Capitulo 4. La distracción en forma de novela rosa.

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Sin querer sonar petulante desde siempre he sido una persona destacada en los estudios, tengo en mi un instinto de responsabilidad impresionantemente opresor, además de una buena memoria y predisposición para ansiedad. En resumidas cuentas, jamás había encontrado una distracción tan fuerte que me mantuviese fuera de mi más de cinco minutos.

Cuando estudiaba la educación básica nos obligaban a llevar un libro a casa cada semana, eran títulos sencillos, pero claramente los primeros en agotarse eran los de muchas imagines y letras grandes. De los libros que nadie quería me había llevado dos, eran largos sin imágenes a color y con letras pequeñas; uno iba sobre un niño con piojos, pero desde la perspectiva del piojo, nunca los había compadecido más. El segundo fueron leyendas, cuentos y mitos de mi país, mi cerebro quería explotar con tantas letras, pero no podía detenerme, los escalofríos, el miedo que me producía lo que leía, me hacía querer más. Todo fue bien hasta que leí más de esos libros en mi casa y comencé a combinar lo que leía con mis ideas y entonces transformaba una leyenda en un cuento de terror para mis compañeros. Eso solo me llevo a la dirección con mi madre riéndose de las acusaciones y la maestra eliminando del estante todo aquello que fuese demasiado para un niño de 7 años.

Ese fue mi temporal adiós a lectura, pronto empezó a llegar el internet y las películas, la televisión se volvió más atrapante, salir a jugar por las noches al volver de la escuela, la tarea por las mañanas, un niño no puede hacer todo eso y además leer o eso creía yo. Así que con forme los años avanzaron prefería la música y las películas de amor que me hicieran llorar a leer, leer era tortura, leer nunca hubiese estado en mis planes de no ser por él.

'' - ¿Te gusta la poesía?''

¿Cómo se supone que despeje estas ecuaciones si hay tantas incógnitas?

'' -Claro ¿A quién no?''

Dios, en eso había intentado hacerme la interesante. Pero x, z y n ¿Cómo demonios?

''-Sorprendentemente hay personas que no la entienden o simplemente no le encuentran gusto. Y leer ¿Te gusta leer?

¿Qué le decía ahora? Había leído hace 6 meses libros para la clase de historia de México en secundaria, me habían gustado, pero no demasiado.

''-Creo que si, apenas voy comenzando a encontrarle gusto ''

MENTIROSA, me gritaba mi subconsciente. No podía creer que no podía resolver los ejercicios de uno de los temas que me habían resultado más fáciles.

Un plumón de pizarrón cayó en mi banca antes de que pudiera recordar su respuesta de esa mañana. Levante la vista del cuaderno para encontrar a mi profesor sonriente, me invitaba a levantarme para pasar a la pizarra, una invitación sin opción para el rechazo.

Con los nervios en mi estómago y la cara sonrojada que anunciaba mi incompetencia para esos ejercicios me levante, mis amigos (si ya podía llamarlos así) me miraban expectantes, no tenía ni la menor idea de lo que estábamos haciendo ¿x dividida entre un medio más x menos un tercio entre un cuarto? Jamás lo entendí.

Ojalá hubiese puesto atención a esa clase, dicen que toda la vida se basa en la jugada acción-consecuencia. Debí saberlo aquella vez, debí de haber dejado mis pensamientos sobre él y lo que yo le decía para las noches en que volvía casa, para el tiempo libre después de inglés, para la hora de comer luego de algebra. Quizás dos semas después eso hubiese provocado hechos diferentes, menos dolor, menos de todo. Posiblemente él me hubiera llamado antes, quizás él...

—No sé cómo resolverlo—dije, después de dos intentos humillantes en que escribía algo y lo borraba de inmediato. El profesor sonrió en reconocimiento, había notado lo distraída que estaba.

—Les dije que era un tema complicado, no se distraigan— asentí hacia él.

''- ¿Qué genero te gusta más?''

''- El romance, ya sabes amor y todo eso. ''

¿Para que le mentí? Me gustaban las películas de romance, al menos las que encontraba en esa categoría cuando vagaba por Netflix ¿Si quiera ''romance'' era un género valido en la literatura?

— ¿Ahora si te quedo más claro? — asentí, había mantenido la vista al frente, pero ni siquiera había registrado que el profesor se había puesto a explicar todo de nuevo, no podía decirle que no entendía ni un poco.

—Bien, entonces nos vemos la próxima — cuando el profesor salió suspire, no podía ser que me había mantenido completamente ausente por dos horas.

—Fue un tema difícil— le dije a Layla, una de las primeras chicas con las que me comunicaba más que con el resto.

Ella se rio un poco mientras guardaba sus cosas. —No realmente, de hecho, fue bastante sencillo. Es un chico ¿Verdad?

Levante la vista en su dirección, casi sorprendida. Yo era nueva en lo que respecta a todo el mundo de las emociones por otras personas, nueva en las distracciones, nueva con los sonrojos cuando pronunciaban el mero hecho de que existía. Me avergonzaba en magnitudes ridículas.

—Si, algo así, es mi amigo nada más.

—Pero ya te gusta ¿no? —me reí y negué. ¿Qué iba a decirle? ''Si, suspiro cada dos minutos por un chico que conocí hace 5 días'' Aun suena a locura.

''- ¿Enserio? También soy un gran fanático de ese género. Me gustaría recomendarte algo, tu podrías recomendarme algo a mí también.''

Atrapada en mi propia trampa.

''- En realidad no he leído gran cosa, quizás uno que otro libro para adolescentes, con consejos y eso. Ah, y una parte de Memorias de una Geisha. JAJA ''

Quería vomitar en ese momento, le había mentido y sin dignidad unos cuantos minutos después intentado remediar mi error torpemente. Cerré los ojos ante el recuerdo.

—¿Me acompañas a buscar el libro para química?

Layla era una chica unos cinco centímetros más bajita que yo, tenía el cabello teñido de rojo de las puntas y una gran y perfecta sonrisa. Habíamos hablado una clase y desde ese entonces procure estar junto a ella, pero no estaba lista para hablar sobre él, no todavía.

''- ¿Pero si quieres leer algo que te recomiende? ''

Siempre, siempre, te gritaría que siempre, ahora estaría lista con papel y lápiz para armar una lista con tus recomendaciones.

''-Claro, lo que sea. Supongo que un tiempo yo podría recomendarte algo a ti. ''

'' -Es uno de mis libros favoritos, en realidad lo he leído muchas veces. ''Como agua para chocolate''. Es especial jaja. ''

—¿Me esperas?, voy a buscar un libro — sin esperar respuesta me di media vuelta y tecleé en la computadora de la biblioteca el título.

Cuando apareció mi corazón comenzó a latir desbocado, era la primera vez que iba a solicitar prestado un libro. Había doce ejemplares disponibles, cuando estuve en los estantes solo tomé el primero que pude encontrar y salí, emocionada, impaciente, con ganas de llegar a mi casa y olvidarme completamente de todo, de abrir un libro sin obligación, de sentirlo a él por algo más que sus letras, de sentir las cosas que le parecían especiales.

Mi primera distracción fue él, una distracción verdadera en forma de novela rosa, de amor literario. Ese fue mi máximo regreso a la lectura, el imparable; aun cuando siento un hueco al recordarlo, me hubiese gustado darle gracias, gracias por ser mi impulso para algo que valorare toda mi vida, gracias simples por permitirme descubrir un poco más de la cuenta promedio. Ojalá ese impulso a la vida que me dio no se lo hubiera llevado, ojalá me hubiera dado menos, ojalá no tuviera tantas cosas que me lo recordaran. Pero solo una niña de 15 años que aun creía cosas absurdas, que dibujaba caras con letras y que aprendió tanto de la vida en tan poco tiempo, de una sola persona y para siempre.

'' - ¡Tengo el libro! Lo empecé de camino a mi casa, me encanta.''

'' -Quizás cuando lo termines pueda leértelo yo, leerlo juntos, por teléfono, cuando nos veamos de nuevo, no sé. Por ahora, que tengas buenas noches linda, te quiero. ''

Estar muy lejos #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora