Seek And Destroy [James Hetfield y Tú]

Capítulo 10

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, acostada sobre un duro colchón y tapada con unas sábanas tan finas que ni siquiera abrigaban. Miré el techo, era blanco, con luces blancas también, prácticamente todo en esa habitación era blanco, excepto por las paredes que eran celestes. Ahí me di cuenta que estaba en un hospital, y en ese momento ni siquiera recordaba por que.
Me incorporé algo rápido, eso hizo que me mareara un poco. Alguien me volvió a acomodar en la cama.

Yo: ¿Donde mierda estoy?.

James: Ey, tranquila, linda. Estás en un hospital, te dieron una paliza y caiste al suelo. Te desmayaste, cuando entré y te ví llame a la ambulancia, por suerte no fue nada grave. Me pegaste un susto tremendo. - me dió un beso en la frente. En ese momento recordé la charla con Lara y lo que me había hecho.

Yo: Y... ¿Hace cuánto estoy así?.

Lars: Has estado doce años en coma, recién ahora te despertas - dijo bromeando, reí un poco ante su comentario pero me dolió la cabeza. Allí ví al resto de los chicos sentados detrás de James, que estaba junto a mi cama parado.

Cliff: Hace como quince minutos que estás acá, no es tanto. Pero mierda que te noquearon - dijo Cliff sorprendido.

James: Linda, ¿quien te hizo esto? - dijo James acariciando mi cabeza con su varonil mano.

Kirk: ¿Quisieron entrar a robar? - dijo abriendo los ojos como platos.

Yo: No... En realidad, fue... Lara. - James dejo e acariciarme, frunció el ceño y apretó el puño.

James: ¿Lara te hizo esto?. - dijo ya sin su voz tranquila que me relajaba, sino con un tono de voz grave y enojado.

Yo: Sí, me odia, dice que te robé - rodé los ojos - James... Ella me confesó que fue ella quién prendió fuego tu casa. - James me miró, todavía con el ceño fruncido, no lo podía creer.

Lars: ¡No ves!, ¡Nosotros te dijimos!. Siempre fue una perra con vos, y ahora más. Mira lo que le hizo a An - señaló mi cabeza - y ahora nos enteramos de que ella fue la causante de que se quemó tu casa...

James: Ya sé, Lars. Acabo de escuchar.

Lars: ¿Y bueno? - dijo moviendo sus manos - ¿No pensas hacer nada al respecto?.

James: Claro que sí - dijo mirándolo - Si fuera un tipo ya estaría yendo a partirle la cabeza, pero lo único que voy a hacer es darle aviso a la policía.

Los chicos se quedaron un rato conmigo, consolandome y esperando a que mi dolor de cabeza se fuera un poco. Cuando se me pasó, llamamos a la enfermera, me dieron en alta, y salimos de ese lugar. Los chicos estaban cansados, por lo tanto cada uno se fue a su casa. James y yo fuimos a la nuestra, y durante el camino estuve muy callada, ya que no podía evitar sentir que era un error que el viviera conmigo. Si bien me encanta estar con el, desde que me conoce le pasaron cosas malas, y esta vez ella me lastimo a mi, ¿y si lo lastima a él?, no podría vivir con eso. La chica está loca, le puede hacer daño a cualquiera.
James trataba de darme charla y me preguntaba cómo estaba, yo le contestaba con muy poca expresión, ya que mi cabeza estaba ocupada en pensar estas cosas.
Entramos a la casa, James me abrazó por la cintura y me dió un beso en la mejilla. No le dije absolutamente nada, estaba muy distraída.

James: ¿Te sentís bien?.

Yo: No.

James: ¿Que te duele?, si querés te doy una pastilla para el dolor... - lo detuve.

Yo: No, no me refería a eso... - puse mi mano en mi cabeza y respire hondo - James, no está bien esto, no esta bien que estés acá.

James: ¿Por qué?, ¿no querés que esté con vos? - dijo con una expresión de confusión.

Yo: Me encanta que estés acá, y me gustaría que te quedes. Pero esa chica está loca, ya viste todo lo que hizo hasta ahora, ¿y si hace cosas peores?, ya demostró que no tiene miedo de lastimar a nadie.

James: Pero...

Yo: Ya sé, James. Pero no quiero que te pase nada, o a mi, o a los chicos. Prefiero que te vayas a vivir con alguno de los chicos y yo quedarme sola, así al menos ella sabe que no estamos juntos. Ella misma lo dijo, le molesta que estemos juntos, dice que "te robé" - hice comillas con mis manos.

James: El problema es que yo sí quiero estar con vos... - me quede muda. El no hablo, nos quedamos en silencio por unos segundos.

Yo: Pero, nos puede pasar algo... - James se acercó a mí y me abrazó por la cintura.

James: No nos va a pasar nada, te lo prometo, yo te cuido, vos a mí. Nos cuidamos mutuamente. - puso sus manos en mi cara acariciándola dulcemente.

Yo: No sé, creo que deberíamos esperar...

James: ¿Esperar qué? - se iba acercando lentamente a mí.

Yo: Basta, James. - me safé de su agarre - Sólo... Esperemos. Quiero que te vayas a vivir a otro lado, por favor, no quiero que te haga nada. - dije enojada, odiaba que se fuera, me gustaba vivir con el, pero es por la seguridad de ambos.

James: - se quedó unos segundos inmóvil, mirándome sorprendido - Bueno... Si querés eso.

James se dirigió a la puerta con la cabeza gacha, mirando el suelo. Abrí la puerta para que se fuera, y el salió. Me apoye sobre ella, estaba agotada y frustrada. Cerré los ojos para tratar de relajarme, pero no pasó demasiado tiempo que alguien toco la puerta. La abrí, era James, quién se lanzo a mi rápidamente, sin ni siquiera déjame decir algo o pensar. Me tomo fuertemente en sus brazos, me beso, cerró la puerta y me apoyo contra ella, yo lo seguí. En lo único que podía pensar en ese momento era "a la mierda, me encanta este chico".
Nos besabamos fuertemente, con mucha pasión, el me tomaba fuerte de la cintura, yo acariciaba su cabello y su espalda.
Me subí arriba de él, seguíamos besándonos, con las bocas abiertas y jugando con nuestras lenguas. El me sentó sobre la mesada de la cocina, me bajo los pantalones y mi bombacha rápidamente. El se bajó lo suyo, y se introdujo en mi. Lo hizo de una manera rápida que me encantaba, mientras yo le daba besos en el cuello, y el no paraba de gemir. Estuvo largo rato así, hasta que fue disminuyendo la velocidad con que lo hacía, hasta parar. James se quedó así, con las manos apoyadas a mis costados, en la mesada, yo sentada arriba aún. El me dió un corto beso en los labios, y apoyo su cabeza en mi hombro.

James: Te quiero. - dijo con la voz algo agitada y con la cabeza aún hundida en mi hombro.

Yo: - le levanté la vista y le sonreí - Yo te quiero más, James.