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Desde que tengo memoria, aborresco el amor. Es insólito e inútil. No le veo sentido. Digo, ¿Depender de otra persona solamente por su físico y su mentalidad? ¡Es una estupidez!

Obviamente no fui así siempre, cuando tenía unos cuantos años (Según mi padre) tenía una afán por juntar cosas de forma sentimental. Todo cambió con el divorcio de mis padres y el suicidio de mi madre. Desde entonces vivo con mi papá y mi hermano mayor que pasa más en casa de otras personas que en la nuestra.

Si mis días ya son horrorosos con el borracho sentimental de mi padre, imagínense cuando es el famoso San Valentín. Siempre procuro de pasar encerrada en mi cuarto para no vomitar por las empalagosas escenas que las parejas daban.

Mantenía relaciones sexuales con la persona que se me apetecía pero jamás era dos veces. Iba de fiestas a menudo y no tenía relaciones fraternales con las personas más cercanas a mi.

Conocí a alguien igual que yo. Su nombre; Natsu Dragneel. Era un mujeriego rompe corazones, iba de desmadre cada vez que se le diera la gana. Su madre era una interesada y su padre un infiel cínico. Su hermano mayor se había ido años antes de que el decidiera ser quien es dejándolo sólo.

Como todo mujeriego se acerco a mi para ser su juguete. Y como no soy estupida no caí en su juego del perro en celo.

Eramos iguales.

Ambos encontrábamos el amor algo inútil y preferimos ser quienes herian a ser heridos. Nos convertimos en amigos.

Eramos el dúo perfecto. Una puta fría y un Mujeriego sarcástico. Nuestra relación se basó en confianza (Que NO se debía traiciona) , y pronto lo vi como una hermano.

Conseguí trabajo y mágicamente el también, para separarnos de nuestra familia compramos un departamento para ambos. Dormíamos en cuartos separados, una cocina, un baño y una sala.

Establecimos unas pequeñas reglas para mantener todo en relativo orden.

Uno; Cero sexo en el departamento. ¿Queremos tener relaciones? Pues será en la casa del afortunado. Ambos necesitábamos dormir. Y tener una relativa paz.

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Dos; si viene la familia de uno, el otro no está por todo el día o hasta que los parientes se vallan.

Dos simples reglas para sobrevivir.

Como todos los años de los que ya llevabamos juntos llegó año nuevo, luego enero se fue volando y la propaganda de él día de los enamorados empezó.

Era una tarde tranquila, había salido temprano por unos problemas en mi trabajo. Cuando un hombre me regala una rosa, la cual luego de estar unos metros más lejos de él tiro a la basura.

Llegue a mi hogar revise el buson. Unas cuantas cartas de Natsu y otras equivocadas. Tire ambas a la basura. Subí por la escalera contando los escalones, como siempre.

Entró al departamento y el extraño sonido proveniente de la habitación de Natsu me sorprende.

No respeto la regla número uno.

Lleno un balde de agua fría con el ceño fruncido. El crujir de la cama era insoportable y ni siquiera yo (que tengo sexo casi cada fin de semana en casa ajena) era tan despistada como para no darme cuenta que había alguien en la casa.

Cuándo el balde estaba lleno lo lleve hasta el cuarto. Una bonita albina estaba montando a Natsu quien mantenía los ojos cerrados.

Sería muy descortés de mi parte cortarles el cachondeo y un posible buen orgasmo.

Mi Querida Podrida Media Naranja. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora