5: ƨтαят тαʟκıпɢ

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09.01.1991

- Me duele hasta el trasero. - Habló Richie (*y empezamos mal*) un par de horas habían pasado en las cuales ambos estuvieron durmiendo, Elaina fue la primera en despertar con un dolor de cabeza típico de una resaca.

- Si tu no eres el que se embriago. - Dijo ella frotandose la cabeza con los ojos entrecerrados.

- Noo pero anoche me dejaste prendido y por "respeto" a tu flácido cuerpo no me desahogue. - La chica fruncio el seño en señal de asco ante lo anterior dicho.

- En primera; no han pasado ni cuatro horas y segunda ¿se supone que te tengo que agradecer? - Antes de que respondiese lo interrumpió. - Solo traeme un vaso de agua Richie. - El nombrado rodó los ojos y salio de la habitación en busca de complacer su pedido, Elaina aprovecho para recorrer el rededor con la mirada hasta que chocó con un simpático despertador diseñado con súper héroes, se levantó de la cama y se acerco a aquello checando la hora. - Dos y media... - Regresó el despertador a su lugar y siguió observando topándose con la pila de cómic's de Richie en su escritorio. De pronto, empezó a recapitular lo sucedido en la mañana con su hermanastro, el cuarto no era tan diferente al de él, se frotó los ojos aguantando las ganas de llorar y salio de allí bajando las escaleras. - Rich. - El chico se giro para verla sosteniendo un vaso en su mano.

- ¿Qué pasa? ¿No te sentías muy mal?

- Aun lo estoy pero... Ah... Tu habitación es un asco. - Dijo lo ultimó en el intento de olvidar lo pasado.

- Dejo que te metas con mi cara, con mi cabello tal vez pero no con mi espacio, retractate antes de que cambie esto por salsa picante.

- Agh ¿lo lamento? Mi cerebro sigue retrasado por el alcohol. - Se excusó tomando a la fuerza el agua antes sostenida por Richie.

- ¿No esta siempre así? - Volvió a agarrar el vaso y empujo a Ela al sofá para después sentarse a su lado. - ¿Quieres hablar de lo que paso en tu casa?

- ¿Me emborrache por algo no? - Dijo haciéndolo entrar en razón.

- Cierto, ya te veo en las calles pidiendo para el pan.

- Vete al demonio... ¿Tienes calcetines o zapatos? Creo que me podría dar hipotermia.

- Hay unas pantuflas debajo de eso. - Respondió señalando una mesa frente a ellos, ella se agacho sin bajar los pies para alcanzarlas. - Si no llegas podría calentarte yo, el sofá es lo suficientemente grande para hacerlo.

- ¡Podrías dejar de pensar en sexo por un jodido segundo y ayudarme! - Pidió ya algo fastidiada con lo que él le paso el par de zapatos los cuales se puso inmediatamente. - Bien, gracias.

- Ahora es tu turno de ayudarme. - Richie empujó a la contraria de la cabeza dirección abajo con la mano en su cuello, hizo un sonido de beso con sus labios y Ela se quejo por su humor negro. - ¿Qué? Jaja solo es una pequeña broma, no te hagas la dañada.

- Y tu no te hagas el dañado cuando te aplaste las bolas con un martillo. - Habló aun gacha con la vista obligada en los pantalones del chico gracias al agarre.

- Oye tranquila vieja, la violencia nunca es una opción, mejor hay que platicar como gente civilizada.

- Eres un idiota. - Dijo con la risa consumiéndola, contagiando así al otro hasta que el rechinar de una puerta los detuvo. Elaina se enderezó con rapidez y ambos miraron atentos hacia donde había provenido aquel ruido, la madre de Richie estaba paralizada en la entrada con un par de bolsas de supermercado en sus manos, una escena un tanto desagradable perturbaba la mente de la mujer, su niño ya no era más uno, pensaba.

MY FAVORITE DRUG ||Richie Tozier|| *INCOMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora