Día 82

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Estoy demasiado preocupada. Federica esta semana no a dejado de molestarme con la misma pregunta de ¿puedo ir a tu casa?. Traté de evadirla pero es imposible. Viene todos los dias al salón a buscarnos y pasa todo el receso con nosotros. Ya no podemos tener un tiempo a solas. Quiero pensar que no está interesada en Martinus pero lo sé, ella lo está.

Infelizmente hoy no tuvimos una excusa y la tuvimos que invitar a nuestra casa a ver una película.

Ojala llueva y se le quite las ganas de venir.

Salimos del colegio para ir a comprar una pizza.

-No te estreces amor- Martinus siempre está muy tranquilo, no sé cómo lo hace.

-Federica no me da buena espina, sólo eso- sentir su mano junto a la mía me aliviaba. Él era mi novio y no de ella, me eligió a mi por eso no debo preocuparme pensé.

-Nos alejaremos de ella si así lo deseas. No quiero que te sientas incómoda pero esta vez ya no podemos retractarnos.

-Eso lo entiendo. Compremos la pizza de una vez.

Llegamos a casa para arreglarla un poco porque raramente lo hacemos, visita es visita.

Terminamos un poco cansados y decidimos tomar un descanso en el sofá.

-No sabes cuanto te amo, nunca pensé que podría amar de esta manera.

Cada vez que pensaba que ya no podría amarlo más, él siempre me decía algo realmente hermoso. ¿Cómo lo haces Martinus?.

-Me haces sonrojar. Yo tampoco pensé amar a alguien como a ti. Te amo- nos besamos, sus labios sobre los míos siempre me tranquilizaba.

Soy tan afortunada por poder sentir sus labios cada vez que los deseo. No imagino como las demas chicas querrán hacerlo.

Tan felices que estábamos y llegó Federica. No soy ingenua como ella cree, sabe que me doy cuenta lo que trata de hacer pero aún así es una descarada.

-Tocaron la puerta, seguro es ella. Iré a abrir- Martinus se apartó de mi para ir a recibirla.

-Hola Martinus.- ni bien abrió la puerta y ya se lanzó a sus brazos. Su tonta excusa es que ella es muy cariñosa, como si alguien creyera esa estupidez.

-Hola Federica- mi modo sarcástico sale muy natural, no puedo evitarlo.

-Amiga mía- corrío a darme un beso. Si que se puso perfume.

-Ponte cómoda que la película va a empezar- Martinus siempre tan amable.

-No se si tengan un inconveniente pero quisiera ir a una cama, me duele mucho mi pierna y quisiera estirarla- su cara de dolor se presentó en ese momento pero no me convenció del todo.

Si te duele algo deberías permanecer en tu casa hasta recuperate y no venir a molestar a una pareja. ¿Ir a su habitación? ¿Qué pretendes?

-Pues- Martinus espero un momento hasta responderle, ese no era nuestro plan -Claro, te llevaré a él mientras subimos lo demas-

Su sonrisa se dibujo en ese rostro. ¿No que estabas sintiendo dolor hace un momento? Hipócrita...

-Eres muy amable Martinus.

Deja a mi hombre, es lo único que se me venía a la cabeza.

Después de unos minutos subiendo las cosas a nuestra habitación por capricho de Fedrica ya estábamos listos. Yo tuve el trabajo de subir todo porque ella se quedó un momento con Martinus. Le preguntaré cuando ella se vaya de que hablaron.

Martinus ni yo hablamos mientras veíamos la película pero Federica no dejaba de hacer comentarios mirando a Martinus, ignorandome por completo.

La mirada que tenía lo decía todo, Martinus lo noto y se empezó a sentir incómodo por eso. Nada de esto me agradaba, Federica estaba en medio de nosotros por la gran escusa de su dolor en la pierna, yo por poco y me caía de la cama pero trate de no quejarme, Martinus también estaba cómodo aunque este al otro extremo, yo era la única incómoda.

De un momento a otro los dos se callaron porque Federica dejó de hablar. Sólo lo miraba de reojo.

-Amiga se que esto tal vez sea mucho pedir pero podrías darme un jugo de naranja, es hora de mi medicina y sólo puedo tomarlo con eso.

Esperaba a que Martinus se ofreciera para no quedarse sólo con ella pero parece que ni le importó porque seguía viendo la película sin prestarme atención.

-Claro, ahora regreso- debía hacerlo, no tenía una buena excusa para negarme.

-Que sea natural por favor.

Solo porque ya salí de la habitación no me retracte. Demasiado exigente y ni es su casa.

Corrí más rápido que Flash o bueno así lo vi yo. No quería dejarlos solos pero esas malditas naranjas no coperaban. Terminé y subí corriendo.

Tocaría la puerta pero es mi casa o lo será, no lo sé sólo no lo quise hacer.

El jugo que traía se me cayó y el vaso se rompió. ¿Porqué me hiciste esto Martinus? Decías que me amabas y que no te fijarias en nadie más. Gran mentira. Confiaba en ti, lo hacía.

Fui una tonta por esperarte ese tiempo que te fuiste, debí olvidarte mientras pude pero ya lo dije, soy una estupida. Mis padres tenían razón, eres una mierda.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora