» one.

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Para este punto, EunWoo ya se había resignado a aceptar que SanHa nunca lo querría de la misma forma en la que él lo hacía. No importaba la cantidad de abrazos, mimos y cumplidos con los cuales llenara al menor, nunca recibía uno como recompensa. A no ser, claro, que lo haya dicho por educación.

La madre de EunWoo una vez le dijo que si amaba a alguien pero no tenía el valor de decírselo, que intentara demostrarlo con acciones y que esperaba a que la otra persona se diera cuenta. El problema era que EunWoo no sabía si SanHa era demasiado inocente como para notarlo o si ya lo había descubierto pero prefirió quedarse callado.

Suspiró abatido, desde la etapa de trainee sintió una chispa de curiosidad que lo arrastraba hasta ese niño de cabellos marrones y gruesos anteojos, que pronto fueron remplazados por lentes de contacto.

Tomó las gruesas cobijas de su cama y se tapó hasta el rostro, tratando de ocultarse de sus pensamientos desalentadores, pero fue imposible. Y peor aún, ya era la tercera noche que apenas podía dormir debido a que su cabeza únicamente se dedicaba a lamentarse por la falta de amor recibido.

Y no era que SanHa no lo quisiera, EunWoo estaba más que consiente de que el menor le tenía un cariño así como al resto de los miembros, más que todo porque EunWoo siempre era el primero en escuchar las composiciones que el menor escribía o las canciones que se había aprendido en guitarra. SanHa siempre estaba emocionado cuando le pedía a EunWoo que oyera su música y EunWoo encantado aceptaba en todas las ocasiones.

EunWoo sabía que SanHa lo quería, pero como un hermano mayor. Y eso era lo que precisamente más lo desesperaba. Hubiera preferido que de plano SanHa no lo quisiera y lo ignorara siempre, ya que al menos así podría tratar de superarlo, pero al saber que SanHa le tenía cariño, sólo le hacía pensar que tenía una oportunidad con él, dañándolo más en el proceso.

Gruñó un poco, a volumen bajo, y cerró los ojos con fuerza. Se dio la vuelta en la cama quedando en posición fetal. Se mantuvo un rato así, con los ojos completamente abiertos a pesar de que su mente le decía que se durmiera de una buena vez.

Pensó en despertar a MoonBin, el cual estaba durmiendo en la misma habitación, decirle que vayan a la cocina, servirse un vaso de jugo de manzana, y comenzar desahogarse contándole todo lo que le sucedía. Pero luego recordó que eran pasadas las dos de la madrugada y que seguramente si lo hacía MoonBin estaría enfadado por lo que resta del día.

Suspiró y se deshizo de las cobijas que lo cubrían por completo, se sentó en la orilla de la cama, puso sus descalzos pies en el suelo y se levantó con cuidado, rezando porque la madera no crujiera.

Gracias a dios no fue así.

Caminó con cuidado sin siquiera prender las luces; llevaba casi dos años viviendo en esa casa junto con los miembros y sabía ubicarse bien. Además, sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad.

Caminó hasta el refrigerador y lo abrió lentamente, la luz de éste lo cegó un poco. Una vez se adaptó a la luz revisó con la mirada en su interior. Ni siquiera había jugo de manzana. Rodó los ojos, todo le estaba saliendo mal.

Estiró el brazo y agarró una botella de agua. Cerró el refrigerador y escuchó el crujir de la tapa al abrirla. Tomó un pequeño trago de ésta, apenas si puso agua dentro de su boca. Pero necesitaba distraerse con algo, y sólo se le ocurrió tomando agua fría en pleno invierno.

No era la mejor idea, pero no había nada más que pudiera hacer.

Estuvo unos minutos recargado en la barra de mármol de la cocina, tomando de vez en cuando sorbos de agua mientras pensaba en temas completamente triviales.

Bajó la mirada, dejando que mechones de negro cabello se posaran en su frente, y cerró los ojos con suavidad durante unos segundos. Se sentía estúpido, ¿por qué no se pudo enamorar de alguien más? O mejor aún, ¿por qué no se quedó sin enamorarse de alguien?

Cerró la botella y la puso de nuevo en el refrigerador, el cual ahora cerró con un poco de fuerza creando un sonido medianamente alto. Para su suerte, todos estaban muy cansados para despertarse.

Se pasó una mano por el pelo, acomodándolo hacia atrás y se encaminó al sofá de tela de tomo beige para echarse en él. Estaba seguro que si el mueble no estuviera pegado a la pared, lo hubiera arrastrado unos metros atraso debido a la intensidad con la cual lanzó su propio cuerpo.

Inhaló y exhaló un par de veces, ¿cuándo terminaría todo esto? ¿Cuando se separen en un par de años? ¿Cuando encuentre a otra persona? ¿Cuando finalmente entienda que SanHa no lo quiere de la misma forma?

EunWoo se sentía perdido en este momento.

Se recargó en el respaldo del sofá, echó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos. Y sin darse cuenta cayó dormido al fin.

Language ━━ EunSan ; SanWoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora