Chris el inoportuno. Cap. #8

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Victoria veía con mucho interés al joven decorador sentado enfrente de ella, el cual bebía un té tranquilamente. Realmente el tipo es muy apuesto, tiene unas facciones perfectas y un cutis impecable, se podía notar que el hombre de estatura baja cuidaba mucho su apariencia y su estilo ya que también lucia elegantemente a la moda.

—Bueno, ¿Y me dirás algo o te quedarás viéndome de manera para nada discreta? Por que le recuerdo que soy absolutamente gay.

—Si que tienes el ego por las nubes.

—Me estás haciendo perder el tiempo, le recuerdo.

—Bien, Evans Brown es mi ex esposo y me abandonó por "x" razones, el caso es que yo quiero regresar con él. Pero en este momento el secretario me lo impide.

—¿Se lo impide? ¿Acaso el señor Brown es bisexual?

—Eh...—y en ese momento se le vinieron a la mente las miles de veces que Evans le había prácticamente gritado que era gay, que le gustaban solo los penes y en lo absoluto las vaginas.—por supuesto.—respondió mintiendo.

—Entonces, ¿el señor Brown anda detrás de mi Marc?—preguntó apretando visiblemente la mandíbula.

—Bueno, yo diría que es al revés.

—¡¿Qué?!—exclamó saliéndose por un momento de sus casillas, pero rápidamente retomó aquella calma que le caracterizaba.—Perdón, pero no puedo creer que Marcello esté haciendo estas cosas, no tiene más de tres meses que terminamos. Como sea, si el señor Brown le hace caso de alguna forma a las insinuaciones que usted dice que tiene mi Marcello pues también lo hace culpable en esto. Le confieso que acepté este contrato de trabajo por la única razón de recuperar a Marcello... y así será, no importa a quién tenga que eliminar del camino.

—¿No se refiere a matar? ¿Cierto?

—Es usted muy ingenua señorita Morris. Pero si su ex esposo se empeña en arruinar mis planes lo más probable es que desee la muerte con lo que pueda hacer en su contra.—respondió tranquilamente.

—Genial, entonces haremos un plan para separarlos y que vuelvan con nosotros.

—Hmmm... no se sienta tan afortunada Morris, yo trabajo solo, pero gracias por la información brindada. No nos vemos.—dijo mientras se paraba dispuesto a irse del lugar.

—¿Qué?—inquirió impactada.—¡No! Podemos trabajar perfectamente juntos, además; dos cabezas piensan mejor que una ¿no es así? Usted me necesitará, sé lo que digo.

El de estatura baja sabía que el dicho no aplicaba en esta situación ya que desde que la vió la tachó de hueca. Pero, si lo pensaba bien quizá si pueda utilizarla en algún momento.

Sonrió.

—Bien.—respondió arrogante.

—¿Eso es un si?—preguntó pero el decorador no respondió más y salió de la cafetería.—Maldita sea... y pensar que tendré que soportar a este enano que se cree la gran mierda.

(...)

La rubia estaba en su mansión tomando un poco de whisky mientras sonreía por su gran avance en su plan. Con ese tal Filip en su equipo seguramente tendría más oportunidades de salirse con la suya.

—Entonces, déjame ver si entendí; te uniste con un decorador italiano, que salió ser el ex del secretario de tu ex esposo el marica y juntos van intentar separar algo de lo que realmente no estás segura que tienen.—dijo la joven rubia.—Hermana, hay muchos más hombres ricos en la ciudad que NO son gays ¿y tienes que aferrarte a uno que si lo es?

Un oso para papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora