Día 9

994 75 21
                                    

Ayer olvide que Martinus y yo debíamos hacer un trabajo juntos para el martes que viene. Lo esperé fuera de su casa para preguntarle donde lo íbamos a hacer.

—¿En qué casa lo vamos a hacer? —pregunte cuando lo vi caminar como una super estrella aunque lo era.

Se sonrojo pero no fue mi intención, el le dio doble sentido a lo que dije— ¿A qué te refieres?

—Ese trabajo que nos dejaron ayer, tenemos que hacerlo un día de estos.

—Ah... lo había olvidado, pero puede ser en la tuya porque la mía está muy sucia.

Lo que dijo me contento por un momento, olvido algo que pasó ayer pero recuerda cual es el sabor favorito de mi helado. No podía decir que no valiera la pena ser amiga de este chico—La mía también lo está —susurré pero no me escucho. Se veía muy feliz ese día, no le veía el porque.

—Te veo muy feliz ¿algo que quieras contarme?

—Por nada, sólo que mira este hermoso día —alzó sus manos sonriendo, pasaba algo pero no me quería decir que y deje de insistir.

—Entiendo si no me quieres contar, tranquilo.

Era ya tarde, esperaba a Martinus para empezar a trabajar con ese trabajo y dejar de estresarme. El timbre sonó y baje a verlo, su peinado era diferente al de los anteriores días pero le quedaba mucho mejor el de ahora. Sonrió haciendo que reaccione y cierre mi boca. Lo tenía todo acomodado para el lado izquierdo con un poco de gel.

—Nuevo peinado —sonreí y él también lo hizo— me gusta.

—A mi también, antes lo tenía así pero luego me aburrió y me cambié al que veías estos días pero decido volver a este porque... —se acercó a mi oreja— me veo más guapo y las chicas babean cuando me ven.

Estaba empezando a cambiar de idea. Tenía celos por un simple comentario que él dijo, ¿cómo es eso posible?. No podía pasarme eso a mi. Seguro lo decía por la cara que puse cuando lo vi, no pude evitarlo. Estaba muy apuesto.

—¿Listo? —no escuche lo que dijo por estar concentrada en mis pensamientos y sólo asentí, no debió haber sido nada malo— entonces iré a tu cuarto mientras tu terminas de hacerlo, gracias —corrió por las escaleras. No entendí lo que dijo y no tenia mas opción que hacérselo saber.

—¡Martinus! Vuelve aquí, no escuche lo que tenía que hacer —empecé a caminar al ver que no regresaba.

Saco sólo su cabeza mirándome mientras reía a carcajadas— dije que si tu querías hacer ese trabajo sola mientras yo voy a descansar a tu habitación y aceptaste.

—¡No! Yo no voy a aceptar eso, es injusto —estaba pagando las consecuencias por no haberle prestado atención pero no se iba a quedar así.

—¿Entonces por qué dijiste que si? Debes cumplir tus promesas, adios.

Cerró la puerta, esto no me estaba pasando a mi —Lo siento, no te había prestado atención y no quise decírtelo porque no quería que te molestes conmigo. Ahora abre la puerta —toque varias veces pero no contestó.

—No pensé que tu serías capaz —abrió la puerta mirándome indiferente.

—¿Vas a ayudarme? —pregunte inocentemente.

—Me dolió —llevo su mano a su pecho y la otra tomo el mango de la puerta para tirarse al suelo. Dramático.

—Estas manchado mi piso —bromee. En un segundo ya estaba parado frente a mi limpiandose.

—Diría que fue lo opuesto —realizó una pausa, se formó una sonrisa de lado en su rostro. Significa que algo malo iba a pasar— te puedo perdonar si me dices en que estaban pensando.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora