Los suegros Brown. Cap. #21

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—Ni si quiera sabía que llegarían... enserio, aveces pueden llegar a irritarme mucho, ¿quién diablos les habrá dado mi ubicación? ¡Seguramente fue Victoria! Ella era la única que sabía dónde estaríamos... bueno... Sarah también, pero no creo que hayan hablando con ella primero...—hablaba Evans mientras conducía el auto, con Marcello al lado en el asiento del copiloto y Myles atrás, callado, mirando hacia la ventana sin prestar mucha atención a lo que pasaba ya que estaba inmerso en sus audífonos escuchando alguna canción.—¡Es que enserio! El año pasado les dije que éste año yo estaría a cargo, ¡Pero NO! La señora Brown SIEMPRE tiene que meter su nariz en todo.—parecía ser que el mayor estaba un poco enojado.—¡ESTOY DEMASIADO ENOJADO!—gritó iracundo.

—Amor... creo que deberías calmarte un poco...—aconsejó su novio con una sonrisa nerviosa.—ni que fuera tan malo tener a tus padres unos días.—agregó, bueno, él no sabía; pero imploraba que fuera de esa manera.

—No los conoces Marcello... es casi imposible vivir con ellos, mi madre es una obsesionada con el orden,—cuenta y en ese momento el italiano sintió el verdadero miedo, no porque la madre de su novio fuera de esa forma, sino porque él mismo era un obsesionado con el orden como ya sabrán.—con el estándar social, el que dirán, la moda, y mi padre... bueno, la más difícil es mi madre, eso debo de aceptarlo, él sólo es un machito loco por el fútbol americano más y secuaz de su esposa... los amo, pero fue un verdadero alivio vivir solo.

—Vaya... suena... como una familia ciertamente normal.

—Demasiado normal diría yo, pero bueno; ¿qué podía esperar del clásico cliché? Mi padre era el quearterback modestamente popular del instituto y mi madre la clásica líder de porrista guapa y adinerada, bueno... ambos comparten las mismas características... ¿sabes?—ríe.—Su hijo tenía que ser "perfecto" según ellos, popular, guapo, todo eso que ellos fueron... bueno, al final nunca cumplí con aquellas expectativas.—comenta desganado.

—Para mí eres todo eso y mucho más.—acredita Marcello mientras apoya su palma en la pierna de su jefe, acompañándola de una dulce sonrisa, a lo que Evans sólo respondió un "Gracias" muy sincero.—Una vez me dijo que siempre supo que era gay... ¿cómo tomaron tus padres eso?—inquirió con genuina duda el italiano.

—No fue algo difícil al decir verdad; en cuanto fui consciente de lo que quería se los hice saber, mi padre al principio se sintió algo deprimido, pero nunca me reprochó nada... mi madre en cambio me intentó convencer con platicas, diciéndome que probablemente estaba confundido, pero no lo estaba, al final lo aceptaron, o algo así... creo que siguen esperando a que me de cuenta de que estoy en un "error" y decida casarme con una mujer nuevamente.—cuenta y después ríe.—Pero en mis planes eso no cabe ni jugando... y mucho menos ahora que te he encontrado.—le dijo y el corazón del oso no pudo sentirse más cálido y acogido en ese instante.

—Creo que tuviste un poco más suerte que yo respecto a la "aceptación" de tus padres, ya que al final aunque nunca lo aceptaron sólo lo toleran... no es lo mismo, pero soy feliz con ello.—le cuenta el secretario.—Supongo que también no podía esperar mucho entendimiento de parte de quienes fueron criados a la antigua y con las mentalidades más cerradas de todas.

—Owwww mi amor, lo siento, pero aquí me tienes para hacerte feliz y olvidar todo lo malo que te haya pasado o te pase de aquí en adelante ¿okay?—le aseguró, haciendo sonreír al mas robusto.

Definitivamente no puedo pedir mas, éste es el hombre de mis sueños.–se dijo mentalmente el oso.

~*~

Por otro lado, ya en la residencia Brown se encontraban los padres del ejecutivo, revisando el lugar y cerciorándose de que todos estarcirá en orden. ¿Cómo habían entrado? Fácil, la señora Brown tiene una copia de la llave de la casa, aunque, es probable que el dueño de esta no lo sepa.

Un oso para papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora