29. Adiós 4 paredes.
Franck
Llego al hospital, cansado por todo el momento que he tenido en la universidad, definitivamente no sé qué haré, mi familia si se entera de que me gusta un chico y que "literalmente" estoy planeando un futuro con él, me querrán colgar, pero no me importa demasiado la opinión de ellos, siempre vivieron mintiéndome, tenga su apoyo o no, seguiré y amaré a la persona que me hace feliz.Bajo del automóvil, cierro este rápidamente y camino hasta las puertas del hospital, siento como el aire frío de la habitación comienza a invardir mi cuerpo y lo comienza a estremecer.
—¡Qué frío! — Susurro es voz baja, para que nadie pueda escucharme. Aquí es cuando odio no traer mi chaqueta.
Subo las escaleras y me dirijo a la habitación que se encuentra John, quiero y necesito verlo, he estado demasiado pensativo hoy y necesito que aunque sea alguien, me haga olvidar el mal momento que he pasado.
Llego al tercer piso y me dirijo a la sala, entro con mucho cuidado, intentando no hacer bulla ya que puede estar durmiendo. A lo qué entro a esta, se encuentra totalmente oscura. Me dirijo a la pequeña mesa de noche que se encuentra cerca de su camilla y enciendo la lámpara que está en ese lugar.
Me siento en una de las sillas que se encuentran en la sala y comienzo admirar a mi pequeño bebé que se encuentra en estos momentos enfermito.
Su cabello está totalmente desarreglado, su piel es de color blanca, tiene unas cuantas pecas cercas de sus mejillas y así mismo en su cuello. Sus cejas son gruesas, totalmente pobladas y tiene unas pestañas muy largas. Su labios gruesos de color rosa hacen que los quieras probar a cada momento.
—Eres jodidamente hermosos. — Digo sin pensarlo y me tapo rápidamente la boca pensando que así no me escuchara. John comienza a estremecerse en la camilla y rápidamente susurró en voz bajo. — ¡Mierda! ¡Lo he levantado!
—¿Franck? — Pregunta John con los ojos cerrados y aún descansando en su cama. Me pregunto por qué es jodidamente hermoso, hasta durmiendo se lo ve tierno.— ¿Eres tú?
—No... — Digo en signo de negación. — Bueno si, perdón por despertarte bebé. — Me acercó hasta su camilla y plantó un beso corto en su frente y después pasó a sus labios. Definitivamente, sus labios son los más perfectos del mundo, cada vez que los pruebo me dan mas ganas de seguir haciéndolo.
—¡Te extrañe mucho! — Dice en un susurro, aún está risueño. — ¿Por qué te demoraste?
—Perdón bebé. — Digo acercando una de mis manos a las suyas, y entrelazándolas. Sentir su tacto me hace feliz, hace que mi estómago se revuelva y comience a sentir "mariposas" hipotéticamente. — Tuve algunos problemas con la universidad, y también estaba pensando en muchas cosas. — Digo en un suspiro. No quiero decirle mis problemas personales, pero sé que en cualquier momento lo haré.
—¿Pensando en? — Pregunta John acomodándose en la camilla y sentándose en esta, sin dejar su agarre del mío.
—¿En nuestro futuro? — Digo intentado sonar gracioso.
—No deberías pensar eso, preocúpate por el presente. — Dice adormecido, no ha descansado demasiado bien, aún sufre las pesadillas y aveces no me cuenta, quiere hacer que no me preocupe, pero entre más me oculta cosas, más me asusto por lo que le pueda pasar.
—Bueno, está bien. — Digo llevando mi mano libre a su cabello y lo comienzo acariciar. — Bueno, tengo buenas noticias. En realidad son dos, ¿Cuál quieres saber?
—Cualquiera aceptaré. — Dice mostrando una sonrisa de oreja a oreja. Extrañaba verlo sonreír, en estas semanas, siempre lo he visto con un estado de ánimo bajo.
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Me enamoré de ti.
RomanceSipnosis: Son de dos mundos tan distintos. Pero aún así, ellos intentan amarse él uno al otro. "Por más tormentas que haya. Siempre viene la calma." Franck poco después de que su familia ganara la lotería, comenzó a estar rodeado de lujos. John nu...