Capitulo 9

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Uno menos

           

Diane caminaba sin tacones por su oficina, de un lado al otro, mirando su taza de café y con facilidad su reloj que marcaba las 10:38am. No podía trabajar con tranquilidad, estaba preocupada. Necesitaba llamar a Julián, a su padre, a Ethan, ya ni sabía a quién acudir. No estaba segura de sí confiar en su familia era una opción. Quedaba entregarle la confianza a su esposo, y tener la fe que podían salir de eso juntos.

Al reloj marcar las 11:20am, hablaba en su oficina con algunos pasantes que iban para ayudar en los controles, y algunos saldrían al aire, Diane amaba ver personas que creían en lo importante de los medios de comunicación. Jóvenes emprendedores que querían ser comunicadores. Admiraba a los soñadores, personas dispuestas a luchar por lo que quieren. Siempre que podía y tenía pasantes les decía que podían, que si querían por supuesto que lo lograrían.

Minutos después, 11:45am, decidió que era tiempo de almorzar. Se paró para acomodar sus cosas e ir a almorzar, su asistente entró corriendo con su Tablet en la mano.

-          ¡Señorita James!- Respiraba agitadamente. - ¡Su hermana está aquí!

Diana llegó uniformada, masticando chicle y tirando su bolso en uno de los asientos, miró hacia un lado acomodando su cabello que traía perfectamente peinado. Diane hizo una seña para que Danielle se retirara.

-          ¡¿Qué haces aquí?!- Dijo con gran sorpresa.

-          Me has estado mintiendo, Diane James.- Puso sus manos en las caderas y luego enlazó sus brazos a modo de molestia. –  ¿Crees que no sé lo que está pasando?

-          Diana, no puedes estar fuera del high school sola.- Acomodó su cabello para un lado y se sentó en su silla. – Lamento no haberte dicho que me iba a casar, solo, no podía en ese momento.

-          Porque van a matar a Adam luego que obtengas sus millones ¿no?- La miró suspirando.

-          No sabes nada, Diana.- Mordió su labio inferior.

-          Encontré esto en la oficina de papá.

Le tiró una hoja blanca doblada en cuatro partes. Diane la abrió rápidamente.

"Tus días se agotan, la verdad muy pronto saldrá a la luz y yo ganaré. El daño a tu hija será vengado, lamento que no puedas estar para verlo."

Diane respiró profundo, se tiró en su silla posando su espalda en el respaldo, pensando. Las cosas se complicaban y desgraciadamente, no sabía nada. Era su madre, tenía que ser ella pero, ¿Por qué? ¿Qué estaba pasando? Estaba cansada de ser una presa débil, esto lo hacía por ella, porque se rehusaba a dejar a Adam, porque se había enamorado. Debía hablar con ella, parar esto. Tomó el papel y lo guardó en su cartera. Tomó el celular y le pidió a Diana comiera con ella. Necesitaba comer un poco.

Ambas se dirigieron a un restaurante que quedaba a dos cuadras de la estación, caminaron rápido para llegar en pocos minutos. Se sentaron en una mesa alejada, con vista a la calle. Diane estaba nerviosa, molesta y al mismo tiempo muy confundida. Todas estas cosas estaban fuera de control, ella necesitaba averiguar, ¿por dónde empezaba?

Miraban la carta, el silencio se extendía entre ambas.

-          Ok. ¿Quieres la verdad?- Dijo Diane, soltando la carta y mirándola. Diana le tendió una mirada retadora, esperando su hermana le dijera todo de una maldita vez. – Los Louis son los que me hicieron daño.- Concluyó rápidamente. Diana la miró sorprendida, llevándose sus manos a la boca. – Y al parecer, mi madre mató a Jonath, Dylan, Edam y Kendall- Y ahora las dirigió al pecho.

Antes de que muera © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora