catorce

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Desperté por el tono de llamada de mi celular. El brazo de Jin aún rodeaba mi cintura.

Me estiré hasta la mesa de luz, intentando no despertar a mi novio. Cogí la llamada sin ver siquiera el número.

-Yari, ¿Por qué no me hiciste caso?

Espabilé por completo al reconocer la voz de mi hermana, Yeona.

-¿Otra vez estás llamándome? ¿Cómo?

-Te dije que huyas y no lo hiciste. ¡Debes obedecer a tu hermana mayor!- me asusté por lo fuerte que había gritado.

-Yeona, por Dios... Iré a visitarte. ¿Eso es lo que quieres? Iré a verte, cariño. Esta misma tarde estaré allí.

-No lo entiendes...

-Nos vemos esta tarde, Yeona. Trata de calmarte. Adiós, te quiero.- corté la llamada.

Debía ir allí, hablar con ella, y también investigar cómo es que un paciente de ese lugar tiene acceso a su teléfono.

***

-Aquí está tu café.- anunció Lina dejando la taza sobre mi escritorio.- ¿De qué querías hablarme antes?- preguntó tomando asiento frente a mí.

Tomé la taza y bebí un sorbo. Estaba caliente, y me quejé, haciendo reír a mi amiga.

-Quiero que me acompañes esta tarde al Hospital.

-¿Hospital? ¿Estás enferma?- preguntó confundida.

-No. El hospital donde Yeona está. Quiero ir a visitarla.- expliqué con calma. Alcé mi vista desde la taza hasta su rostro, y noté una expresión extraña.

Parecía estar entre sorprendida, e incrédula.

-¿Qué pasa?- pregunté al ver que no salía de su trance.

-No puedo creer que bromees con algo así.- habló finalmente.

¿Acaso estaba enfadada?

-No comprendo de qué hablas, Lina...

-Yeona lleva dos años muerta. ¿Cómo puedes siquiera pensar en bromear con este tema?

-¿Qué?

Real. → K. TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora