Fuera de la biblioteca

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Draco se miraba al espejo mientras respiraba agitadamente, de manera nerviosa; ¿qué iba a hacer? ¿tenía razón Pansy? ¿Estaba llevando todo demasiado lejos?

Habían pasado semanas desde principio de curso, semanas que llevaba viéndose todas las tardes con Hermione Granger.
Y la primera prueba del Torneo de los Tres Magos sería el día siguiente.

Decidió abrir el grifo del viejo baño y echarse agua fría en la cara mientras que daba vueltas a lo ocurrido desde el comienzo del curso.

- Vale... - se dijo a si mismo, miraba sus manos apoyadas en el frío mármol del lavabo - Aceptaste el reto de estar con Granger hasta que se pensara que había algo entre nosotros para luego dejarla. ¿En serio Draco? Sabías perfectamente que esta gilipollez acabaría mal...

Se echó más agua en la cara, notando como su rostro se enfriaba por momentos y después volvía a arder; apoyó de nuevo las manos en el lavabo mientras miraba sus pies.

Si no le debería importar Granger ¿por qué estaba así?

- No me importa - dijo, tratando de convencerse a sí mismo.

Levantó la mirada y se miró en el espejo.

- Me importa - susurró cerrando los ojos, casi decepcionado consigo mismo - Creo que me importa, joder.

Pegó una patada al suelo, no sabía si estaba enfadado, triste o que mierda estaba pasando.

- Ya está... - estaba enfadado consigo mismo - ¿Cómo he caído tan bajo? Granger... ¿En serio?

Tenía que dejarlo, no podía seguir con ello, no podía ver más a Granger... Le estaba dando demasiados problemas. Tenía que hablar con sus amigos y decirles alguna mentira que se creerían... Como que Granger le aburría.

A no ser...

Se rascó la nuca y miró al techo del baño.

¿Y si no lo dejaba? ¿Y si seguía viéndola? Podría decirles a sus amigos que seguía con el plan aunque no siguiera con él; Simplemente les haría creer que así era, pero jamás acabaría haciendo daño a Granger.

Pero, ¿Cómo había pasado? Él la odiaba y ahora...

Suspiró y pensó en Hermione, en su risa, en cómo se movía su pelo cuando se giraba, en su manera de hablar, en como le explicaba las cosas, en su manera de mirarle con esos ojos castaños tan jodidamente preciosos.

¿Estaba...?

- No - abrió los ojos, asustado - No, no, no, ¡No!

Ya había llegado a un límite preocupante, estaba dispuesto a estar con Granger por placer propio. Pero, ¿atracción por ella? ¿Quién era él y dónde estaba Draco Malfoy?

Abrió el grifo precipitadamente y volvió a echarse agua en la cara.

¿Qué iba a hacer?

- Te entiendo perfectamente - dijo una aguda y estridente voz a sus espaldas, era una voz femenina - Sé lo que es sentir cosas y no tener a quien decirlo. Estás solo, como yo.

Draco empadileció y se giró asustado, se moriría si alguien le hubiera visto en ese estado tan patético.

- Mira, yo que tú cerraba el pico a no ser que quieras una maldi... - no terminó la frase porque ante él, no tenía a ninguna alumna, era un fantasma.

- Dudo que eso me afecte... - los ojos del ente comenzaron a llenarse de lágrimas - Desde que...

- Estás muerta - Draco completó la frase con un tono frío que estaba acostumbrado a usar, tratando de recuperar su actitud insensible. - Sí, lo sé.

Nuevo comienzo DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora