Capítulo XXX [BORRADOR]

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John

Entre a mi casa, la cual extrañaba demasiado, he pasado demasiado tiempo en el hospital, ya extrañaba caminar y ver los varios colores que se encuentran en la ciudad, estaba casando de estar encerrado en esa habitación del hospital, solo veía colores blancos y tenía además de eso mucho frío.

Mi papá me recibió con mucha alegría, es más lloro al tan solo verme, no entendía la explicación de por qué lloraba, ellos no me fallaron y nunca lo hicieron, ni estoy resentido ni molesto por qué no me hayan ido a ver, ademas tenia a Franck (¿Cómo me voy a poner triste viendo a excelente manjar delante mío?) y me hacía siempre compañía, ademas de que me hacía reír a carcajadas.

Eso me gustaba mucho. Ahora que salí, intentaré pasar tiempo con mis padres, aunque lo dudo un poco, ya que Franck me tendrá en su casa hasta que me recupere.
Pasó por el pasillo que lleva a la cocina, antes de eso comienzo analizar toda la casa, está igual, no cambio nada en este tiempo que me he ido, los mismos jarrones anticuados, los colores pasteles de las paredes de la casa.

—Extrañaba esto... — Susurro es voz baja.

Llego a la cocina y veo a mi mamá cortando algunos vegetales, la observo por unos momentos y admirándola, sus labios son gruesos, de un color rosado, es de tez blanca con alguna pecas en su cuello que se pueden apreciar a simple vista, largas pestañas y cejas tupidas, cabello color café con algunos toques de pelirrojo y ojos color avellana, cuál herede de ella. Lanza unas sonrisas y a lo que me doy cuenta ella me está observando.

— ¿Tengo algo en la cara o que? — Pregunta sarcásticamente mostrándome una sonrisa. — Te extrañe demasiado hijo. — Dice en voz baja y me acerco a ella para abrazarla. — Perdóname por ser mala madre...

—Mamá... No tienes por qué disculparte, tu no hiciste nada. — Digo en voz baja. — Todo lo que me sucedió fue por cosa del destino.

—Por cosas del destino... — Dice ella sin mirarme a los ojos.

—No te atormente, ya estoy mejor, mírame ya puedo al menos caminar, tengo que aún estar en reposo, pero bueno. No es nada que no pueda yo solucionar.

—¿Y te vas a quedar aquí para que te cuide bebé? — Pregunta mi madre con una voz de niña pequeña, amo cuando se pone así.

—No. — Dice otra voz uniéndose a nuestra conversación, la reconozco rápidamente, es Franck.

—¡¿Como que mi Niño no se quedará en mi casa?! — Pregunta mi mamá intentando sonar enojada.

—Yo lo cuidaré, ¡soy un gran médico! — Dice Franck golpeándose el pecho con una mano y mostrando una sonrisa. — ¿Verdad bebé que yo seré tu doctor privado? — Se acerca a mi y me roba un beso. ¡Mierda! Mi mamá nos está viendo, intento separarme pero Franck me rodea con su brazo obligándome a quedar con él, lastimosamente no puedo negarme a sus besos, son jodidamente buenos, nos movemos al compás y es como si ocurriera una danza con nuestra lenguas, el beso es siempre lleno de ternura, cariño y más que todo con amor. Al faltarnos aire, nos alejamos lentamente sin dejar de mirarnos a los ojos. Me separo un poco de él y mi mamá nos ve con cara de asombro. No se que hacer, estoy jodido.

—¡Ah! ¡Te dije que él iba a ser mi futuro yerno! — Dice mi mamá emocionada, señalando a Franck. ¡Es enserio! Agradezco tener una madre tan loca. — ¡Te lo dije! — Comienza a hacer pasos de bailes y suelto risas al ver lo que hace. — Yo siempre tengo razón, y tú lo negabas. Espera... ¿Ya son novios? — Pregunta con naturalidad.

—Aún no. — Responde Franck. — Pero pronto lo seremos. — Se acerca a una de mis mejillas y me da un beso en esta. — Muy pronto... — Dice mirándome a los ojos y me sonrojo más de lo que ya estaba.

—Se los ve jodidamente bien a ustedes dos. — Dice mi mamá con felicidad. — Cuando vayan a tener sexo por favor usen protección, es más querido — dice señalándome, ¡que mierda está diciendo mi mamá! — puedes pedirme cuando quiera condones, tengo demasiados, aunque no creo que los necesites — dice llevándose una de sus manos a su mentón y la comienza a acariciar. — todos sabemos que entre la relación que van a tener tú y Franck, eres el pasivo. — Dice desviando la mirada y caminando de un lado a otro, a mi mamá le encanta hacerme pasar vergüenza y bajar mi autoestima. — Franck, si necesitas condones, me los puedes pedir. — Dice mi madre dándole a Franck una sonrisa. Voy a intentar decir algo cuando Franck me rodea con su brazos y me da un beso.

—No se preocupe, no hay problema con eso. — Dice Franck también tranquilo. — Cambiemos de tema, a mi bebé no me gusta hablar de esas cosas.

Me acerco donde se encuentra mi mamá y en voz baja intentado hacer que Franck no me escuche le digo. — Mamá, yo te quiero demasiado, pero creo que te estoy comenzado a odiar.

Me alejo de ella y comienza a sonreír — Te amo mi bebé. — Dice ella viéndome y salgo de la cocina.

Me dirijo a mi cuarto, subo las escaleras y entro a mi habitación, se encuentra totalmente organizada, y un poco cambiada, voy al armario y quiero ponerme ropa más cómoda, veo una polera de color blanco y una pantaloneta corta de color azul, decido ponérmelas y busco mis zapatillas. A lo qué las encuentro y ya cambiado decido bajar. Franck y mis padres se encuentran en la sala conversando tranquilamente.

Me acerco donde se encuentran ellos y me siento al lado de Franck, me toma de la mano y la comienza acariciar, me comienzo a estrenar de felicidad, como un simple acto me puede hacer feliz. Es hermoso.

Me acuesto en el sofá y apoyo mi cabeza en sus piernas, Franck como de costumbre comienza acariciarme el cabello y yo me quedo completamente dormido. Intentado pensar... que todo lo que estoy viviendo en estos momentos, no sea un puto sueño.

N/A
Hola, bueno no quiero alargar y darles de nuevo la explicación cuando ya la saben, solo quiero decirles perdón por actualizar lento. Lo intento. El libro pronto llegará a su fin y comenzará la segunda parte. Solo les digo que el final será algo que no esperarán 7u7
-¡Los amo! Att. Anderson

Me enamoré de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora