Capítulo 6 - Pastillas.
Por los pasillos desiertos caminaba el rubio explosivo, quien llevaba a un bicolor en su espalda. No debían preocuparse por las miradas de terceros, pues se suponía que debían estar en clases, y nadie que no fuera alumno del 1-A tenía acceso a sus cuartos. Y, por si aún tenían dudas, solo ellos se jugaban la vida al no presentarse con el profesor Aizawa.
- Maldito Shouto, mira que tener que cargarte, eres un puto dolor en el culo. - Se quejaba, momentos atrás estaba dispuesto a irse y dejarlo a su suerte. Pero no. Todoroki tenía que culparlo por no poder caminar bien.
Había sido generoso con él y aun así le obligaba a cargarlo. Si hubiera sido por su elección, ninguno habría abandonado el lugar hasta el día siguiente. Debía agradecer que pudiera controlar bien a su alfa.
- Si realmente tuvieras el dolor en el culo no hablarías. - Fue lo único que dijo para acallar a Bakugou.
El resto del camino se mantuvo el silencio, cada uno perdido en sus mentes. Todoroki, por su parte, le daba mil vueltas a un mismo detalle. Un simple pero importante error. Recostó su cabeza en el hombro de Katsuki tanta información circulando en su cabeza y las emociones aún alteradas le estaban mareando.
Respiró hondo, tratando de calmar su agitado ser. - Katsuki... - Lo llamó, listo para dejar salir aquello que le molestaba.
- Ya llegamos, bájate de mi espalda, maldita sea. - Interrumpió el rubio, soltando sus piernas. El agarre de su cuello se aflojo hasta volverse nulo.
El omega miró a su alrededor, cayendo en cuenta de que ya se encontraba en su habitación. Hizo una mueca al ser soltado. - Gracias. - Dijo como despedida antes de cerrar la puerta en su cara. Se quitó los zapatos, fue hasta su futón y se sentó con algo de dificultad.
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Mataría a Bakugou.
Pero antes debería encarar el tema que le asustaba. No habían usado condón.
Y sí. Sabía que él mismo soñaba con tener a los cachorros del rubio cuando estuvo en su celo, pero cuando lo pensaba con la cabeza medio fría, no podía pasar por alto el hecho de que ambos tenían dieciséis años, por lo tanto, aún seguían estudiando, por lo tanto, aún eran mantenidos por sus padres, y aspiraban a ser héroes ¡Eran alumnos del mismo All Might! No podían desaprovechar esa oportunidad.
Miró la bolsa blanca al lado de su cama. La misma que Recovery Girl le había dado. No quería tomar las pastillas anticonceptivas, a pesar de sus pensamientos anteriores. Su mano titubeaba al dirigirse a ellas.
Chasqueo la lengua. Descubrir su segundo género solo le trajo problemas.
Deseaba ser un beta en esos momentos.
"¿Qué posibilidades habían de quedar preñado con su primera relación sexual?" Pensaba, dándose la vuelta y soltando un suspiro.
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La mañana siguiente se levantó con un dolor extraño en la cintura que atribuyó a su posición al dormir. Se sentó en el futón aún desorientado, con sus cabellos desordenados y un río de saliva seca en su mejilla.
Con pasos lentos se dirigió al baño, donde tomó sus rutinarios veinte minutos en la regadera, y otros diez para batallar con su pelo y su expresión de cansancio. Salió de allí y observó su cama, se veía demasiado cómoda, y estaba considerando dormir unos minutos más.
Pero no. No podía darse el lujo de saltarse una clase más. Así que tomó su mochila, que no recordaba haber puesto al lado de la puerta, y comenzó a caminar hacia la cafetería, donde se encontraría con Midoriya e Iida.
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Luego de no poder disfrutar su desayuno por las insistentes preguntas y reclamos de sus compañeros, cosa que le molestó bastante, llegaba el momento que menos esperaba. Hablar con el profesor Aizawa.
A través de su cara de póker, Todoroki temblaba de miedo. No quería verlo enojado.
Lástima que así sería. Ni bien puso ambos pies en el salón se vio suspendido en el aire, con su cabeza en dirección al suelo. Su mochila cayó y su cabello dejó de cubrir su rostro, soltó un bufido, había tardado en ordenarlo esa mañana.
- Me lo esperaba de Bakugou, pero no de ti, Todoroki, estoy decepcionado. Al parecer el anterior castigo no fue suficiente. - Dijo, acariciando el puente de su nariz. - La administración mandará una carta a sus padres para comunicarles lo sucedido; ninguno de los dos podrá formar parte de las clases prácticas por una semana, y deberán entregar un informe detallado con todos los castigos que deberían aplicarse en los alumnos que se saltan las clases, con sus pros y sus contras, el lunes. - Dictaminó, soltando al omega aún en el aire, logrando un silencio sepulcral.
El semi albino agradeció por sus buenos reflejos al girar a tiempo y caer dando una vuelta carnero, evitando así un golpe importante en su cabeza. Una vez en el suelo, se incorporó, y aún con su cabello y vestimenta desordenada, hizo una leve inclinación en silencio, aceptando el castigo que se le impuso.
Tomó su mochila y caminó hacia su asiento tal y como si nada hubiera pasado, ocultando a casi todos el miedo que sintió. Gruño. Casi, de no ser por Katsuki Bakugou, que le mostraba una sonrisa de burla.
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La campana anunciando el receso fue ansiada por todos, y al sonar varios dejaron salir suspiros de alivio. Pero esa vez no era por ser viernes y estar rozando con sus dedos la libertad del fin de semana. Era algo muy distinto. Pues no creían poder seguir allí con el ambiente tenso que se había creado luego de la escena en la entrada.
Todoroki se levantó de su asiento con intenciones de ir a la cafetería siendo arruinadas por un rubio de pelos mal arreglados. Frunció el ceño al verlo frente a él en la puerta, impidiéndole avanzar. - ¿Qué quieres, Bakugou? - Preguntó al ver que solo eran ellos dos en el salón y que el otro no se pensaba mover de allí.
- ¿Ya no soy Katsuki? Mi nombre se oía muy bien cuando gemías de esa manera. - Comentó, cambiando el tema de la conversación.
Rodeó los ojos ¿Acaso nadie le dejaría comer? ¿Qué clase de pesadilla era esa? - ¿Qué quieres Bakugou? - Volvió a preguntar, haciendo énfasis en su nombre.
- Solo quería asegurarme de que tomaste los malditos anticonceptivos. No deseo tener a tus bastardos cerca de mí. -
Una presión se instaló en su pecho, impidiendo que respirara con normalidad, lentamente ahogándolo. Era como si alguien estuviera sentado sobre sus costillas. - Puedes estar tranquilo no estarás rodeado por mis bastardos. - Mintió, antes de empujarlo y largarse por fin.
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Deambulo por los pasillos vacíos con un nudo en su garganta. Se le había quitado el apetito con aquel comentario.
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Lazo [BnHA] BakuTodo
Fanfiction"[...] Un dulce y shockeante aroma inundaba las fosas nasales de todos [...]" La adolescencia es sin duda un período lleno de cambios y sucesos desafortunados. El marco de la vida, el fin de la infancia, encabezando los primeros pasos de una edad ad...