Lazo [BnHA] BakuTodo

《Nido》

"Cuando un omega queda preñado, este construye un nido. Dicho nido no es más que una habitación o un lugar en el que almacenan pertenencias (ropa, peluches, mantas) con el olor de sus seres queridos (familia o más común, pareja) para que este permanezca constantemente a su alrededor, eso les da confort y tranquilidad para cuando llegue el nacimiento de los cachorros."

"Aunque se ve con menos frecuencia, los omegas también construyen nidos en situaciones de crisis."

Capítulo 8 - Nido.

Cuando Fuyumi entró en su habitación se encontró con un panorama bastante diferente al acostumbrado. Su futon se encontraba sin las mantas blancas que lo cubrían y de su armario faltaban sus sweaters de lana favoritos. En sus labios bailaba una sonrisa nerviosa. No podía haber sido su padre, tampoco creía que haya sido Shouto, pero no vivía nadie más en esa casa.

Caminó con un paso indeciso hacía la puerta de su hermano y golpeó suavemente. - ¿Shouto? ¿Estás ahí? - Preguntó en voz baja, no oía nada y no quería despertarlo si se encontraba durmiendo.

El murmullo de la tela contra el piso fue la respuesta necesaria. - ¿Puedo pasar? -

Ésta vez fue un leve carraspeo. Abrió la puerta lo suficiente para poder introducir su cuerpo y se adentró en la habitación decorada sencillamente con un estilo japonés antiguo. Un gemido aterrado escapo de su boca. Allí, envuelto en sábanas y acostado sobre una montaña de su ropa estaba el semi albino, con unas causes secas de lágrimas brillando en sus mejillas por la luz, su mejilla derecha hinchada y lo que parecía ser su uniforme destrozado.

Shouto se encogió más sobre sí mismo, enrollándose como oruga con las mantas. Permitía la presencia de su hermana, pero no dejaba de sentirse intranquilo. Soltó lentamente un rastro de feromonas débiles, dejando que estas hablen por sí mismas.

- Oh mi dios. - Murmuró la chica; cada vez más preocupada por el estado del otro omega, una mancha roja se impregnaba en la tela en la altura donde se encontraba su entrada. Nadie tardaría demasiado en atar cabos con la mirada perdida en los ojos bicolores. Menos siendo hermanos. Aún menos siendo también omega. Llevó una mano a su boca, con un par de lágrimas rebeldes cayendo de sus ojos y se acercó a él con pasos cuidadosos, cualquier signo de amenaza no haría más que empeorar su estado.

- Sho... Shouto, debemos ir al hospital. Estás sangrando. - Volvió a hablar con el tinte de nervios aflorando más y más en su voz. - Tal vez... ¡Tal vez aún podamos hacer algo! Tal vez no... - La voz se le entrecortaba, sintiendo la desesperación apresar su pecho. No se dio cuenta de que estaba llorando.

- Murieron. - Informó ocultando su cabeza entre el colchón de prendas. - Endeavor, él... No pude protegerlos. Fuyumi, no.... No pude. - Siguió, parecía que no podía respirar con el nudo en su garganta.

Todoroki cerró los ojos con fuerza. Endeavor supo que estaba preñado mucho antes que él, debía de haberlo notado en su olor. ¿Katsuki también lo sabría? Seguramente lo dejaría al enterarse que ni siquiera podía cuidar de sus cachorros. Colocó ambas manos en su vientre. Sus cachorros.

Sus cachorros habían muerto mucho antes de nacer. Y todo a manos del alfa cuyo pasatiempo preferido era arruinar su vida.

Un nuevo sollozo ahogado escapó de los labios del menor, sumiéndose nuevamente en un llanto descontrolado.

Fuyumi abandonó la habitación en silencio, ya había invadido suficiente su nido.

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Katsuki paseaba furioso por su habitación, tirando sus cosas al suelo y contra las paredes. Hacía más de dos horas sintió el llamado de su omega, un sonido inconsciente que se libra en situaciones de peligro, pero la vieja bruja no le dejaba abandonar la casa.

"- Es lo que mereces por andar de calenturiento y saltarte clases, pequeña mierda. - " Le había dicho su madre en cuanto llegó a su hogar y le explicó el castigo.

Gruño. Quizás si se quedaba en UA hubiera sido más fácil ir con Shouto.

Pateo la puerta echando humo por las orejas.

- Katsuki tranquilízate. - Gritó la alfa desde el primer piso.

¿Cómo se suponía que debía tranquilizarse si no sabía qué le pasaba a su pareja y no podía estar con él? Era una lástima que su padre no estuviera allí, él hubiera entendido.

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Fuyumi entró en la habitación con una bandeja de comida que dejó en el suelo al lado de la entrada, no quería acercarse más.

- ¿Quieres que te traiga más sweaters? - Preguntó por lo bajo, ganándose un movimiento de cabeza en son de asentimiento.

Suspiró y se fue dispuesta a buscar las pocas prendas que le quedaban de su madre, pensando en lo traumática que debió ser ésa semana para su pequeño.

Primero descubrió que era un omega frente a toda su clase, lo que llevó a que fuera atacado y castigado. Luego se enlaza con un alfa, se acuesta con él y queda preñado. Y por último, es golpeado por su padre y pierde a sus cachorros.

Tomó unos viejos vestidos que tenía guardados en un baúl y los acercó un poco a su nariz, cerrando los ojos y permitiéndose perderse en su olor. Aún conservaban la esencia de su madre.

Los dobló cuidadosamente y, al igual que cuando llevó la comida, los dejo a un lado de la puerta, dándole una mirada preocupada.

Tan solo esperaba que aquel alfa llegara pronto; por la salud de su hermano.