Necrópolis

Desatado

Ahora es turno de todos los luchadores.

Persephone, Ilhaelryna y Goldfur.

Pershephone; Como luchadora nata y de mentalidad amplia, era ambiciosa, pensaba defender Haradon de las temibles manos de Debronee, usando su luz celestial, y no era ningún arma, ya que está la poseía en mente y espíritu.

Donovac había dejado a todo su pueblo con La mentalidad de no temerle al día de su muerte, si no al día de su reencarnación, porque nisiquiera el sería tan capaz de creer en sí mismo, como lo haría todo su pueblo.

En los escritos de la Necrópolis en donde yacía este héroe, se encontraba lo que él llamaba el mundo subterráneo, un mundo en donde todo pensamiento no digno de sentir, seria enterrado, y en donde toda alma en pena habitaría.

Debronee pone en marcha su batalla, su venganza y sus ganas de clavar un as de luz en toda entraña de los asquerosos "asesinos" que mataron a su noble compañero.

Con miles de demonios desquiciados y sin ámbito de diálogo, no se imaginaria que le esperaba una gran lucha.

Cae el primer civil de haradon, y se desatada Necropolix, una luz fugaz emprende vuelo desde la tumba del presunto Donovac, indicando que algo andaba mal.

Debronee se llena de ira, pensado que su Compatriota le mandaba el mensaje de seguir así.

Haradon se llena en una tiniebla, oscuro a La Luz del día, y en la noche toda una nebulosa de colores, en cada rincón de allí.

Equillia, asustada por lo que pasaba en el cielo, acelera el paso hacia el rayo de luz de Donovac, con el Olimpo abandonado, y esta vez, Debronee al mando.

Nuestros héroes esta vez necesitarán ayuda, porque sólo hasta el último hombre caiga, nos daremos cuenta de que la solución no está en arrebatar los sueños y esperanzas de toda una nación, si no en destruir todo aquel que no quiera soñar.