C. VI ⚽

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Tuve que salir por mas de dos horas al centro de la ciudad pero la pintura y las cosas para remodelar valian la pena.

Tenia solo dos semanas para poner todo mi esfuerzo en la casa antes de que la temporada iniciara al igual que mis entrenamientos.

-Papá, ¿podrias hecharme una mano?- necesitaba ayuda. No solo lo haria yo habia contratado a un par de ayudantes que estarían a mi disposición.

-Claro- tomo un par de cubetas de pintura y entro a la casa.

-¿Con que debemos empezar?- sabia que debia haber un inició y un final, no un poco por aqui y otro por allá.

-Creo que la cocina, a tu madre le encantara ayudar- imaginar a mi madre en un lugar tan lindo hizo que mis animos subieran.

-Buena, idea, los ayudantes llegaran en una hora mas o menos, asi que manos a la obra- habia platos por doquier y los muebles eran sumamente viejos, tal vez pidiera unos por Internet.

Imaginamos mil colores qur poner en la cocina, donde quedaria bonitos los cuadros de frutas que habiamos comprado en Internet, ademas de los muebles.

-Los dejo- me excuse con mis padres, habia algo que tenia pendiente hace ya días.

-¿A donde vas hijo?- los ojos de mi madre se cristalizaron.

-Voy a visitar al Señor Torrance- mis padres me dejaban verlo como una abuelo para mi, el me ayudo mucho con el futbol, siempre estaba sopo y yo me encargaba de darle compañía.

Sus hijas lo dejaron y solo algunas veces tenia visita, yo no lo he vuelto a visitar desde que me fui, pero siempre le mando un regalo en su cumpleaños y navidad.

-Con cuidado Daniel- bese la frente de mi madre y me despedi de mi padre quien ayudaba gustoso en la remodelación.

Solo tenia caminar un par de metros para llegar a la casa del Señor Torrance, un par de minutos y no me tomaria mucho más  tiempo si no fuera por el auto que casi me atropella.

El juego de la princesa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora