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Nunca imagine que el dia de mi boda llegara tan pronto.
Ahi estaba yo enfrente del espejo observando mi vestido blanco de novia que me llegaba a las rodillas, era estilo vintage con encaje, tenia el típico peinado se novia con el típico maquillaje de sombras claras con labial rojo, trate de embozar una sonrisa pero todo era inútil no podia mantenerme feliz.

-¿Tan malo es casarse con mi hijo?- pregunto Héctor mientras entraba a la habitacion, yo solo negué con la cabeza mientras me volteaba a verlo.

-No es eso, es solo que- guarde un momento de silencio mientras una pequeña lágrima caía por mejilla- me hubiese encantado que mis padres estuviesen aqui.

Héctor se acercó a mi y limpio mi lágrima con un pañuelo.

-Lo estan- dijo mientras señalaba mi pecho hacia donde se encontraba el corazón- y siempre estarán ahi.

-Gracias Héctor.

-Dime suegro- contesto entre risas.

-Esta bien... Suegro.

-Bien andando una novia tan hermosa como tu no tiene porque ocultarse tanto tiempo.

-Si.

Estaba tan enfrascado en mis pensamientos que no prestaba mucha atencion al discurso de la boda, nisiquiera recuerdo como fueron mis votos matrimoniales.
Lo unico que despertó mi mente fueron estas palabras, "puedes besar a la novia".
Esperen un momento, ¿como haria eso? Es decir apenas y puedo tomarle de la mano.
¡¿Como rayos voy a besarlo?!.

Cerré mis ojos por el nerviosismo, pero al sentir un ligero tacto en mi mejilla, me tranquilice y abri los ojos.
Me habia besado en la mejilla.
Note que todos los presentes aplaudieron algo confundidos por tal acción, supongo que nadie sabia la verdadera razon de nuestra boda, nadamas que mi ahora suegro y mi cuñado, quién no estaba presente en la boda.

-Pero que esposa tan mas linda te conseguiste- comento una mujer con una voz un tanto chillonas- si que has tenido suerte Esleirin.

-Muchas gracias.

-Preciosa un consejo si quieres mantener a un hombre toda tu vida, asegúrate de tenerlo todas las noches, sabes a lo que me refiero- comento la mujer en tono coqueta mientras me guiñaba el ojo.

-Ah claro- conteste nerviosa.

-Iremos a saludos a los demás invitados- comento Esleirin mientras me tomaba la mano.

-Parece ser una persona... Agradable.

-Loes- contesto entre risas Esleirin- no le hagas mucho caso a lo que te diga.

-De acuerdo.

Me habia dado cuenta de algo Esleirin era un tipo bastante amigable con todos, muy educado, caballeroso, considerado y amable. Creo que habia tomado una buena elección.

-Disfrutando de tu boda- comento Brayan mientra tomaba de su vino- cuñada.

-Hola Brayan, yo pense que no estabas aqui, no te vi en la ceremonia de la boda.

-Bueno no estoy aqui porque quisiera, por cierto ese beso, fue algo patético, si no pueden si quiera besarse como piensan compartir la cama.

-¿A que te refieres?.

Brayan me observo gracioso y solto una carcajada.

-No me digas que crees que es la cigüeña quien entre a los bebes.

Maldicion, habia olvidado eso, un pequeño miedo acompañado de panico me invadió, observe a Brayan reír mientras me miraba.

-Parece que alguien ni habia pensado en eso, bueno nos vemos despues cuñada.

Dicho esto Brayan desapareció y no volvi a verlo durante toda la boda, al principio queria que todo esto terminara lo mas antes posible pero ahora, no queria que acabara jamas. Cuando la boda termino y tuve que irme a mi habitacion con mí ahora esposo, sentia un gran miedo, estaba sentada en la orilla de la cama observando hacia la ventana, habia tomado tantas decisiones sin pensar, habia olvidado pensar en el mas minimo detalle, habia sido una tonta por pensar que mi decision no me afectaría.
Cuando observe a Esleirin salir del baño el me miro extrañado y se sentó a mi lado me dio una sonrisa y acarició mi cabeza.

-Tranquila, no tenemos que hacer algo que tu no quieras.

-¿Como es que sabias lo que pensaba?.

-Eres una chica y se que este tipo de cosas normalmente les preocupan... Por eso compre ese sillón cama yo dormirá ahi y tu en la cama.

-Pero...

-Tranquila- dijo mientras me acariciaba la mejilla- encerio no tienes que hacer nada que tu no quieras.

Esleirin me dio un pequeño beso en la frente y se fue a costar en el sillón.

-Descansa.

-Si, tu tambien.

Dije mientras me acomodaba en la cama y observaba a Esleirin, era algo confuso, ¿porque actuaba de esa manera?,¿que ganaba con exactitud?.

-Esleirin.

-Si.

-¿Por que eres tan amable conmigo?.

-La verdad es que, me gustaria intentarlo contigo me gustaria ya sabes hacer las cosas bien... Tal vez sea tu esposo pero, no me siento de esa manera.

-Eso es raro.

-No creo que sea tan raro como casarme con una persona que la ultima vez que vi usaba pañales.

-Si supongo que eso es mucho mas extraño- dije entre risas.

-Ademas, sabes creo que a la casa le vendría bien un toque femenino, sabes vivir entre hombres es un completo caos.

-Tan malo es.

-No tienes idea- dijo entre risas.

-Me alegra saber que te hare feliz aunque sea un poco.

-Nicole el que hallas aceptado ser mi esposa ya me hizo muy feliz.

-A mi tambien- conteste avergonzada- descansa.

-Tu tambien descansa.

Mire hacia la ventana mientras me acurrucaba entre las sabanas. Habia sido un largo dia, habian pasado tantas cosas en tan pocos minutos, mi vida ahora diferente, ya no tendria a mis padres, ya no tendria la vida que me encantaba tener, en vez de eso, tendria una nueva vida, una nueva familia, un esposo, una nueva rutina, una nueva casa, ahora tenia muchas mas cosas.
No sabia si serian buenas o malas, no sabia mi me agradará o me disgustara.
Pero de lo que si estaba segura era que podria vivir con ello.
Mas que interesarme los nuevos cambios de mi vida.
Me interesaba el saber que jamas estaria sola, ya no mas esa horrible sensación de miedo y frustración, ahora tenia algo.
Algo totalmente valioso y pensaba apreciarlo.

Nicole©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora