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"Ya sabes lo que dicen: Cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta."
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Deslizándose entre las sombras Shirou Fubuki ingresó a la pequeña habitación, la luz de luna que se filtraba por la ventana iluminaba débilmente su camino. Procuró ser silencioso, aunque sabía que su compañero no iba a despertarse por nada del mundo; tenía el sueño pesado. Se acostó en el futón blando que olía a lavanda y se cubrió hasta el cuello, comenzaba a hacer frío.
-Shirou.
Aquel murmullo vino de al lado. Sus enormes ojos claros apenas lograban advertir una figura de un chico pelirrojo. Intentó acostumbrarse a la oscuridad, pero no lo consiguió, Hiroto Kiyama era apenas visible. Emitió un leve sonido, pero había tanto silencio que hizo eco en la habitación.
-Duerme conmigo.- Solicitó.
Él no podía negarse a aquella petición. Se deslizó lentamente debajo de las sábanas de su compañero, se abrazó a su cintura y descansó su cabeza en su pecho, pero no podía conciliar el sueño; estaba demasiado nervioso. El recuerdo del incidente en la bañera atacaban con piedad en sus recuerdos y la vergüenza que había sentido en ese momento volvía a repetirse ahora. ¿Hiroto lo recordaría? ¿Estaría pensando en ello también? ¿Pensaría que era un chico raro? Deseaba preguntarle directamente, pero las palabras no salían de su garganta. Tendría que morir con ellas.
Sintió como el pelirrojo buscaban su rostro entre la oscuridad, que en realidad comenzaba a difuminarse mediante la luna ascendía en el cielo lleno de estrellas. No se movió ni cuando sintió los labios húmedos sobre los suyos, simplemente correspondió a aquel inocente beso. Pero él quería más, no podía conformarse con simples besos y abrazos. Tenía miedo de lo que Hiroto fuese a pensar así que sólo lo rodeó con sus brazos. Su cuerpo comenzó a calentarse cuando Hiroto coló su lengua dentro de su boca, él comenzaba a ser cada vez mejor en esto. Sus manos traviesas exploraban su anatomía y sólo podía aferrarse con fuerza a su camiseta.
Mantendría la cordura, aún cuando el pelirrojo estaba besando su cuello con tranquilidad, sintiendo la noche eterna. Si continuaba así, simplemente no podría mantener la calma. Con su brazo lo apartó sutilmente y le sonrió en un intento de distraerlo. Hiroto, por supuesto, había comprendido sus acciones como un evidente rechazo, por supuesto sin saber las razones.
-Perdona, ¿te molesta?- preguntó confundido. Realmente no podía imaginarse alguna otra razón que explicara sus repentinas acciones.
Hiroto Kiyama comenzó a cuestionar un millón de cosas, quizás estaba yendo muy rápido y Fubuki se sentía incómodo. Él podía respetar su espacio personal si eso era lo que quería, se había dejado llevar por sus instintos. ¿Se había equivocado? Su compañero lo miraba desde abajo, sus ojos grises brillaban y sus mejillas coloradas, ¿podría contenerse más tiempo? Se estaba volviendo loco.
-No es eso.- negó consternado. -Es que no quiero que pienses que nuestra relación sólo se trata de esto. No quiero que sea sólo sexo.- explicó.
Hiroto se echó hacia atrás, sorprendido. -Nunca pensé eso. Yo te quiero de verdad.- respondió ligeramente ofendido. -¿Aún dudas?- preguntó. Se reincorporó en el futón, cruzándose de piernas y desviando la mirada. -¿Crees que te considero un simple capricho de una noche y ya?
Fubuki no podía emitir expresión alguna, pensaba que debía sonreír para calmar el ambiente pero no podía hacerlo. Ni siquiera podía enojarse o llorar. Estaba conectando con Hiroto para poder comprender sus sentimientos, pero también necesitaba que conectara con él porque sólo así esa tensión que existía entre ellos se rompería.
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TU MENTIRA
FanfictionMidorikawa Ryuuji está muerto y eso no le impidió enamorarse del chico más lindo del instituto Eisei Gakuen el "no tan popular pero capitán del equipo" Hiroto Kiyama. Cansado de sólo admirarlo desde la distancia decide pedirle ayuda a un chico extr...