Seek And Destroy [James Hetfield y Tú]

Capítulo 30 [CAPÍTULO FINAL]

Levanté la vista. Sentía que el sol me cegaba la vista, que me ardían los ojos. Bajé mi vista para recuperarme y volví a mirar con los ojos entrecerrados. Cuando la imagen se hizo un poco más nítida, pude notar que era Lars. Enseguida volví a esconder mi cara entre mis piernas y mis brazos, no quiero que me vea así, no quiero que nadie me vea así.

Yo: Andate, Lars. - el no contestó, no dijo nada, solo se sentó junto a mi, con las piernas estiradas hacia adelante y apoyado con el peso en sus brazos. Sé que Lars no es muy bueno hablando,así que en este momento debió sentirse incómodo.

Lars: Ey... ¿Por qué no vamos a casa? - negué con la cabeza aún entre mis piernas.

Lars se quedó unos minutos sin decir nada. Luego escuché que hizo ruido con el encendedor, así que deduzco que está fumando. Levanté mi cabeza y ví que estaba dándole una pitada al cigarro.

Yo: Dame. - dije con los ojos hinchados y estirando la mano. Lars hizo caso y me dió el cigarro, yo fumé y luego solté el aire por la nariz.

Con Lars mirábamos el cielo, el día estaba algo gris, pero bien. Yo no me sentía bien, no quería hacer nada más, quería que James saliera de ahí.

Yo: ¿Cómo podés estar tan tranquilo? - dije sin mirarlo y con el cigarro aún en mi mano.

Lars: No lo estoy. - dijo sacándome el cigarro. Lo miré sin que me convenzan sus palabras. - An, sinceramente, ¿que más podemos hacer?

No le contesté más. No quiero parecer que lo critico, pero no parece muy afectado por el tema, y eso me pone de mal humor.
Seguimos fumando, en silencio, había una leve brisa que hizo que mis lágrimas se secaran. Ya había dejado de llorar hace un rato, pero no había dejado de sentirme mal.

Lars: An, vamos a casa. Por favor. - lo miré seria. El no tenía ningún tipo de expresión en la cara. Aún así, le hice caso, y me levanté junto a él para irnos.

Caminamos unas cuadras, ví la calle larga que daba a la casa de Dave. Recordé todo lo que me había hecho pasar, y todo por lo que está pasando James ahora, todo por su culpa. No pude evitar pensarlo. No pude evitar que se me pasara por la cabeza. Lo pensé una, dos veces. Primero me pareció una locura, luego de unos segundos más, ya no.

Comencé a correr rapidísimo, como jamás en mi vida, soy muy mala corriendo pero esta vez hasta parecía atleta. Lars comenzó a gritarme que parara, seguramente se dió cuenta de a dónde quería ir. Me siguió, pero no me alcanzaba.

Lars: ¡An!, ¡Alto ahí!, ¿¡Qué haces!?

No escuché a nada de lo que decía y solo corrí. Hasta que llegue a su casa, no tenía miedo. Estaba tan enojada que no sentía más que eso; enojo.

No toque la puerta, no estaba en condiciones de hacerlo. La pateé, no pude abrirla. Le di un empujón y me caí. Volví a darle una patada y finalmente se abrió, justo antes de que Lars llegara.
Entre a la casa de Dave, y comencé a gritar su nombre en búsqueda de el.

Yo: ¡Dave!, ¿¡Donde estás hijo de una gran puta!?, ¡Dave!

Lars: ¡Ana!, ¡Corres como una yegua! - dijo apoyando su brazo en el marco de la puerta y respirando agitado.

Sin darle importancia a lo que Lars decía, comencé a caminar por la casa buscando a Dave, mientras puteaba entre mis dientes. No podía encontrarlo. Volví hasta donde estaba Lars, y caminé hacia lo que era la cocina, pero Lars se interpuso en mi camino.

Lars: ¡An! - dijo tomándome por los hombros impidiéndome el paso. - ¡Basta, mujer!

Yo: ¿¡Qué carajo te pasa!?, ¿¡Acaso no te interesa James!? - dije sacándolo.