《Feromonas》

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Capítulo 4 - Feromonas.

Luego de aquél encuentro en las escaleras, el rubio abandonó el lugar sin decir nada, sin darle una última mirada siquiera. Simplemente dejándolo allí recuperando la compostura.

Se reincorporó y ordenó su uniforme, el contacto de la camisa sobre la mordida le hizo estremecer. Un suspiro abandonó sus hinchados labios. Debería vendarse y cambiar su camisa, ya que una mancha de sangre comenzaba a impregnarse en la tela blanca.

Últimamente estaba manchando sus uniformes muy seguido.

.

Y siempre era por culpa de la misma persona.

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Entró en el salón unos minutos antes de que las clases comenzaran y Eraser Head se hiciera presente en el lugar. Casi todos se encontraban allí, sentados en sus lugares o charlando con la persona más cercana.

Caminó a su lugar con parsimonia sin notar que todos callaron al ver la cabellera bicolor nuevamente.

Y al notar un detalle que el mismo parecía pasar por alto.

Todoroki cayó en cuenta de todo esto cuando, al levantar la mirada de su bolso, se topó con varios pares de ojos fijos en él. La confusión se hizo presente, sin demostrarlo en su expresión. ¿Sería por lo que pasó hace tres días? Pensó, continuando en su labor de extraer los útiles necesarios para la lección entrante. No le importaba, si era sincero.

No dejaría que la posición en que la sociedad colocaba a los omegas interfiriera con su carrera de héroe.

Midoriya fue el único que se atrevió a acercarse al chico, con el nerviosismo titilando en sus ojos. - Todoroki. - Llamó. - ¿Estás... bien? -

Juntó sus miradas por unos segundos, antes de asentir con simpleza. ¿Eso era todo?

Uraraka se unió a la conversación al ver que no llegaría a donde todos esperaban. - ¿No te ha pasado nada últimamente? Ya sabes, tu celo... -

- No. ¿Por qué la pregunta? - Respondió, sintiéndose cada vez más extrañado. Tal vez se debía a que no estaba acostumbrado a sociabilizar como ellos, y eso era lo que le confundía. Después de todo, ambos estaban con él y le incitaban a abrirse más con sus compañeros.

- Es porque estás bañado en el olor de otra persona. No es justo que ya te hayas acostado con alguien, estoy celoso, Todoroki tramposo. Seguro te aprovecharte de tu celo y sedujiste a un alfa con tus feromonas. - Dijo Mineta, con una mueca marcada de disgusto en su cara al ser el único omega sin cortejar.

- Eso es cierto, aunque no logro detectar el olor con exactitud, está bastante mezclado con el tuyo, Todoroki. - Habló Yaoyorozu, calmada por el comentario del de morados cabellos, después de todo, casi la totalidad del salón pensaba aquello en menor o mayor medida.

- Es como la unión de menta, fresas y pólvora. - Determinó Mina. Sin caer en cuenta del impacto de sus palabras.

- No es pólvora... Es ¿Nitroglicerina? - Comentó dudoso el de verdes cabellos, tras acercar un poco su nariz al cuello ajeno. Su rostro se deformó en muecas de duda y asombro. Un escalofrío recorrió su espalda. Conocía ese olor.

- ¿Nitroglicerina? ¿Bakugo tú...? - Preguntó a medias un chico pelirrojo, con una sonrisa nerviosa que daba a relucir sus dientes puntiagudos, recibiendo un gruñido de fastidio como respuesta.

-Todoroki, te recuerdo que está estrictamente prohibido tener relaciones en el establecimiento, debemos respetar a la academia y a nuestros compañeros porque... - Surgió Iida de entre los alumnos, moviendo sus manos de manera robótica y dando sus típicos discursos para el cumplimiento de las reglas de la academia, siendo totalmente ignorado por todos. Más de uno ya rompió esa norma.

- No entiendo por qué hacen tanto escándalo. Todos llegaron con sus olores mezclados alguna vez, y ya varios están marcados. - Recriminó ya un poco harto con la situación, sin darlo a conocer en su actuar.

En ese momento, en un movimiento sumamente suicida, Mineta, molesto por la falta de atención a su acto depresivo e intrigado por la vida amorosa del de dual quirk, se trepó por la silla de éste último y, luego de oler su cuello rápidamente, apretó su hombro izquierdo.

Un gruñido leve escapó de Todoroki, quien no supo si fue por la sorpresa, el dolor o la molestia al ver invadido su espacio personal. Giró su cabeza lentamente, tal como en las películas de terror estadounidenses, mostrando por primera vez su ceño fruncido.

Al estar cara a cara con el más bajo, sopló el aire helado que mostraba la activación de su quirk. Lo congelaría en ése momento y nadie lo detendría, se lo merecía.

Al otro lado del salón, el rubio hacía un gran esfuerzo por no ir y aplastar a la puta uva él mismo. ¿Cómo se atrevía a tocar su lazo? Sentía la incomodidad y enojo de su pareja.

- Todos a sus asientos, ya comenzó la clase. - Ordenó Aizawa, entrando al salón con su bolsa de dormir a cuestas.

'Salvado por la campana' Pensaron todos, compartiendo sonrisas nerviosas.

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Las horas pasaron, Aizawa, Present Mic y All Might impartieron sus clases, y el almuerzo llegó.

La mesa del 'Midoriya squad' pronto se vio invadida por un iracundo alfa. Todos dejaron de comer al notar su presencia, menos el creador inconsciente de la visita que continuó degustando su plato de soba frío.

Bakugo tomó su brazo izquierdo y tiró de él, diciéndole sin palabras que quería que lo acompañe. El bicolor, usó su poder para quemar la mano que lo aferraba furioso.

- Maldito hijo de perra. - Gruño, quitando su mano y agradeciendo que ésta no estaba cubierta de sudor ya que, de modo contrario, hubiera reaccionado al calor y creado una explosión. - Vamos. - Ordenó, liberando un poco de su olor para imponer poder sobre los omegas de esa mesa.

- ¿Por qué debería? - Preguntó Todoroki, con indiferencia a la creciente molestia de su pareja.

- Porque, te recuerdo, soy tú puto alfa. ¿Acaso ya lo olvidaste? - Gritó, llamando la atención de la gente de su alrededor y provocando la sorpresa en casi todos los presentes. - Vamos. Ahora. -

Midoriya se incorporaba lentamente, queriendo calmar las aguas entre sus dos amigos, aunque el impacto de la nueva información entorpecía sus movimientos.

Para la mayor sorpresa de todos, quienes tenían sus ojos fijos en la nueva pareja declarada, Todoroki dejó los palillos, corrió su asiento y, lo siguió fuera de la habitación en silencio.

Se había visto ya dos veces metido en situaciones molestas en tan solo un día. Y estaba comenzando a cansarse.

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- Eres un idiota. - Dijo al llegar a un salón vacío, muy lejos de todos los estudiantes.

- ¿¡Eh!? Yo no fui el que se dejó manosear por la puta uva en medio de la clase, ni oler por el maldito de Deku. - Contestó sin medir el tono de su voz.

- Yo no me dejé manosear por nadie más que por ti. Y ni siquiera estaba consciente. -

- Tú me llamaste, perra. Me provocaste. Y se notaba que disfrutabas lo que te hacía. No tienes derecho a quejarte ahora. - Bramaba caminando hacía su cuerpo, sus rubíes nublados chocando con los heterocromáticos. - Y tienes el descaro de mentirme, cuando tus ojos tiemblan cuando me sientes cerca. Tú omega me desea, y no puedes ocultarlo. -
- Yo no te deseo. - Negó con rapidez, manteniéndose quieto ante las intimidaciones ajenas.

- Maldito helado de fresa. Dices eso pero no me detuviste cuando de marcaba. Ni cuando te besaba. Puedo percibir lo que sientes, creamos un lazo, no puedes engañarme. No a mí. - Comentó con tono burlesco, colocando sus brazos en la pared, dejando a Todoroki entre ellos. - ¿Sabes? Los alfas también tenemos celos, y el mío es hoy. Podría empezar en cualquier momento. Y me follare a ti o a cualquier otro estúpido omega de ésta institución. - Murmuró sobre su oído, su respiración chocando con la nívea piel de su pareja. - ¿Te harás el indiferente también con eso? Me pregunto cuánto tardará tu omega en tomar el control. -

Lazo [BnHA] BakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora