Día 133

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Despertar no fue nada fácil después de la celebración que tuvimos pero por suerte era domingo. Odiaba tener que levantarme en la mañana para ir al baño porque después ya no podía volver a dormir y así fue, regrese a la cama pero ya no pode conciliar el sueño, sólo miraba a Martinus, siempre me gustaron sus pestañas tan largas, gruesas y rizadas acompañadas de sus sutiles pecas. Pase la yemas de mis dedos suavemente sobre su rostro, parecía un ángel al que me encantaba tocar. Lo desperté sin querer y se notaba tan casado.

-Sigue durmiendo, te traeré el desayuno a la cama- dije levantándome para dejarlo dormir.

-Solo te quiero a ti, vuelve- dijo algo dormido. No tuve otra opción que hacer lo que me dijo. Me recoste junto a él y paso sus manos por mi cintura acercandome más a él poniendo su cabeza sobre mi pecho. -Te amo ¿lo sabes? No te lo digo todo el tiempo porque pienso que te puedo cansar pero te amo, no quiero separarme de ti- se veía aún medio dormido lo que me pareció gracioso.

-Lo se y tu también sabes que te amo mucho- acariciaba su cabello despacio para que pudiera dormir otra vez, era como un bebé.
No entendía porque se comportaba así pero me gustaba mucho. Si fuera por mi nunca lo dejaría lejos de mi pero no es posible. Sin darme cuenta yo también dormí pero despertamos después de una hora.

-Ahora si iré a preparar el desayuno- dije separandome de Martinus.

-Vulve rápido- suplicó.

Preparé lo que más le gustaba y subí después de unos quince minutos. La puerta estaba abierta y entre para dárselo. Martinus tenía su celular en las manos pero me vio y lo guardo, yo sólo sonreí, quizá era porno.

-¿Qué sucede? Me estás escondiendo algo- dije bromeado.

-Nunca lo haría- dijo riendo -No es nada importante-

-Si tu lo dices, confiare en ti osito- dije haciendo que se atranque con el jugo.

-Pensé que ya lo habías olvidado.

-Nunca lo haré, me encantó verte así en ese video.

Trataba de sonreír pero se notaba que le pasaba algo.

-Dime ¿qué te ocurre?- dije en tono serio - Te conozco y no me puedes mentir-.

Trago fuerte y se sentó más recto -Es sobre mi hermano, lo extraño-

-¿Querías hablarle? Sabes que debes hacerlo, es tu otra mitad- fui a abrazarlo.

-Tengo miedo, lo abandone por mucho tiempo.

-Debes hablar con él ¿te ayudo?- dije con las mejores intenciones.

Lo pensó un momento pero aceptó. - Esta bien, esta es su cuenta personal en instagram- dijo mostrándome su celular. No tenía más de quinientos seguidores pero si muchas fotos que nunca había visto. Martinus miro mi confusión riendo un poco -Este es uno de nuestros secretos, si tenemos una cuenta personal para cada uno pero sólo para nuestros conocidos es por eso que la tenemos en privado-

-Eso no me lo esperaba- dije pensando en la cuenta de Martinus, nunca me lo había dicho pero no era nada grave. -¿Qué le vas a escribir?- pregunte curiosa.

-Lo he estado pensado todo este tiempo y aún no me decido- dijo frotándose el cabello.

-Un "¿Cómo has estado hermano?" No sonar la nada mal y podrían empezar desde ahí- dije dándole una palmadita. Martinus asintió y empezó a escribir. Lo noté nervioso pero era lo mejor.

Pasaron unos minutos y no recibía ningúna notificación. Empecé a preocuparme pero no lo demostre, tal vez Marcus si estaba enojado con Martinus.

-No me va a responder- dijo desanimado dejando si celular a un lado.

-Quizá no tiene batería o no está con el y por eso aún no te responde, no te estreces- lo abracé.

-O en verdad esta enojado conmigo.

Martinus después de comer fue a bañarse y yo me quedé sentada en la cama viendo su celular. ¿Cómo Marcus podía comportarse así con su hermano? Martinus no se merecía eso. Tardo un poco más de lo normal y salió con su cabello todo mojado, era muy sexy.

-¿Y?- preguntó desanimado. Me hacía sentir tan culpable porque fui yo la que le pidió que le escribiera.

Mire el celular nuevamente esperando una simple notificación pero no llegó, mi cara habló por si sola y Martinus siguió con su camino.

-Veras que después de respondera- trataba de animarlo pero no podía.

-Dejame solo por favor- parecía que quería llorar. Salí sin decir nada más para que pudiera pensar.

No conocía a Marcus pero se que debe parecerse a su hermano. Una parte de mi esperaba que le contesté pero otra tenía algo de miedo.

Limpié algunas cosas y las puse en su lugar, no tenía mucho que hacer sin él. También preparé un pastel de chocolate para más tarde. Escuché la puerta abrirse, no sabía si ir a verlo o dejar que venga a buscarme. Esperé un momento y empecé a caminar hacia las gradas.

No quería tocar el tema a menos que él lo quisiera, no quería incomodarlo más. -Estoy preparando un pastel- dije aunque no se si fue buena idea.

-Esta bien- respondió sin una pizca de entusiasmo. -Saldré un momento- se dirigió a la puerta y salió de casa.

Entendí que no estaba aún bien y lo mejor sería que lo deje pensar a solas. Lo esperaría hasta cuando vuelva de su pequeña caminata para hablar.

Estaba por anochecer y Martinus no llegaba, estaba demasiado preocupada por él, no tenía idea de donde estaba. Tome un gran abrigo que tenía y salí a buscarlo. No podía verlo por ningún lado, estaba a punto de enloquecer por no saber nada de él. Busque por un poco más de una hora pero no encontré nada. Regresé a casa resignada de no haber tenido éxito. No debí decir nada, siempre que trato de ayudar lo arruinó aún más.

Fui a la cama pero sólo para recostarme y esperarlo.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora