Los mundiales de Quidditch

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ANTES DE EMPEZAR

Holaaa, sean bienvenidos a este maravilloso fanfic DRAMIONEEEEE
Antes de nada voy a dejar algunas cosas claras:

1 La historia no va a ser exacta a la original, seguirá el hilo original, pero cambiaré algunas cosas o escenas.

2 Se centrará en la historia Dramione más que en la de Harry y todo lo que ocurre en el libro (y algunas cosas de la película)

3 La historia transcurre en el cuarto libro y película.

4 A lo mejor me confundo con alguna cosa pero ya les advertí que no todo sería exacto.

5 MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEERLO, OS QUIERO💙💙💙💙

Y ahora sí, comenzamos...

(...)

- Veamos... - se decía a si mismo un joven rubio de casi 16 años en su cuarto; hablaba solo mientras se preparaba, iba a ver ni más ni menos que los mundiales de Quidditch.

Y sí, estamos hablando de Draco Malfoy.

Draco se aproximó a la cómoda de su cuarto para coger su chaqueta negra perfectamente planchada.

La agarró y se la puso mientras se miraba en el espejo, su pelo no estaba todo lo perfecto que debería estar, cogió un poco de gomina y se la echó en el lado derecho de su cabeza alisando perfectamente su cabello.

Sonrió engreídamente mirando su reflejo mientras se alisaba aún más el pelo con la mano.

- Perfecto. - susurró, enseguida empezó a pensar en Hogwarts, apenas quedaba tiempo para comenzar un nuevo curso y tampoco es que estuviera emocionado. De hecho, no le apetecía en absoluto.

Y menos, sabiendo que compartiría ese curso con el repugnante Harry Potter.

Potter... Se creería muy importante por tener esa asquerosa marca en la frente, pero tan solo era un diminuta hormiga bajo los zapatos de los Malfoy.

Y pesar que ese niñato tenía todo un séquito de lameculos:
Ron Weasley, Neville, Dean Thomas...

Hermione Granger.

Puso una mueca de desagrado.

Esa insoportable sangre sucia...

Se miró los zapatos.

¿Por qué se molestaba en ocupar su privilegiada mente con alguien tan despreciable como Potter o sus amiguitos?

- Draco - la fría voz de su padre se coló en su habitación - Date prisa si no quieres perderte los Mundiales de Quidditch.

- Sí, padre. - contestó él mientras quitaba una pelusa de su pantalón perfectamente planchado y limpio.

(...)

Ya estaban dentro.

Las voces de los espectadores comenzaban a escucharse a lo largo y ancho de todo el estadio, aunque el partido no había comenzado.

Draco observó a una niña de aspecto feliz que apenas tenía 8 años agarrando la mano de su padre mientras conversaban y buscaban sus asientos.

Draco miró la mano de su padre.

No recordaba haberle dado la mano jamás, ni siquiera siendo pequeño.

Lucius no se había dado cuenta y Draco dudaba que le importara, tampoco es que a él le importara una mierda.
No necesitaba esas tonterías de padre e hijo tan ridículas, ni de pequeño ni mucho menos en ese momento.

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