Celia's POV.
Seguía en el suelo pensando en cuando volvería Magui. Habrían pasado horas desde que se la llevó, empezaba a dudar si seguiría viva. Puede que este muerta. No me sorprendería.
Mi mente se transportó al momento anterior, antes de que se llevaran a Magui, me iba a decir algo, por su expresión de la cara parecía importante. Un fuerte ruido me sacó de mi trance. Balanceé la cabeza perpleja y me incorporé mirando hacia la puerta, esta se abrió, y con ella, entró Magui. Seguidamente se cerró la puerta.
Magui miraba hacia el suelo, mientras que apoyaba sus manos para incorporarse. Todavía podía verla sin la linterna, en el "pasillo" de fuera todavía había alguien con la luz encendida. Por más que Magui intentaba incorporarse el peso de su cuerpo la hacia caer otra vez, todavía no había levantado la cabeza ni siquiera para mirarme.
La luz de fuera se apagó, cogí la linterna, y apunte a Magui...me gustaría no haberlo hecho. Rápidamente apagué la luz de la linterna, y siendo egoísta me quedé en mi rincón.
- ¿Tan mala pinta tengo...? - dijo seguida en un jadeo.
No, solo tienes la cara inflamada, y llena de sangre, creo que te falta un diente, y por di no lo has notado, creo que no ves por un ojo, te lo tapa el bulto de al lado, también te has llenado la única ropa que tienes de sangre, y bueno, eso es todo, estas perfecta. Podría haberle dichontodo eso, pero me corregí mis palabras.
- Tranquila, te pondrás bien - y me acerqué a ella, ignorando su aspecto y luchando contra mi repulsión y miedo a la sangre. La di un abrazo falso.
- Gracs... - el dolor la impedía hablar - teng... que decirt...
- Me lo dirás cuando puedas hablar con claridad - la interrumpí -. Ahora descansa.
No dijo nada más. Seguramente querría decirme lo que empezó hace unas horas o el tiempo que sea, no tenía reloj. Era importante, pero prefería que me lo dijese sin estar casi inconsciente. Parecía que se había dormido, así que la deje apoyada en el suelo, y me fui a mi famoso rincón. Ese rincón era como el sitio del sofá que siempre es tuyo, en el que te sientas, o te tumbas y empiezas a ver la televisión.
Jaime's POV.
- Una cerveza más.
Había muchas luces y mucha gente. Estaba sentado en la barra de un bar, serían como las doce y media. Me habría tomado seis cervezas y pensaba tomarme muchas más. La cabeza me da vueltas, y el megatrón y las luces de colores no mejoraban mi situación. Me empezaba a doler la tripa. La camarera me sirvió otra copa en la barra, y me miró.
- No deberías beber más.
- Alguien tiene que mantener, y ese soy yo.
La camarera me sonrió y se limitó a servir mas copas.
Volví a mirar la hora y eran las cuatro y media, osea que ya era domingo o sábado o a lo mejor lunes, no sabía en que día vivía y cada hora, minuto y segundo me importaba menos mi vida.
Salí del bar, chocándome con todo lo que se interponía entre mi coche y yo, saqué las lleves del coche con dificultad, pero alguien me las quitó.
- EH...!
- Conduzco yo, no vas a conducir borracho.
- Me sssse... cuidafr solitfo...
- Creo que hoy no. ¿Es ese tu coche?
- Puede que ssssi... o es edeee... mira iio...que ssse, ve plobando...
- Vale.
****
Joder, tenía los ojos cerrados, y tenía unas ganas horribles de orinar, si no lo hacia ahora, iba a estallar. Me dirigí hacia la puerta con los ojos cerrados y me topé con algo en el suelo. Abrí los ojos, era un gato... yo no tenía gato. Alcé la mirada al frente y la puerta no estaba en su sitio, ni mis muebles y habían pintado mi habitación. Me dirigí al armario que había, y lo abrí. Estaba claro que no era mi casa había ropa de mujer. Pensé en que anoche había triunfado, pero yo siempre me acuerdo si me acuesto con alguien...
Mis pensamientos fueron interrumpidos por gritos, provenientes de fuera de la habitación. Pegué mi cabeza a la pared y escuché.
- Mierda, ¿la tienes tu verdad?... Celia... - ese era el nombre de mi hermana, pese a que tenía resaca estaba receptivo - joder, prometiste no volver a hacerlo...¿Que?... ¡¿A cuantas?!... ¡Sicópata!¡Sádico! - y no oí nada más.
Recapitulé, estaba en casa de una mujer, que conocía a alguien que era un sicópata, sádico que tenía una tal Celia y supuestamente a más. Bien, mi hermana se llamaba Celia, y la había cogido "él", y la tal chica que hablaba, dirigía sus insultos hacia un hombre por el genero que utilizaba... ¿conclusión? Me dolía la cabeza, tenía las respuestas delante de mis narices pero no podía llevarlas a ningún sitio. Beber es malo.
Ana's POV.
- ¿Cuantas te han quedado, Ana?
- Ninguna...¿y a ti? - no tenía ganas de nada, sin Celia aquí, me aburría, la echaba mucho de menos.
- Dos... - dijo Gonzalo también sin ganas. Desde que Celia no está, Gonzalo y yo nos pasamos los días juntos, bueno, solo llevábamos así como cuatro días, pero nos apoyábamos. Gonzalo tenía que recoger las notas de Celia.
- ¿A Celia...?
Tenía el sobre en la mono, y no se había atrevido a mirar sus notas. Me tendió el sobre, y se lo arrebaté de sus manos. Lo abrí.
- ¿Y bien? - dijo Gonzalo intentando averiguarlo por mi expresión.
- ¡Ninguna!
Dibujo un sonrisa en su cara, y empezamos a saltar de alegría como niños. Celia había aprobado mates, estábamos orgullosos de ella aun que no estuviese aquí.
- ¿Que piensas hacer hoy?
- Nada, no tengo ganas, me iba a ir de compras con Celia... - dije, apagando mi tono de voz.
- Voy contigo, ¿te parece? - no me hacia mucha gracia ir de compras con el "novio" de mi mejor amiga.
- Vale.
- Te paso a buscar... ¿o cómo?
- Quedamos en el parque central, y cogemos un bus, lleva dinero, no te pienso pagar nada - me reí, era la primera vez que reía en estos cuatro días.
- Vale - el rió felizmente, la primera vez que igualmente le había visto sonreír.
- Bueno, adiós.
- Adiós - nos dimos dos besos y nos despedimos.
Iba saliendo y me crucé con un chico, Miguel, se llamaba Miguel.
- ¿Ana estas bien? - casi no había hablado con él. Miguel, Celia y yo, éramos inseparables junto a otros, pero desde hacia tres años no habíamos vuelto a quedar como antes, ni a hablar como antes. Realmente, nunca hubo ni peleas ni discusiones, solo nos distanciamos. Miguel era algo así como el ex-novio de Celia de pequeños, y se preocupaba mucho por ella, después de distanciarnos, él seguía hablándole diciendo que alejase a Celia de Gonzalo, que no le gustaba esa compañía. Pero nunca le hice caso, y nunca se lo dije a Celia, ella era feliz con Gonzalo, y yo también lo era de verla feliz.
- Sí - le sonreí intentando ser simpática, y seguí mi camino.
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Amor de hermanos.
Teen FictionNo hay nada que quiera hacer sin él, les ayudaremos si la historia se repite.