Había pasado una hora desde que Hiyori se había ido, pero el hecho de que aún no hubiese vuelto empezó a preocuparme. La florería no se encontraba muy lejos del puerto, tal vez algo la había retrasado. Espere unos minutos más antes de decidir ir a buscarla. No me atrevía a pensar qué le pudo haber pasado para que tardará tanto.
Cuando llegué al mercado empecé a buscarla, tal vez se distrajo mirando los distintos puestos. Pasé frente al local de ramen y mire dentro. Tampoco se encontraba allí. Unos minutos después de recorrer el lugar, la vi parada frente a un hombre, así que camine hacia ella más tranquila. El pecho volvió a dolerme, aunque esta vez fue mayor el dolor. Me costaba dar los pasos, tanto que mi cuerpo termino cediendo ante el dolor y caí de rodillas. Me costaba respirar e intente llamar a Hiyori pero no podía hablar. Mire al hombre que se encontraba con ella, buscando una cara conocida.
No podía creerlo, era el bandido de esa mañana.
Escuche dos disparos y el grito de una mujer. Busque de donde provenía, hasta que Hiyori cayó al piso cubierta en sangre. Su sangre. Mi cuerpo no se movía. Estaba totalmente paralizada ante el horror de ver a mi hermana muriendo. El bandido salió corriendo antes de que yo pudiera hacer algo para detenerlo.
Mi cuerpo no reaccionaba, mi hermana yacía en el piso inmóvil, la gente a nuestro alrededor no hacía nada para ayudarla. Un charco de sangre se formaba a su alrededor y las lágrimas no tardaron en correr por mis ojos.
No quería pasar por esto nuevamente.
Al fin conseguí hacer que mi cuerpo reaccione y corrí hasta donde ella se encontraba. Me arrodillé a su lado y apoye la cabeza de mi hermana en mi regazo.
- Hiyori... No me dejes –lagrimas corrían por mi ojos mientras miraba a mi hermana.
- No te pongas triste Yuuki, tienes que ser fuerte. Pelea, tienes mucho que vivir – las palabras salían con dificultad de sus boca, apenas la podía escuchar.
- Hiyori... no te vayas – sus ojos se cerraron para no volverse a abrir..
Su cuerpo se encontraba inmóvil, mis ropas cubiertas por la sangre de mi hermana. Podía sentir como perdía calor, a cada instante se ponía más fría. Ella no reaccionaba , ya no sentía nada.
Abrace su cuerpo inerte, mientras el mío me pedía a gritos un descanso. No podía dejar de llorar, las lágrimas seguían cayendo de mis ojos.
No pude contenerlo más, mi cuerpo cayó rendido ante el dolor y perdí la noción de lo que pasaba a mi alrededor.

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No huiré
FanfictionMi nombre es Yuuki Kuzora y tengo 20 años. Junto a mi hermana Hiyori hemos recorrido el Grand Line y llegado al New World buscando una cura para mi enfermedad pero aún no la hemos encontrado. No me pertenecen los personajes.