Un Idiota En Mi Camino|| Jack Grazer

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-¿Y besa bien?.- me preguntó Sophia.

Ya todos se habían ido.
Luego de que Jack se fue casi casi rompiendo la puerta decidieron ir a su casa para ver como se encontraba después de "eso".

- Excelente.- dije con una sonrisa de oreja a oreja.- bueno, para ser mi primer beso supongo que estuvo bien.

- ¿PRIMER BESO?.- Pregunto sorprendida.

- Si. ¿No lo sabias?.

- No, no lo sabia.- dijo aún impactada.- Y se supone que soy tu mejor amiga.

- Lo somos desde hace algunos meses, no es necesario que sepas todo sobre mi en tan poco tiempo.

- Bien, - bostezo.- quiero dormir.- dijo metiéndose bajo las sabanas.

- Yo me voy, iré a casa. Mi madre se pondrá como loca si no me encuentra en mi dormitorio.

- Adiós.- se despidió con la mano.

Salí de su casa, para retirarme a la mía y recibir un gran regaño junto con un sermón por llegar a las once a mi casa.

El camino no era largo, no tardaría más de quince minutos en llegar a casa.

El camino, de cierta forma, se volvió incómodo aunque solo era yo.

Sentir la presencia de alguien conmigo o cerca de mi era inevitable.

Mire a todos lados. La iluminación era buena pero no lograba ver a nadie.

- ¿Te gusta Wesley?.- preguntaron de la nada dándome el susto de mi vida.

-¡MIERDA, JACK! ¡NO TE PUEDES APARECER ASÍ COMO ASÍ!.- toque mi pecho y trate de respirar con tranquilidad.- ¿Qué carajos quieres Grazer?.- dije molesta tratando de recuperar aire.

- Responde, ¿Te gusta Wesley?.- su voz era firme y ronca.

Su mirada me daba miedo.

- Si, ¿y qué?, ¿tambien le joderás la vida porque me gusta?.

Sólo se fue, sin decir palabra alguna, dejándome totalmente confundida.

 
(•••)

Tocaban la puerta de la entrada.
No quería abrir, pero lastimosamente soy la única que se encuentra en casa.

- ¡VOY!.- grito desde las escaleras.

- Hola _____.- Jaeden.

- Ho-hola Jaeden.

- ¿Puedo pasar?.

- Claro, pasa.- me hice para atrás para dejarlo entrar.

- Y... ¿Cómo estas?.

- Bien, súper. ¿Y tú?, ¿qué tal?.

- Igual. - dijo mientras nos sentábamos en el sofá.

- ¿Quieres agua? ¿Galletas con leche?.- pregunte divertida.

- Agua esta bien.- dijo sonriendo.

Maldita sea, esa hermosa sonrisa.

- ¿Quieres que valla yo por el agua?.

Carajo, me quede como idiota mirándolo.

- Ah, no.- reaccione.- ahora vuelvo.

Me fui directo a la cocina.

- Oye.- hablo Jaeden y tire el baso por accidente.

Sustos que dan gusto. Pensé que era alguien más.

- Lo siento, ______.- dijo agachándose para recoger los pedazos igual que yo.

- No, no importa. No fue tu intención.- levante mi mirada y él me imito.

Mierda, esos ojos.
Esa mirada.
Esa sonrisa.