Celia's POV.
Magui gritaba posiblemente del dolor que le causaba la manera en la que ese hombre la tiraba del pelo, y el dolor que le había producido un disparo en la pierna derecha. Yo contemplaba la escena tirada en medio de la nada.
- Muevete - me dijo en tono grosero.
Le ignoré. Pero me pensé dos veces el tema de no hacerle caso. Apunto con su escopeta a mi cabeza y yo me levanté.
- Buena chica. Vamos anda.
Señaló hacia delante de él, y yo le obedecí desplazándome con paso cauteloso hasta donde me indicaba.
- Bien. - Puso su escopeta en mi espalda y me dio un empujoncito con ella. - Andando.
Andé como él me dijo que hiciese.
Desde mi sitio se oían los gritos de dolor de Magui, siendo arrastrada por la tierra. Cuando la subí a caballito no me di cuenta de la herida de su pierna, pero había empeorado, salía mas sangre y no paraba. Había que taponar la herida.
Me daba ánimos a mi misma para mirar a ese hombre a la cara y decirle que Magui necesitaba ayuda, que no la tirase del pelo, que la dejase en paz...
Me di la vuelta y le miré a la cara por primera vez. Era sorprendentemente joven, tendría entre unos 20 y 25 años, con el pelo oscuro y por lo que podía distinguir sus ojos eran claros, parecían azules. Cuando me giré a mirarle su rostro tenía un aire simpático y amigable, pero cambió en unos minutos.
- Sigue andando - dijo entornando sus ojos azules.
- No.
- ¿Qué?
- Magui necesita ayuda, le duele, tiene un disparo se va a desang...
Hizo una señal para que me callase y miró a Magui. Después volvió a mirarme a mi con amabilidad.
- Necesita ir al hospital - aproveché a decir.
Se quedó mirando mi cara de angustia durante unos segundos.
- Vale, iremos.
Ana's POV.
Me levanté de la cama de un salto, serían las cuatro y media pasadas y Paula me había invitado a su casa. Me vestí con lo primero que encontré y salí a la calle.
La calle esta sola y vacía, no se oía ni un solo ruido. Y nada me sacaba de mis pensamientos, no había nada que los pudiese interrumpir.
Baje la calle metida en mi burbuja de palabras, hasta llegar al portal de Paula. Presione el botón y una voz precedente del pequeño micrófono me habló.
- ¿Si?
- Yo.
La puerta hizo un ruido y yo la empuje, así pude entrar.
***
- ¿Y que crees que deberíamos hacer hoy? - me preguntó Paula.
- No sé, no apetece hacer nada.
- ¿Ah no? - levantó una ceja con expresión de vacilarme, y no era ni el momento y el lugar.
- No.
- ¿Y que tal con Gonzalo?
Su pregunta me dejo paralizada, cada musculo de mi cuerpo se contrajo a causa de mi sorpresa.
- ¿Como sabes eso?
- Porque vivimos en un barrio pequeño, lo que ve uno, lo vemos todos.
Me quedé callada.
- Así que, tu mejor amiga desaparece y tú aprovechas para...¿para que? ¿tirarte a su novio?
Sus palabras me molestaron en lo mas hondo de mi ser.
- ¿Piensas responder?
- Sí, pienso responder. No me quiero tirar a su novio, no quiero nada con Gonzalo.
- Ya, claro, ninguna queremos.
- Paula, quieres callar tu enorme boca.
- No, porque ya que tu no has sido una buena amiga, alguien tiene que serlo.
Sus palabras me hereian, pero ya no solo sus palabras, si no su brusco tono de voz.
- Si Celia estuviera aquí... - dijo Paula, bajando la cabeza. La interrumpí.
- ¡Pero no esta!
Sorprendida y a la vez avergonzada de mis palabras, la opción mas inteligente que escogí, fue huir de esa situación. Me levanté y corrí hacia la puerta de su casa huyendo por donde había venido.
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Amor de hermanos.
Teen FictionNo hay nada que quiera hacer sin él, les ayudaremos si la historia se repite.