Me enamoré de ti.

Capítulo VIII

8. Estoy confundido.
Franck.

No entendía aún ¿Por qué John estaba haciendo eso? Cuando entre a su cuarto vi que estaba sangrando su mano. También lo vi llorando. Creo que le dio una de las crisis emocionales, las que su mamá me había contado.

Decido ayudarlo y él no me deja. Sigue insistiendo en que me aleje de él pero no quiero. Tengo que aclararme. No puedo estar con la duda de que me gusta un chico.

Lo ayudo y cuando bajo las escaleras el resto de la casa estaba hecho un desastre.

Decido dejarlo en el sofá e ir a buscar el botiquín. Él me dijo que estaba en la cocina. Me dirijo a ella. Tomo el botiquín y regreso a donde él está. Agarro su mano con delicadeza y comienzo a limpiar las heridas. Luego le pongo un vendaje y sonrió cuando ya lo había terminado de atender. Esto de ser doctor no se me da nada mal.

John estaba enojado y decide irse a su habitación. Lo sigo. Y pregunto si puedo entrar a la habitación. Él negó pero aun así pase. No me importaba ahorita lo que decía. Estaba en mala condiciones John y no quería dejarlo solo.

Le digo que descanse que yo me ocupo de arreglar las cosas abajo. Pero me sorprende lo que dice. No quería que me vaya de su habitación.

-No... Quédate conmigo. No quiero hacer ninguna estupidez. - Dice John asustado. Pero seguro de sí mismo sobre sus palabras. Eso me hizo feliz y sonrió como un idiota. Él se sonroja pero no digo nada.

-Está bien... - Asiento con cabeza y me acomodo al lado de él. Estábamos los dos demasiado juntos. Pero no me incomodó. Me sentí tranquilo. Aunque sea lo podré vigilar. Me quedo dormido y me olvido por un rato de John. Estaba un poco cansado. De repente siento que alguien está jugando con mi cabello y rápido abro los ojos. Ignoro lo que hizo y cambió el tema de conversación.

-¿Ya estás mejor?

-No sé. - Aún está deprimido pero no como antes.

-Entonces sigue durmiendo. Eso me ayuda a mí cuando estoy triste. -Digo dándole una sonrisa. - Inténtalo.

Sigue mi consejo y él comienza a cerrar los ojos. Hubo un momento en que no sé qué me pasaba. Lo quería abrazar. Pero no sé cómo reaccionaría. Tomo el riesgo y lo abrazo.

Cierro los ojos y así caigo en un sueño profundo.

Dos horas después me di cuenta que eran las 12:50 pm. Creo que lo mejor es que John no vaya al colegio hoy. Y menos en esas condiciones. Él seguía durmiendo y se veía muy tierno. Comencé acariciar su rostro y a la vez a jugar con su cabello.

Me grita mi conciencia y rápidamente me alejo de él. No puedo creer lo que he hecho hoy. Comienzo analizar en mi mente todo lo que sucedió. Creo que me gusta John. ¿Pero cómo? Recién lo conozco y ya me pasa esto. No lo acepto. Sigo diciéndome a mí mismo que "solo es confusión".

Me levanto de su cama y me alejo de él. Decido bajar y comenzar arreglar el desastre que hizo. Lo malo es que era demasiado y probablemente me demore.

Decido llamar a los de mantenimiento que se encontraban en mi casa para que me ayuden. Rápidamente vienen y comienzan a limpiar el desorden que hay en la casa. Veo las cosas que había roto y sacó mi celular. Comienzo a tomar fotos y salgo. Les digo a los de mantenimiento que ya vuelvo. Iré a comprar unas cosas. Que no hagan ruido por que John está durmiendo. Ellos asientan con la cabeza y me retiro. Voy al supermercado y comienzo a comprar las cosas que había roto John. A la vez aprovecho y compro unos cuantos alimentos. Para llenar su refrigerada y pueda comer él bien. Sé qué pasa solo la mayor parte del tiempo. Solo ve a sus padres en la noche. Creo que tal vez por eso pasa la mayor parte del tiempo triste.

Ya teniendo todo voy a caja. La que atendía era una chica muy bonita. Se sonrojó cuando me vio. Ignore lo que hizo y me dio el valor de los comprados, 600 $. Asenté con la cabeza y le di mi tarjeta de crédito. Ella la pasó y me da la factura.

Me despido de la niña y salgo con los comprados. Subo a mi auto y me dirijo a la casa de John. Los de mantenimiento habían limpiado todo. La casa quedó impecable y me había asombrado.

Ellos me miraron y les dije muchas gracias. Se despidieron y se fueron a mi casa. Comencé acomodar todas las cosas, la casa estaba tal y como la había visto antes. Solo que estaba vez con la nevera llena. Creo que exagere en comprar la comida. No había espacio ya en ella

Ya acomodado todo, veo que John baja de las escaleras apresurado. Y con el uniforme del colegio. ¿Piensa ir a estas horas? Ya es un poco tarde.

-Ya es tarde... Creo que no deberías ir al colegio hoy. - Digo preocupado.

-Tengo lección. No puedo faltar. - Dice en voz baja. - Estoy bien. No te preocupes. Ahora si quieres, hago que me tomen la lección y pido permiso para salir. Me puedes esperar. - Me asombra lo que dice. Me quedo tranquilo y acepto su propuesta.

-Está bien. Pero sigo pensando que no deberías ir. Tu mano. - Digo y me manda a callar.

-No lo digas. – Me mira un poco apenado. - ¿Me puedes llevar? - Asiento con la cabeza y nos dirigimos a mi auto.

Llegamos al colegio. Nos habíamos demorado solo 5 minutos. El guardia no lo quería dejar pasar. Así que me bajo del auto y comienzo hablar con él guardia.

-Buenos tardes. Creo que debería dejar pasar al señor. Lastimosamente llegó tarde porque tuvo un accidente. - Señaló su mano. - Lo tuve que llevar rápido al hospital para que le den atención médica. Así que por favor, déjele pasar para que pueda retomar las clases. - Le doy una sonrisa y el guardia se quedó pensando.

-No. - Dice seguro. - A menos que... - Ya sé a dónde va esto. Me va a pedir dinero.

-¡Claro! - Digo riéndome. - Si quiere ir preso por hacer coima no hay problema. - Le digo enojado. - No creo que quiera estafar a un abogado. - Le digo astutamente. Sí, mentí aún no soy abogado. Pero vamos que descarado es este caballero. Si es que así se lo puede llamar.

Él asienta con la cabeza, lo asuste un poco, creo que me pase, pero gracias a eso, deja pasar a John. Antes de irse él me dice que lo espere. Que no se demora ni 15 minutos por que el examen es de literatura. Antes de irse, me abraza y decide entrar al colegio.

Me quedo en el carro esperándolo y tal como había dicho ya en 15 minutos había bajado. Parece que se había disculpado con el guardia por lo que sucedió. Se sube a mi auto y nos dirigimos a su casa. Pasamos en silencio. Ninguno de los dos habló. A lo que llegamos a casa el tomo la iniciativa.

-Gracias... - Dice en voz baja. - Y no te preocupes planeo devolverte los gasto que hiciste.

-No te preocupes por eso. - Le digo seguro. - No me tienes que deber nada. Tranquilo.

-No. Ya te lo dije.

-¿Por qué eres tan terco? - Le pregunto dudando.

-¿Por qué eres tú tan bueno conmigo? - Arma de doble filo. Auch. Este chico si sabe pensar.

-Mmm... No sé qué decir.

-Lo sabía. Nos vemos. Gracias por todo. - Dice triste.

-¿Puedo venir a verte mañana? - Espero que diga que sí.

-Lo mejor será distanciarnos un poco. - Eso me dolió pero lo entiendo. Creo que la mayoría de los problemas y crisis emocionales que ha tenido han sido por mi culpa.

-Lo entiendo. - Digo triste. - Nos vemos.

Así es como el día tan lindo que tuve. Se fue al carajo. Estoy confundido. No sé qué hacer.

Pst: ¡No se ardan! Lo malo siempre tiene su lado bueno. (Conmigo no funciona ese dicho) ok no. Gracias por leer. No se olviden votar y recuerden que los amo. Muchas gracias por el apoyo.
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