Parte 15

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- Yuuki! Yuuki! Despierta.

Unas manos grandes me sacudían, haciendo que vuelva en mi. Conseguí incorporarme lo suficiente como para sentarme en el piso. Jean Bart me observaba preocupado.

- ¿Que demonios te pasó?

- No fue nada, sólo un pequeño tropezón. Debo haberme golpeado al caer. No es nada.

Me levante rápido para que no se preocupara aún mas pero todo empezó a dar vueltas y volví al piso.

- Esto no ha sido una caída Yuuki, tienes sangre en tus vendas y tu boca. ¿Dime que es lo que está pasando? – baje la mirada.

- Estoy enferma – no dijo ni una palabra-. No es la primera vez qué pasa. Estoy muriendo Jean – nuestras miradas se encontraron.

- ¿Por qué no dijiste nada? Te hubiéramos ayudado con tus labores.

- NO QUIERO QUE ME TENGAN LASTIMA. SIGO SIENDO IGUAL DE FUERTE QUE ANTES, AÚN MÁS – me levante de golpe -. NO SOY UNA MUÑECA DE CARTÓN QUE NO SE PUEDE MOJAR.

- Nunca dije que fueras débil.

- PERO ES LO QUE QUISISTE DECIR. CREES QUE NO PUEDO CUIDARME SOLA, PERO SI PUEDO. NO ME CONVERTIRÉ EN UNA CARGA PARA NADIE.

- No eres una carga para nadie. Deberías de decírselo al capitán.

- No le puedes decir esto a nadie Jean, no quiero que nadie lo sepa – lo mire seria -, es una orden.

- Está bien capitana.

Se dirigió a la puerta y me dejó sola. Caí al piso, todo mi cuerpo temblaba. Tenía la visión borrosa y las cosas daban vuelta a mi alrededor. En un gran esfuerzo me puse de pie para dirigirme a mi cuarto. Necesitaba una ducha caliente.

Había sido muy cruel con Jean, el solo había intentado ayudarme y yo lo aparte.

" No soy ninguna débil, puedo soportarlo... por lo menos hasta que Law vuelva."



Al día siguiente volvimos a la isla, a seguir buscando, no podíamos rendirnos ahora. Las horas pasaban y todo indicaba que tendríamos el mismo resultado de los días anteriores.

Caminaba por las callejuelas con Bepo cuando una pequeña taberna me llamó la atención. Desprendía un Aura oscura, casi siniestra, me sorprendía no haberla notado antes. Le hice una seña a Bepo con la cabeza y entramos. El oso se pego a mi, asustado de toda esa oscuridad.

- Capitana esto no me gusta.

- Shh... no llames la atención, pueden oler tu miedo – las miradas se dirigían hacia nosotros.

Al llegar a la barra nos sentamos y pedimos unas cervezas. Todo en el aire indicaba peligro pero algo me decía ir tenía que quedarme allí y nunca dudaba de mi instinto. Bepo intentaba mantenerse calmado a mi lado pero podía notar como se le erizaban los pelos de la nuca.

- Ya, ya Bepo -acaricié su cabeza- , todo va a salir bien.

- Es un interesante Mink lo que tiene allí -un corpulento hombre con pronunciada barba nos miraba-. ¿Cuánto pide por él?

- ¿Disculpe?

- ¿Qué cuanto pide por el oso?

- No está a la venta – me acomode en la silla para verlo de frente.

- Jojo, jojo, jo ... todos dicen lo mismo hasta que ven el oro.

- No me interesa su oro.

- Jojo, jojo, jo... ¿crees que esta es mi primera negociación? Dime cuánto pides por el mink – su insistencia empezaba a molestarme.

No huiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora