no ser mi turno, fui al estudio, que ya se había convertido en un refugio para mi. No había nadie puesto que no se emitía a esas horas. Me tumbé en el sofá con los cascos y pasado un rato me quedé dormida. De repente alguien me tocó el hombro.
- Ey. - me dijo. Me di la vuelta y vi unos ojos azules mirándome, pero por una vez no eran los de Chloe. Se trataba de un chico rubio de mediana estatura.
- ¿Quién eres?
- Me llamo Sam, Samuel... Beale. - me tendió la mano.
- ¿Beale? - lo miré de arriba a abajo. Llevaba gafas, una camiseta azul del bando de los Aliados del videojuego World of Warcraft, vaqueros y zapatillas de skate.
- Sí, ya sé que no nos parecemos mucho, pero no te equivoques, que no tengamos el mismo color de pelo no significa que no podamos ser hermanos. El color pelirrojo del pelo es un gen recesivo, por lo que para heredarlo es necesario...
- Vale, vale, me lo creeré. - lo interrumpí. - Más que el físico, me sorprenden vuestros... diferentes estilos.
- Ah, bueno, yo siempre he sido su hermano pequeño, pero solo por un año. - sonrió.
- Eres muy majo.
- En realidad mi hermana también lo es, solo que no lo muestra. Supongo que es más fácil así. - No estuve segura de entenderlo, pero no le di importancia.
- ¿Qué haces aquí?
- Te estaba buscando. Quería hablar contigo.
- Si vienes de su parte no te molestes.
- Bueno... más o menos. Me dijo que siempre venías aquí y supuse que aquí te encontraría, pero no me ha pedido nada. Verás... mi hermana y yo no tenemos una relación muy estrecha últimamente, aunque yo la quiero igual, porque sé que ella no es así. A veces hablamos de nuestras cosas y... bueno, digamos que sé lo vuestro.
- Oye oye, para el carro, nosotras no somos nada.
- Sois amigas, ¿no? - suspiré, no se estaba refiriendo a lo del beso.
- Oh... bueno, me alegro que lo considere así, sobretodo si también le cruza la cara al resto de sus amigos.
- Discúlpala. - hizo una mueca. - Precisamente quería hablarte de eso. Mira, mañana por la tarde mi hermana tiene ensayo, pásate por mi casa y hablamos. - me dió corte pensar en visitar la casa de los Beale.
- No sé... no creo que deba.
- Por favor. - me miró con esa cara de súplica que a su hermana le funcionaba tan bien.

*Al dia siguiente*
Cuando llegué a la puerta me quedé alucinando. Era una casa inmensa con un jardín enorme rodeado de una valla de setos que impedía el paso. Llamé al timbre de la puerta de seguridad y a los pocos segundos se oyó un pitido con el que se abrió. Comencé a caminar por el camino que llevaba a la casa. Vi la piscina y al jardinero limpiándola. Sam me estaba esperando en la puerta.
- Hola, gracias por venir. - dijo con una sonrisa.
- Tu casa es flipante.
- Gracias. -
Por dentro era alucinante. Subimos las escaleras y pasamos por la habitación de Chloe.
- ¿Quieres verla? - me encogí de hombros, lo cual asumió como un sí. En el fondo sentía curiosidad. Abrió la puerta y entramos. Era grande, de color rosa y blanca, no tenía posters como la mía, pero tenía televisión. Tenía una estantería llena de discos de todos los géneros y un reproductor de música. Todo estaba muy ordenado. En el escritorio había un Mac, toqué el ratón ligeramente para ver el fondo de pantalla. Realmente me sorprendió ver que se trataba de una foto de Kurt Cobain. Tenía la pestaña de Facebook minimizada, decidí cotillear un poco y vi en el historial una búsqueda reciente con mi nombre. Sonreí. En un estante tenía fotos de pequeña y con sus amigas del instituto.
- No le digas que has estado aquí, me mataría. - afirmé con la cabeza.
Después me llevó a su habitación. Era igual de grande pero de color azul y negro, tenía una tele frente a un sofá y un puff, varias consolas y posters de videojuegos. Me senté en el puff que había al lado del sofá.
- Bueno, ¿de qué quieres hablar? - cogió aire y se sentó en el sofá.
- Mi hermana está rara.
- Bueno, tampoco es que sea muy normal.
- Más que de normal. - hizo una pausa antes de continuar. - No sabía que había intentado romper con Ethan. - me sorprendió.
- Yo tampoco.
- Fue por lo que discutían ayer, cuando... bueno. - señaló mi cara. - Hablo a menudo con ella, le caes bien. Me ha hablado de ti.
- ¿De cuando me intentaron drogar en una fiesta? ¿O de su afición a cruzarme la cara?
- Es complicado. No quiere perder a sus amigas de toda la vida, se siente segura con ellas.
- Aubrey la obligó a...
- Lo sé.
- ¿Te parece bien?
- No, pero no quiere hablar de ello. Es muy cerrada en cuanto a eso.
- Doy fe. - dije con los ojos en blanco.
- Eres su única amiga de verdad.
- Lo fui, si es que llegué a serlo.
- Vamos, te necesita. Sabes que ella no es así. - resoplé. - Necesito que hables con ella.
- No quiero hablar con ella ahora mismo.
- Entiendo... solo piénsalo.
Nos pusimos a jugar a un juego de rol online de la PS4. Estuvimos riéndonos y descubrimos que teníamos un montón de gustos en común. Veía anime, leía mucho y escuchaba rock.
- Nunca adivinarías quién es el crush de mi hermana.
- Kurt Cobain.
- ¿Cómo coño sabes eso? - se rió.
- Su fondo de pantalla.
- Dios, es horrible, he tenido que aguantarlo durante años. - me reí yo también.
- Oye, tengo que irme.
- Piénsate lo que te he dicho. - lo miré poco convencida y salí de la habitación.

Mitchell & BealeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora