Capítulo 6

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Danny continuó apartando a Adriel de su lado, pesado demonio vistefalditas. Cada vez que intentaba mantener una conversación con alguien que no fuera de su mismo género, él tenía que aparecer con su mirada de malas pulgas como un protector capullo. ¿Por que se dejaría en casa su daga? Por lo menos le quedaba Pluto…

– Sálvame –  le susurró al perrillo que, de un salto se levantó del abrigo, ahora lleno de pelos, de Faith y corrió en busca de las canillas de cierto demonio.

– ¿Que diablos? Ay, déjame en...atchus.

– Buen chico, pluti –  le animó Danny –  ahora, a por la faldita…

– Eh, eso ni hablar… que no me he depilado.

– ¿Ehh... tu te…? Mira, no quiero saberlo –  ya tenia demasiados traumas en su cabeza como para añadir uno más. Buscó con la mirada a Faith, llevaba un rato sin verla. No sabía si preocuparse por ella… o esperar que el ángel supiera lo que es protección. Lo que menos quería ver ahora era un bebe con alitas.

– Hola Danny –  la saludo Antony, un chico que conocía del pueblo.

– Hola Tony, cuanto tiempo –  le dio dos besos de saludo, provocando gruñidos varios de Adriel, que Pluto calló con un ladrido – pensé que te habías ido a Chicago a trabajar de músico.

– Lo he intentado, es más difícil de lo que pensaba, pero dentro de unos días me iré a nueva york. Tengo una oferta que promete.

– Y yo que me alegro. Que te calles ya, que no se quien es el chucho –  dijo mirando al demonio. Tony le miro detenidamente.

– Vaya Danny, ¿por fin has cazado a un chulazo?

– Que va, eso quisiera el – ambos se rieron.

– Estoy aquí y lo oigo todo – replicó Adriel, mientras miraba a Bobby, ocupado con la anfitriona... madre del demonio si que debia estar desesperada… eso mejor no lo diria en alto, por el vejete y sus pupilas.

– Tiene genio, me gusta –  dijo Tony–.  Si no lo quieres tú, me lo quedo sin problemas.

Adriel se quedó pensando hasta que pillo lo que pasaba. Y porque ese hombre era, no solo inmune a sus miradas de odio, sino que le atraía. Por esta vez, dejo que se relacionase, aunque a él solo le dejaba… con el perro.

Pluto comenzó a olfatear algo y se dirigió a la puerta corriendo como loco, Adriel lo siguió por aburrimiento y curiosidad.

– ¿Que pasa, has olido almas, enano? –  dijo, tras otro estornudo.

El perro ladró pero de una forma que no gustó nada a Adriel. El pelaje del animal se había erizado y emanaba un aura malévola que él conocía muy bien, al fin y al cabo la compartían. Abrió la puerta de la salida de emergencia y el perro salió disparado gruñendo. Adriel fue a seguirle con los sentidos alerta cuando de repente alguien le tomó del brazo.

– ¿A dónde te crees que vas tú?–  gruñó Danny mirándole.

– Oh, vaya, ¿ya has terminado de hablar con tu amiguito? Por cierto, me miró el culo…

– Si bueno, Tony nunca se ha caracterizado por su buen gusto–.  Danny se cruzó de brazos–.  ¿A dónde ibas?

– ¿Estabas preocupada por mí? Si quieres podemos irnos solitos a pasarlo bien, pitufina…– Adriel hizo amago de cogerla de la cintura pero ella le esquivó.

– Menos lobos… y nunca mejor dicho. ¿De repente te vas de la fiesta y te llevas a mi pequeñín? Por cierto… ¿dónde está?

– Se ha ido en busca de un gato…–  Adriel bufó cuando ella le miró mal–.  ¡Yo que sé dónde se ha ido ese condenado perro! De repente se puso a ladrar y gruñir…

Supernatural: Entre cielo e infierno. (Temporada 1,parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora