—Tú decides.— la voz grave del muchacho hizo que nuevamente mis ojos se dirigieran hacia los suyos.— Sólo debes dejarlo.
—¿Por qué quieres que lo deje?
Gotas de sudor comenzaron a caer por mi frente. Estaba tan nerviosa que ni siquiera podía mantener firmes mis piernas.
—Porque te quiero sólo para mí.— respondió con simpleza.
Sonreí. O eso traté.
—Entonces lo haré.— mentí. Él abrió los ojos con sorpresa.
—¿Hablas en serio?— preguntó animado. Asentí rápidamente con la cabeza.— Espero que no estés intentando hacer algo.
Mi cuerpo se puso aún más tenso de lo que ya estaba.— ¿Algo cómo qué?
Desvío la mirada de mis ojos hacia el portacuchillos.
Mierda.
—Hazlo.— animó luego de unos segundos de silencio.— Es más fácil así.
Fruncí el ceño.
Definitivamente yo no estaba entendiendo nada.
—Hazlo.— repitió.
—No sé de qué hablas.
En un segundo me tomó de la cintura y me subió sobre la mesada. Dejé escapar un grito por el susto.
Pegó su frente a la mía y comenzó a acariciar mis piernas, desde las rodillas, subiendo lentamente.
—Tengamos sexo.— susurró casi rogando.
Sentí asco. No lo quería cerca.
¿Por qué Jin no llegaba de una vez?
Una de sus manos se metió por debajo de mis shorts, acariciando mi trasero.
Y ahí reaccioné.
Alcé la pierna y pateé su abdomen.
Él llevó ambas manos hacia la zona, y se alejó unos tres pasos.
No tuve tiempo de pensar. Con mis manos tomé la cuchilla más grande que había.
Apunté hacia él.— ¡Lárgate de mi casa! ¡Ya!— grité al borde del llanto.
Tenía miedo.
Él se reincorporó y una sonrisa se formó en su rostro al ver el objeto entre mis temblorosas manos.
—Me harás caso.— dijo con tranquilidad.
Me quedé quieta y en silencio.
—¡Hazlo de una vez!— gritó, asustándome.
—Oh, vamos.— se quejó, recargándose sobre la pared.— ¿Acaso quieres que te mate a ti? ¿Que mate a tu novio? ¿A tu amiga?
Las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro.
Yo no era una asesina.
Pero ni siquiera pude pensar en ese momento.
Terminé clavando la cuchilla en su abdomen.
Una, y otra, y otra vez.
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Real. → K. Taehyung
Fanfiction-No eres real. No puedes ser real. -Cariño, tú me hiciste real.