Capítulo XXII

1.7K 169 50
                                    

22. Él tiene que ser mío.

Franck

Si pudiera gritar a todo pulmón este momento, lo haría, bueno si puedo y lo haré.

— ¡Mi novio aún está vivo! — Varias personas me quedan mirando, me da igual, lo que debo hacer ahora es conducir rápido e ir a verlo. Ya, no me lo recalquen, aún no es mi novio, pero muy pronto lo será.

Me dirijo a mi auto y subo a este, conduzco lo más rápido que puedo hasta el lugar donde me dio la dirección John.

A lo que llego al lugar salgo del carro, me dirijo hasta la pequeña cabaña que puede observar a lo lejos, sin pedir permiso entro, un señor con una escopeta en mano me está apuntado, ¡Mierda! Creo que debía haber tocado primero la puerta.

—Te mueves y te vuelo los sesos. — Dice apuntándome a la cabeza.

—Una, perdón por entrar así, dos, él — señaló a John — es mi novio y tres, baje el arma que no haré nada malo.

—A ver las cosas claras, una está en mi casa, dos ¿cómo sé que es tu novio y no eres el chico que lo quiere volver a torturar? y tres, te dije que no te muevas.

—Le suena el apellido "Brown"

—Sí, es la familia más adinerada del mundo. ¿Por?

—Bueno, yo soy Franck Brown, con su permiso tengo que ver a mi novio, antes que todo, muchas gracias por cuidarlo y tranquilo se lo recompensaré.

Me acerco a donde esta John, les juro que si pudiera ahora mismo mataría a Jeremy, John está golpeado y demasiado, tiene varios moretones en su cuerpo, sus brazos están vendados y también sus manos. Ese mal nacido. Me acerco lentamente a él y me acuesto en la pequeña cama donde está descansando.

Dios escuchó mis plegarias, no me lo quito aún, y espero que tampoco lo haga. Depósito un beso en su frente y acarició su mejilla intentando no hacerle daño. Comienza a quejarse y dejo de hacerlo.

Quedo mirándolo un rato y me siento muy mal por todo lo que sufrió, todo fue mi culpa, nunca debí dejarlo solo. Nunca, y lo peor es que ni me di cuenta de cuando sucedió todo esto.

John está llorando, probablemente esté teniendo una pesadilla. Lo intentó tranquilizar hablando en voz baja y no funciona.

—Todo está bien, nadie te volverá hacer daño. — Digo en voz baja y se tranquiliza.

— ¿Franck? — Comienza abrir los ojos y mi rostro se ilumina por la felicidad.

—El mismo en persona. No sabes cuanta falta me has hecho, estaba demasiado preocupado por ti.

— ¡Franck! — Se tira encima de mí y me abraza, llora sobre mi pecho y se me escapan unas cuantas lágrimas. — Pensé que moriría. Todo fue culpa de Jeremy, él me torturó, casi me mata. Yo, yo, yo. — ¡Mierda! Le dio otra crisis nerviosa.

—Hey, hey, tranquilo. Vamos respira, no llores. — Acerco mi mano a su rostro y limpio las pequeñas gotas que caen de sus bellos ojos, aunque haya sufrido y demasiado aún conservan algo de su brillo. — Tranquilízate, ya no te pasará nada, yo te protegeré, no te volveré a fallar nunca más. Perdóname, todo lo que te sucedió fue mi culpa, nunca tuve que dejarte solo, me siento miserable... — Digo en voz baja. — No llores por favor, me destroza el corazón verte en este estado, tan débil y vulnerable. — Acarició su mejilla y se comienza a tranquilizar, su respiración vuelve a ser la misma de antes. — ¿Mejor?

—Gracias. De verdad no sé qué haría si no estuvieras aquí.

— ¿Puedes moverte? — Preguntó calmado.

Me enamoré de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora