Capítulo 39

434 44 7
                                    

-Ivonne despierta. -Escucho la voz de Vladimir llamarme y al instante abro mis ojos topándome con él enfrente mía y con una bandeja con comida entre sus manos.

-¿Qué pasa? -Me siento en la cama sintiendo prácticamente todo mi cuerpo doler. Se sienta en el borde de la cama y deja sobre mis piernas la bandeja que contiene croassants con huevos revueltos a un lado y lo que parece ser, jugo de naranja.

-Vamos, come. -Ordena mirándome impaciente.

-Gracias. -Le agradezco y tomo un croassants dándole un bocado, ¡de chocolate! Mi favorito. -¿Tu ya desayunaste? -Le pregunto cuando termino de tragar.

-Si. -Asiente ante mi pregunta. -¿Qué tal te sientes? -Me pregunta probablemente refiriéndose a lo de anoche, al evocar a mi mente lo sucedido mis mejillas se encienden completamente.

-Un poco adolorida. -Todo el cuerpo me duele, pero no quiero preocuparlo. -Vamos, come conmigo, no puedo con tres croassants. -Le pido y él acepta y toma un croassants llevándolo a su boca.

-Fue y es muy especial para mí lo que hiciste anoche, confiaste en mí a pesar de todo. -Murmura terminando de comer su croassant. -Iré a ducharme. -Se levanta de la cama y sale de la habitación dejándome sola.

Me siento sumamente rara. ¿Qué procede ahora? ¿Somos pareja? ¿O simplemente fue una noche de pasión?.

Termino de comer mi desayuno y dejo la bandeja sobre la mesa de noche. Aún con la sabana cubriendo mi cuerpo, me levanto de la cama con gran esfuerzo y mi mirada la capta una diminuta mancha roja sobre las sabanas blancas. Demonios.

¿Vladimir vio eso? Qué avergonzada me siento ahora mismo. Me quito la sabana y cubro la mancha con esta, me doy vuelta y entro en el baño lo más rápido que mi adolorido cuerpo permite.

Apenas termine de darme un baño llevaré las sábanas a la zona de lavandería para lavarlas.

(...)

-¿Ivonne? -Escucho a Vladimir llamarme y dejo mi celular de lado sobre mi cama. Aún no le comento nada a Elizabeth sobre lo sucedido porque bueno, aún no sé ni si está bien decirle.

Me levanto de la cama y salgo de la habitación.

-¿Vladimir? -Le llamo mirando por el extenso pasillo.

-Por acá. -Escucho su voz provenir desde el fondo del pasillo y camino hacia allí. Ahí se encontraba él sentado en el sillón de un piano de cola.

La habitación es enorme, aunque creo que realmente es la biblioteca. Ya que todas las paredes contenían grandes estanterías llenas de libros que llegan hasta el techo. Y en mitad de esta se encuentra el piano de cola color negro.

-Sientate aquí. -Palmea a su lado en el sillón y me acerco a él rápidamente sentándome a su lado. -¿Sabes tocar el piano? -Me pregunta.

-En la escuela recibí clases pero ya lo olvidé. -Me encojo de hombros inocentemente.

-Bien, pues te ayudaré a recordar. Tocarás conmigo. -Inmediatamente niego, arruinaría completamente la canción. -Iremos lento, yo iniciaré y después irás tú. -Posa sus dedos sobre las teclas y empieza a tocar una melodía que inmediatamente se me hace familiar.

-¡He escuchado esa canción! -Sonrío feliz tarareando la melodía.

-Se llama Bluestone Alley. Es una de mis favoritas y buena para principiantes. -Le miro ofendida pero no digo nada. Para de tocar las teclas y me mira. -Bien, vamos, imita lo mismo que yo. -Me alienta y poso mis dedos sobre las teclas pero del lado agudo.

Sonrío feliz al ver que le estoy cogiendo el ritmo rápidamente, sin equivocarme mucho. Ambos tocábamos al unísono, él sin equivocarse, claro. Aunque no es gran cosa debido a que la canción no es rápida.

VEGANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora