Capitulo 5

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Capitulo 5

Pov Ashley


¡Como detesto a ése ogro mal parido del infierno! ¡Las relaciones con otros compañeros está prohibida! Por favor está prohibida porque quiere meterse entre mis piernas.  Ése tipo me cae mal y tengo unas enormes ganas de abofetearlo con todas mis fuerzas. Ya tenía todo arreglado inclusive llamé a mi padre para avisarle de mi pequeño viaje.  Me puse unos jeans negros ajustados, una camisa sin mangas azul verdosa y una chaqueta negra.  


  -¿Te vas? - pregunto Debbie abriendo la puerta tan pronto salí de mi departamento.  Había salido tan rápidamente mi vecina que tenia su horrenda trenza toda revuelta y sus lentes mal puestos.

  -Sí, pero regreso en unos días - respondí pasando de ella rápidamente antes de que preguntará para donde iría.

Bajé las escaleras con mi pequeña maleta y ya en el último escalón estaba exhausta de todos los escalones que había bajado.  Cuando salí del edificio me encontré con el "señor no se permiten relaciones en la oficina" recargado de su auto color blanco y tenía unos lentes de sol.  Lo miré de arriba abajo, pero con mucha discreción para que no se diera cuenta.


  -Buenos días - dije sin darle mucha importancia a su presencia y él tomo mi maleta para echarla en la cajuela.  ¡Idiota, ni educación tiene!


Regresó a donde yo estaba y me abrió la puerta del copiloto para llenarme así mis fosas nasales de su embriagador perfume. Él estaba hoy vestido de manera casual, unos jeans azul oscuro y una polo negra ajustada a sus musculosos brazos.  Además de que su pelo oscuro estaba muy bien peinado.


  -¿arregló todo?- pregunto muy pendiente a la carretera y yo lo miré por el rabillo del ojo.

  -sí, gracias por preguntar - respondí con amabilidad, pero por dentro estaba que reventaba de la furia.


El resto del camino al aeropuerto lo hicimos en un profundo silencio bastante incomodo.  Estaba loca por salir del auto y tan solo pensar todas las horas que estaríamos en un avión sin opción de cambiarme de compañero, me entraban unas inmensas ganas de gritar. Por otro lado, no pensaba hacerlo yo no era mujer de acobardarme y menos de un hombre que solo me contrato para así tener sexo conmigo.  ¡Que se vaya a tener sexo con su abuela!


Cuando llegamos el tomó las maletas y las facturo, pero primero me pidió la identificación para poder hacerlo.  Ahora estábamos los dos sentados en el avión uno al lado del otro y en primera clase.  Nunca había estado en primera clase y pensaba disfrutarmelo por el simple hecho de que él prácticamente me obligó a viajar así que pague.


  -Buenos días, ¿Desean algo de tomar? - pregunto la azafata una mujer de pelo azabache con un senos demasiado apretados en su uniforme negro. Él la miró con descaro y fijo su mirada en los pechos de aquella mujer.

  -sí, claro.  Trae champaña para ambos, preciosa - dijo sonriendo de manera seductora y yo quise vomitar.  La mujer le sonrió de manera exagerada enseñando todos sus dientes y fulminandome a mí con la mirada.  El jefesito pervertido se le quedo mirando el trasero mientras ella se contoneaba muy exageradamente por el pasillo del avión y luego soltó un suspiro.


No pude evitar mitarlo con repulsión y él se paso la mano por la barbilla sin darse cuenta que yo lo observaba.  A los minutos apareció la tetona con las dos copas de champaña y me la extendió a mí de mala gana casi salpicandola en mi camisa.  Mientras que al moreno se la dio como si fuera un jodido rey. ¡Rey de los idiotas será!


  -gracias - pronunció el jefe rozando a propósito sus dedos con los de ella y la muy fácil le pasó su número en un papel que tenía guardado en uno de sus pechos.  ¡Zorra!

La fuerza del destino (DISPONIBLE EN AMAZON KINDLE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora