Capítulo 15

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La libertad es más que explorar más allá de los límites. Es sentirte bien contigo mismo, sin compromisos, sin cargas, sin cadenas que se adhieran a tus pies.

Pero en mi caso, no tenía ninguna de esas cosas.

—¡Enhorabuena! Has mejorado bastante —dijo el médico. Habían pasado cinco semanas y había mejorado bastante. Kalyn me había visitado bastante, pero esta semana no lo haría, pues se había ido de vacaciones. Me había traído un violín fino y un tanto pequeño. También me había dado unas cuantas clases de ello. Aunque aún no sabía tocar. Mis padres me habían visitado todos los días, aunque sus visitas era breves debido al trabajo. Había hablado con Peter algunas veces y me agradó bastante. Nancy también estaba mejorando, y eso me agradaba bastante.

—Gracias —sonreí.

—Espero que sigas así y en poco tiempo volverás a tu hogar —motivó.

—Lo haré —me comprometí.

Pero aún no estaba del todo bien, seguía obsesionada con mi peso, pero cada vez iba disminuyendo. Al igual que los dolorosos recuerdos de Tomas.

—Bueno, mañana te haré otro chequeo, debo hacer algunos asuntos. Si gustas ir a la sala de arte tienes mi autorización —asentí y se fue.

Me senté en la camilla, me recosté y miré hacia la silla en la cual se encontraba una carta. Me levanté y la tomé.
"No te olvides de tu amor, pequeña. -T"

—¡Puta madre! —maldije en voz baja.

Pensaba que aquellas cartas habían quedado en el olvido. Pero ¿y si realmente era Tomas? ¿y si fingió su muerte por una lógica razón? ¿acaso podría seguir con vida?

Doblé la carta, salí de la habitación y me dirigí a la sala de artes aún con la carta en mi mano. Esperaba encontrar a Nancy, pues no la había visto en su habitación. Entré al salón, y para mi buena suerte, ella aún estaba ahí. Se encontraba sentada en su silla de ruedas, a un lado de la sala, leyendo un libro marrón obscuro.

—¿Qué lees? —pregunté curiosa.

—Algo sobre los trastornos alimenticios —sonrió.

—¿Hay algo interesante?

—No lo creo, es lo mismo de siempre —hizo el libro a un lado—. ¿Necesitas charlar? —ella notó mi cara de preocupación.

—¿Recuerdas del chico que te hablé? —pregunté con un nudo en la garganta. Hacía mucho tiempo que trataba de olvidarme de él, y cuando lo comenzaba a lograr, otra carta aparecía. Nancy sabía todo lo que había pasado con Tomas, pues nos habíamos vuelto muy unidas.

—¿Tomas? —asentí con la cabeza—. Por supuesto ¿qué pasa?

—Me han llegado cartas desde hace unos meses, antes de llegar aquí, creía que habían terminado, pero no fue así. Hace un rato me encontré con una nueva.

—¿Qué decían esas cartas? —levantó ambas cejas.

—Cosas que tenían que ver con Tomas. Mira ésta —le mostré la carta que tenía en la mano. La tomó, la leyó y abrió los ojos como platos.

—¡No puedo creerlo! —exclamó—. ¿En realidad puedes creer que sea Tomas?

—No, es decir sí, bueno no, bueno no sé —llevé mis manos a la cabeza.

—Hay una manera de saberlo —sonrió de lado.

—¿Cuál?

—¿Recuerdas la letra de Tomas?

—Tengo varias cartas en mi casa, pero no puedo salir, me costaría más meses aquí —me encorvé de hombros.

—¿No recuerdas algo?

—No lo sé —me senté en la sala—. Intentaré recordar.

—No te distraeré —tomó el libro que había hecho a un lado y retomó la lectura.

Me recargué, cerré los ojos, y el bonito y divertido recuerdo vino a mi mente.

"Tenía dieciséis años, y nunca se me dio la física. Pero a Tomas realmente le resultaba sencillo.

—¡Ps! —susurré. Ese día era el examen de física. Había estudiado, pero nada de ello venía <<Odiaba cuando pasaba eso.>>

—¿Qué pasa? —susurró.

—No entiendo ni madres —hice una mueca de cansancio.

—Tengo una idea —sonrió de oreja a oreja —. Pásame tu examen.

—¿Qué?

—Señorita Roswood, ¿Está buscando algo? —dijo el profesor canoso y con barba de Santa Claus. Odiaba a ese profesor, olía a viejo y su mirada era pesada. Vestía siempre de saco café <<Apostaba que traía el mismo saco todos los días>> Y además sus clases eran como una pesadilla.

—Sí, mi lápiz —escuché a Tomas reírse por lo bajo y le lancé una mirada asesina.

—Por lo que veo, su lápiz está en su mano.

—¡Ah! Lo que pasa es que ocupo lentes y no lo ví, perdón —bajé la cabeza. Tomas y mis compañeros riéron. El viejo rodó los ojos y se concentró en beber su café.

—¡Pásamelo! —dijo Tomas.

El maestro se distrajo amarrando sus agujetas. Le pasé el examen y el me pasó el suyo, el cual ya estaba contestado para que no se dieran cuenta. Me sorprendía que ninguno de mis compañeros hubiera notado nada. Pero todos estaban concentrados en el maldito examen de pesadilla. Miré al examen de Tomas, su letra era delicada y estaba ligeramente inclinada hacia la derecha. Solía hacer una larga colita en la letra "A" la cual se veía linda.

Sonó el timbre que indicaba que la clase había terminado. Le pasé a Tomas rápidamente el examen y el el mío.

Días después el profesor entregó los exámenes <<¿Y adivinen quién se sacó diez?>>"

—¿Recordaste algo? —preguntó Nancy dejando su libro de lado.

—Sí, pero no lo sé, la letra puede cambiar bastante en dos años  —suspiré.

—¿Hay alguien que quiera hacerte daño?

Miré hacia el techo. Tal vez podría ser Chloe, pero ¿Cómo? Había sido mi mejor amiga durante años, y las cartas habían llegado mucho antes de nuestra pelea. No podría imaginarme otra persona, nunca había tenido problemas serios con alguna persona, y me gustaba creer que ninguna persona me haría ese tipo de daño. Tal vez realmente era Tomas...

—No se me ocurre nadie —chasquee los dedos.

—Deja que las cartas te sigan llegando, quizá te llega una en la que puedas darte cuenta quién es y así dejar tus preguntas sin respuesta a un lado —me aconsejó.

—Tienes razón, esperaré a que lleguen las demás cartas, si es que llegan —cerré los ojos intentando darme una idea de la persona que podría estar haciendo eso.

—Llegarán —me animó.

—Eso espero, iré a tocar un poco —me levanté de la sala y me dirigí a la parte en donde se encontraban los instrumentos. Tomé mi violín el cual guardaba ahí y tomé unas de las notas que guardaba junto al hermoso violín y comencé a tocar.

<<Las personas a las que realmente quieres, nunca se olvidan, únicamente puedes ser capaz de superarlas, y es una tarea muy complicada.>>

Con amor, tu mejor amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora