Apenas Vladimir aparca el coche en la entrada bajo de este no queriendo estar ni un segundo más ahí. Es muy tenso el ambiente junto a él.
Cuando estaba a punto de llamar a la enorme puerta de madera, esta se abre y sale Elizabeth para mi sorpresa.
-¿Ivonne? ¿Qué haces aquí? -Me pregunta curiosa apenas me ve, Leonard estaba a su lado con una pequeña sonrisilla en su rostro. Probablemente divertido por habernos atrapado.
-Cariño, él es mi hermano de quién te hablé. -Leonard señala a Vladimir y este se acerca a nosotros y le extiende su mano.
-Vladimir Gottsched. -Elizabeth acepta su mano mirándolo con las mejillas encendidas probablemente recordando la manera en la que lo saludó hace varios días en mi casa.
-Hola... -Saluda atontada no sabiendo ni qué decir. Y por la expresión en el rostro de Leonard, puedo deducir que no le gusta nada la mirada de ella en Vladimir. -No has respondido mi pregunta. -Voltea a mirarme de nuevo con su ceño fruncido.
-Olvidé las llaves del auto. -Informa Leonard y se adentra en la mansión junto con Vladimir.
Realmente creo que fue una excusa para dejarme a solas con Elizabeth y tener que lidiar con sus preguntas.
-Yo solo venía a... -Piensa en algo rápido Ivonne. -Vladimir me trajo acá porque quería entregarme una chaqueta que olvide un día aquí en su casa. -Una sonrisilla de picardía surca su rostro.
-Así que estás saliendo con tu entrenador, vaya, no te culpo. Está muy guapo. -Ríe y no puedo evitar que mis mejillas se enciendan. ¡Seguro la acaban de escuchar los hermanos! -¿Y cómo es él en la cama? -¡Diablos Elizabeth!.
No tiene caso decirle que no hay nada entre él y yo, se empeña en tratar de emparejarme con él.
-Deja de hacer ese tipo de comentarios. -Siseo molesta. -Aparte sabes que pienso llegar virgen al matrimonio. -Me cruzo de brazos empezándome a molestar.
-No tienes idea de lo que te estás perdiendo, deberías probarlo para ver que tal es. -Baja unos cuantos escalones acercándose a mí. -Leonard es un león en la cama, y su hermano tal vez lo sea y más. Se le nota lo salvaje que es por su físico. -Y qué lo digas...
En eso sale Leonard de la mansión con una cara de pocos amigos en su rostro. Seguramente escuchó todo. ¡Tragame tierra!
-Vamos Elizabeth. -Le habla Leonard pidiéndole que se subiesen al auto.
Camino al interior de la mansión una vez se fueron en el coche y seguido cierro la puerta al entrar. Solo espero que Vladimir no haya escuchado nada.
Tengo hambre, así que buscaré que comer. Ya empezaba a acostumbrarme a vivir aquí y tenía toda la libertad de andar por ahí a mi antojo, eso sí, respetando las habitaciones y privacidad de los demás.
Abro la nevera y no encuentro nada realmente interesante que no fuesen verduras y condimentos. Abro el congelador y me topo con helado de chocolate. Esto si está mejor, tomo el tarro y una cuchara y empiezo a devorarlo.
Cuando me giro para apoyarme en la isla de la cocina, suelto un pequeño gritillo al toparme con Vladimir de frente.
-¡Deja de hacer eso! -Siseo molesta tratando de calmar los latidos de mi corazón. -¿Escuchaste nuestra conversación? -Pregunto temiendo la respuesta.
Seguro está pensando que soy una niñata tonta que ansía llegar virgen al matrimonio y que tiene una mejor amiga pervertida, que no deja de emparejarla con un vampiro muchos años mayor que mí.
-Fuerte y claro. -Se limita a decir, esperaba una expresión de diversión en su rostro. Pero olvidé que este hombre es casi inexpresivo.
-Seguro te parezco una tonta... -Susurro casi inaudible pero teniendo presente que él me oye perfectamente.
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VEGAN
VampireHace centenares de años, exactamente en 1002 d.C. En una pequeña aldea al sureste de Europa, en la que hoy día era Rumania. La familia Gottsched, observaba como la Madre de Familia agonizaba en su cama empapada de sudor a más no poder, dando a luz a...