¿Alguna vez has sentido el deseo de desaparecer de este mundo? ¿Dejar todo y salir corriendo? ¿Sentir la culpa de las tragedias de los demás? ¿Te has sentido como una basura? ¿Cómo si no merecieras vivir? Yo sé que sí, no te engañes más.
¿Qué quién...
Todo pasó tan rápido, todo en un segundo. No pude sentir dolor, no pude sentir nada, estaba paralizada, viendo como mi mundo se desvanecía, finalmente mi voz salió, pegando un fuerte grito, grito que se escuchó resonar por todo el pueblo.
Luke se levantó poco a poco, me vio, en su mirada se notaba que sabía lo que sucedería. No podía creerlo, no quería... Intentaba soltarme, pataleaba, gritaba, pero nada funcionó. Solo pude ver como Aku sacó un arma, apuntó hacia mi hermano y finalmente...
Disparó.
Disparó justo en el pecho, Luke cayó inmediatamente, saqué la fuerza necesaria para soltarme, corrí hasta su cuerpo, no podía controlar mis lágrimas, caían y caían sin parar. Él fue abriendo sus ojos lentamente, me sonrió. Mi respiración se agitó inmediatamente, comencé a temblar, no sabía que hacer. Entré en desesperación.
- Luke... Debes quedarte conmigo, le prometimos a Shi que regresaríamos, le prometimos a los chicos que estaríamos a salvo. Me prometiste que pasaríamos toda la vida juntos... - murmuré sollozando. Él puso su mano en mi mejilla en un intento de limpiar las lágrimas, inmediatamente la tomé.
- Muchas veces las personas no pueden cumplir su promesa - dijo, a penas podía hablar, soltó una pequeña risa. Mis ojos se humedecieron aún más.
- No puedes dejarme, no sé que haría sin ti. Tu eres mi todo... - exclamé.
- Princesa, prométeme que vivirás. Me duele verte así, quédate aquí para cambiar todo. Por favor, prométeme que serás feliz sin importar que pase... - su voz se iba apagando poco a poco, sus ojos se cerraban muy lentamente.
- Te lo prometo, te lo prometo... -
- Estoy indefenso, ______ - dijo, finalmente sus ojos se cerraron, cayó en un sueño profundo el cual estaba claro que nunca más podría despertar. Su mano se deslizó de la mía, cayendo en su pecho. Lo miraba muy sorprendida, mi respiración se agitó aún más, mi corazón latía fuertemente. Miré su rostro, había perdido lo que más amaba en este mundo.
Solté un grito desgarrador, seguido de más gritos que intentaban en vano aliviar mi sufrimiento. Sentía una rabia inmensa recorrer todo mi ser. Sentía que debía hacer algo pero no sabía nada.
Inmediatamente me paré, dejando a Luke con mucho cuidado en el suelo, miré a Aku, la maldita no paraba de reír. Mi corazón latía aún más fuerte, sentí una gran energía salir de mí, haciendo que saliera de mí una gran explosión, lastimando a Aku y a su ejército. Sentía un poder inmenso que emanaba de mí.
Con mucha destreza corrí hacía la peliverde, golpeándola repetidas veces, estaba realmente herida. Mi ira aumentaba con cada golpe y con cada gemido de dolor que soltaba, se había convertido en una lucha que obviamente estaba ganando. Susurré algunas palabras, haciendo que en mis manos apareciera una bola de luz. La lancé hacia Aku, cuando impactó absolutamente todo destello, cerré mis ojos debido a la luz.
Al abrirlos ya no había nadie, solamente mi querido hermano y yo. No pude soportarlo más, caí rendida al suelo. Mis ojos se cerraron, muy dentro de mí rogaba que fuera la última vez que veía la luz del sol, quería estar con mi Luke nuevamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mis ojos se abrieron lentamente, ardían como el infierno, todo mi cuerpo dolía. Estaba apunto de preguntarle a Luke como estaba pero al recordar todo no pude evitar volver a llorar, me senté en la cama. Estaba en el hospital, no pasaron tantos segundos, mis padres, Shi y todos mis amigos abrieron la puerta inmediatamente, estaban llorando al igual que yo. Al verme Shi corrió para abrazarme.
- Me prometieron regresar... Los dos... - sollozó. Lo abracé fuertemente.
- Muchas veces las personas no pueden cumplir su promesa - murmuré.
Mis padres también me abrazaron, en la sala no se escuchaba más que nuestros sollozos, toda la tarde fue así. Un silencio interminable, no creí que Luke fuera el que traía toda la felicidad a mi vida, sentía que había perdido la mitad de mi alma. Suplicaba que todo fuera un simple sueño, suplicaba despertar... Suplicaba que el tiempo volviera atrás para ser yo la que perdiera la vida.
- Es todo mi culpa. Yo... Debí protegerlo... - susurré, Shi me miró con pena, nuevamente me abrazó.
- No digas eso. Luke no hubiera... - dijo Kenny, en un intento de animarme, estaba claro que nadie sabía que decir.
- Luke hubiera querido que todos siguieran su vida sin dejarlo de lado, debemos mantenerlo en nuestros corazones por siempre. Después de todos algún día lo volveremos a ver... - dijo Wendy.
- No creí que diría eso, pero ese idiota se volvió una parte muy importante en mi vida, en nuestras vidas - habló Cartman, sentándose en la cama.
Butteres soltó una pequeña risa - Yo... Tenía pensado decirle que me gustaba hoy. Si tan solo hubiera tenido el valor antes yo... - murmuró, sus ojos se pusieron llorosos nuevamente, su voz se quebró poco a poco.
- Sé que tal vez no te alivie mucho. Pero mi hijo te hubiera dicho que sí... - dijo mi madre - Y pensar que Luke se tragaba todos sus sentimientos para no sofocar a nadie -
Mis mejillas se humedecieron nuevamente, es lo que me encantaba de él, a pesar de todo lo que sentía nunca pensó en él primero que todos los demás. Estaba dispuesto a todo para ver sonreír a todos a su alrededor.
- Quiero que mi hermanito esté aquí conmigo, ahora nadie me contará historias, ahora nadie me cantará. Ahora yo... - fui tan egoísta, Shi era el que estaba sufriendo más, después de todo el era solo un niño, esto era demasiado fuerte para su edad - Lo extraño mucho... -
- Hay gente que traen una luz al mundo, incluso cuando se van esa luz se conserva. Es nuestro deber hacer que no se apague nunca... - susurré.
Mi querido hermanito, esperaré la noche con ansia, para poder ver el cielo estrellado, porque sé que tu estás allí con una gran sonrisa, cuidándonos y haciendo alguna que otra estupidez con los ángeles.
