—Muy bien, relajate — me giro y puso sus manos sobre mis hombros. Sentí como se me erizo la piel de nuevo cuando Martinus me tocó pero no quería que pare, se sentía muy bien.
—Me gusta —puse mi cabeza arrimada a mi brazo.
—¿Todo lo que te hago? Si ya lo sabía.
—Tampoco exageres.
—Aunque lo niegues se que te encanto —bajo su cuerpo rozandolo con el mío hasta que hablo en mi oreja— mira como te pones —rió.
Tal vez tenía razón.
—Muchas gracias pero ya puedes parar.
Gruño pero se quitó de mi. Se acostó junto a mi y empezó a mirarme tiernamente. No podía dejar de sonreír siempre que lo veía así, este chico es realmente hermoso y no exagero.
— Me gustas más que los tacos —sonreír por lo que dijo— pero enserio, dejándome de bromas. Te quiero —se acercó mas a mi, nos íbamos a besar.
—También te quiero —pase mis manos detrás de su espalda mientras nuestros labios rozaban. Siguió así por un rato hasta que comenzó a besar mi cuello y dejarme marcas.
—No... —se separó y me miró raro— mi mamá no vio esta —señale la marca que ya me había dejado— si haces más se va a dar cuenta y me matara.
—Solo te voy a besar y tal vez te deje alguna marca pero más abajo para que no lo vean —guiño su ojo. Lo que me hizo ayer fue bueno pero no estaba segura.
—Yo también quiero intentarlo —era injusto que solo él marcara mi cuerpo.
—Primero lo haré yo... —se colocó sobre mi besando suavemente cu cuello y mis labios. Sentia mi cuello húmedo, era una sensación rara pero no tan rara como la que sentí en mis bragas. ¿Qué me pasa? No hice caso y seguí disfrutando pero tomo el borde de mi camiseta para bajarlo un poco. Sentí como succionaba mi piel, esta vez más fuerte. Puso ambas manos debajo de mi pecho como si quisiera tocarlos pero no se atrevía, tampoco sabía si quería si lo haga. Bajo más y beso la parte de arriba de mi pecho, sentí su lengua y como succionaba mi piel, no voy a negar que se sentía bien. Solté un quejido porque me dolió y se apartó soltando una risilla— lo siento.
—Creo que es mi turno —sonreí divertida. Se apartó de mi y se acostó, su torso seguía descubierto, esta vez aprecie cada parte de el. Abrí mis piernas para poder llegar a su cuello y puse todo mi peso sobre él dejando mis brazos en los suyos. Mi pecho tocaba el suyo haciendo que mis pezones endurezcan más. Hice lo mismo que había hecho y bese su cuello pero no veía ninguna marca, ¿cómo lo hace? No qieria preguntarle y seguí así.
—Quiero que me marques igual que yo lo hice —me pego más a él poniendo sus manos en mi espalda. Joder, otra vez pude sentir su miembro pero estaba más duro.
—No puedo hacerlo —admití avergonzada.
—Sólo succionar mi piel, con eso bastará y hazlo un poco más abajo de mi cuello, tampoco quiero que mi madre me asesine —empezó a reír y yo hice lo que me dijo. Su piel quedó roja después de separarme y segundos después quedó un poco morada, estaba funcionando. Deje muchas en su clavícula, me gustaba hacerlo. Había acabado y Martinus terminó con su respiración algo acelerada.
Ya era tarde, un poco más de las seis y por suerte Martinus se quedaría conmigo este día. Dejamos de jugar hace un rato y sólo nos quedamos acostados juntos.
—¿Quieres comer algo?
—Tal vez... —me miro pervetidamente pero vio que me enoje— pero me voy a dar una ducha ¿puedo usarla? —asentí.
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30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)
RomansaMartinus conoce a una chica de la cual se hace muy buen amigo de ella o mejor dicho más que eso. Sólo tienen un problema. Martinus tiene un pequeño secreto que lo cambiará todo y deberá decirle adios pero... ¿Para siempre o sólo por un tiempo indefi...