C.IV⚽

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La casa estaba un poco descuidada, sabia que el dinero que mandaba se iba para los estudios medicos de mi madre.

Pero aun así, esta casa se caia a pedazos.

-Mamá, papá- entre en mi antigua casa, aquella que me vio crecer y convertirme en el mejor futbolista.

Mi padre tenia poco tiempo para enseñarme pero aun así lo hacía, aunque gracias al señor Torrance, mis jugadas fueron mejores.

-¿Estan aquí?- por un momento imagine lo peor.

-¡Aqui estamos!- escuche la voz de mi madre.

Entre a la cocina donde se encontraban.

-mamá, papá- corri a abrazarlos.

-Mi bebé- mi madre apreto mis mejillas, las cuales al instante tomaron un color bastante rojo.

-Basta mamá- rei, extrañaba sus cariños.

-Hijo- mi padre me dio un gran abrazo -¿Que haces por acá?- miro mis maletas.

-Me quedare aca, el equipo nacional me ha aceptado- estaba feliz de compartir esa noticia.

-Oh mi hijo!- los brazos de mi madre me atraparon nuevamente.

-ya mamá, iré a darme una ducha- habia tenido un entrenamiento de prueba y estaba totalmente sudado.

-No tardes, preparare tu comida favorita- bese su mejilla y subi.

Mi madre parecia mejor, al parecer el cancer cada vez era menos y yo seguiria apoyandola.

Todo estaba como lo habia dejado hace cinco años, cuando mis sueños se hicieron realidad y tuve que dejar esta casa.

Ahora ademas de entrenar, remodelaria la casa, digna para que mi madre viva mejor.

El juego de la princesa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora